Él

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— ¡Querido amigo, como es que ahora no te das cuenta ella no es lo que aparenta, solo juega contigo! — cantaba a todo pulmón junto a Isco. Estaba dolido y había salido a beber con Nacho, Lucas y el ya nombrado.

Si Zidane se llega a enterar que estamos en la condición en la que estamos es capaz de darnos de baja por dos partidos.

Igual no me sentiría mal, mi corazón esta hecho mil pedazos, ella me lastimó como nunca nadie, ella jugó conmigo incluso peor que cuando yo lo "hice", aun que claro se que yo nunca le hice nada, fueron Alberto y Sandra.

Ella ahora debería seguir en México o tal vez en Barcelona con su prometido Antoine. Una parte de mí agradecía infinitamente que ella se haya despedido de mi, así los dos podíamos estar a gusto sin remordimientos, pero la otra quiere gritar, quiere tomar y llorar hasta que deje de doler.

La idea de despedirme para siempre de ella, de su corazón me parece tan surreal, la idea de jamás poder besarla una vez más, la idea que ella se vuelva madre de los hijos de Griezmann me parte el corazón.

Yo nunca había tenido problemas de autoestima pero ella se había encargado de traérmelos, como deseaba ser aquel Francés de ojos azules.

¿Enrollarme con una tía? No era mi estilo, mucho menos si es para olvidar a otra chica más no descartaba la idea.

Ninguno de los chicos estaba aquí por una pena amorosa, solo yo y me sentía un imbecil. Todos estaban disfrutando la noche excepto yo que no dejaba de pensar en ella.

Isco me dejo en la puerta de mi casa, fue el que menos bebió por eso él conducía.

— Gracias bro — choque los puños en señal de despedida.

— Suerte con la resaca Pisha — arrancó pues aún le quedaban Lucas y Nacho en el auto.

La luz de la sala estaba prendida y solo podía pensar en una persona...

— Shandra, te he dicho milesh de veces que no vengas aquí, entiende tu y yo no somos na' — el efecto del alcohol se notaba en mi habla, me costaba trabajo pronunciar ciertas palabras.

— Yo... perdón no quise molestar — era _____. ¿Como había entrado? — ¡Ay, por Dios! Estas lo que le sigue de ebrio — por ti — Ven, te llevo a la cama y me voy.

— Eso sonó a otras intenciones — comencé a reír.

— Ya lo creo, ven, vamos — pasó mi brazo por sus hombros y comenzamos a subir juntos las escaleras hacia mi habitación.

— Te amo, te lo digo porque dicen que los borrachos y los niños siempre dicen la verdad, pues te amo, te amo hoy, te amo mañana y te amo para siempre, incluso más de lo que tú misma te amas, te amo mucho más de lo que aquel francés lo hace, y lo sé porque aun odiándote, porque aún estando molesto contigo no puedo evitar notar lo linda que te ves hoy, no puedo evitar sentir cosquillas en el cuerpo cuando me tocas. Te amo _____ aunque no quiero hacerlo — dije mirándola fijamente a los ojos.

Ibiza [MA20]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora