17.

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Jongho los dejó solos, San recogió la cocina recibiendo quejas por parte de Wooyoung de que no era necesario, pero se limitaba a ignorarlo.

— ¡Hyung! Es mi casa, no la tuya.— Se cruzó de brazos haciendo pucheros.

San sonrió. — ¿Y quién es el que está enfermo? Exacto, tú. Así que o vas a la cama o te meto yo mismo a la fuerza.

A Wooyoung le hubiera gustado ver eso, pero se limitó a hacer caso y se tumbó de nuevo en su cama y observaba cada movimiento que hacía el mayor, lo único que se escuchaba en el lugar era el tecleo continuo de San y sus suspiros.

Wooyoung empezó a pensar en lo que le había preguntado Jongho hacía unas horas y desvió su mirada al techo.

Nunca llegó a estar enamorado de alguien antes, así que no sabía con exactitud como se sentía, solo sabía pequeñas cosas por películas, libros o terceras experiencias, pero él jamás tuvo pareja y era un inexperto en ese tema.

Miró a San.

¿Le gustaba? Era cierto que el chico era muy guapo, atento y agradable, y transmitía un aura de tranquilidad que no encontró con nadie más. Podía pasarse horas con él a su lado, cada uno haciendo sus cosas y estaría completamente cómodo. Cerró sus ojos en un intento de dormir, pero lo único que conseguía era pensar más y más en San.

Así transcurrió el día, Wooyoung durmiendo a ratos mientras San estudiaba, de vez en cuando se tomaba un descanso y hablaba con el chico o si éste dormía, estiraba sus músculos y volvía de nuevo a su ordenador.

Llegó la noche.

San estaba exhausto por haber estudiado durante tantas horas que no tenía apetito siquiera; pero Wooyoung no estaba contento con ello.

— De verdad, no tengo nada de hambre Wooyoung.

— Me da igual, San. Tienes que comer aunque sea algo y entonces estaré contento, come un poco de lo que hiciste. Ya sabes que no vas a convencerme, si no lo conseguiste antes, menos lo harás ahora.

San accedió a su petición finalmente, tomó algo y se sentó frente a su ordenador una vez más, preparado para volver a estudiar pero para su sorpresa, Wooyoung había cerrado su portátil, así que lo miró curioso.

— Hyung, tienes que dormir, llevas estudiando desde esta mañana, ¿eres consciente?

San suspiró y asintió. Sabía que tenía razón, además de que ya había estudiado el día anterior y aún tenía el día siguiente.

— ¿Puedo dormir aquí? No es que sea perezoso, pero es que lo soy.

Wooyoung asintió riendo. — El único problema es que no tengo más camas aparte de la mía.

— Puedo dormir aquí. — Dijo mientras palpaba el pequeño sofá que tenía Wooyoung en su habitación.

— ¿Estás seguro, hyung?

— He dormido en sitios peores. — Se encogió de hombros.

Wooyoung asintió no muy convencido, buscó algunas mantas para darle a San y se dieron las buenas noches.

San estaba medio dormido cuando escuchó un ruido cerca suya, así que abrió sus ojos y se encontró con Wooyoung a centímetros suyos con intenciones de... ¿asustarlo?

Wooyoung sin esperarse verlo despierto se sobresaltó, cayendo al suelo. — ¿No estabas dormido?

— ¿Y qué hacías tú? ¿O qué intentabas?

— Quería gastarte una broma, pero me pillaste en el momento justo...

— Eres increíble...— Rió San. — Pero ha llegado mi turno.

Wooyoung inclinó su cabeza sin saber a qué se refería, pero de un momento a otro fue atacado por San haciéndole cosquillas.

— ¡Hyung, para! — Wooyoung pidió con un pequeño hilo de voz mientras no dejaba de reír.

San rió por la voz del otro chico y paró, levantándose de encima del chico y cargándolo en brazos lo llevó hacia su cama.

— Ahora duerme, nada de gastarme una broma, ¿vale?

Wooyoung asintió riendo.

— Buenas noches hyung, descansa.

— Lo mismo digo Woo. — Sin saber por qué, San depositó un pequeño beso en la frente de Wooyoung y le revolvió su cabello sonriendo. — Espero que mañana te despiertes mejor.

game ; woosanWhere stories live. Discover now