37.

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La noche pasó con varias confesiones que acabaron en anécdotas de pequeños, bastantes retos que fueron sustituidos por alcohol y otros retos que terminaron con Seonghwa bebiendo litro y medio de leche, Yunho sin camisa y con Mingi muy pero que muy borracho.

— Igual es el momento de irse, ¿no crees Mingi?

— Sí, yo creo que sería lo mejor. — Comentó Hongjoong riendo, ya que tenía a Mingi casi encima suya abrazándolo diciéndole que le quería cada dos minutos.

Ayudaron a despegar a Mingi de Hongjoong para que pudiera ir al baño y tomar su abrigo.

— Mingi, ven aquí.

Mingi, sin dudarlo, corrió hacia Hongjoong con los brazos abiertos para abrazarle, pero Hongjoong se apartó, causando que Mingi cayese al suelo y todos estallaran en risas, incluido el propio causante de ello.

— Lo siento, no pude evitarlo, venga, levanta... — Mingi no se movía del suelo mientras hacía pucheros.

"Este chico es realmente adorable cuando quiere...o cuando está borracho" pensó Joong.

— Si no te levantas me iré sin ti, Mingi.

Tras oír esas palabras, Mingi se levantó lo más rápido que pudo. Hongjoong sonrió mientras le ayudaba a ponerse su chaqueta y bufanda como si fuese un niño pequeño.

— Le tiene mimado, ¿o es porque está borracho? — Preguntó Yeosang.

— Hongjoong siempre es así, es como la madre del grupo y Mingi parece que será el padre. — Contestó San, mirándolos con ternura.

— Bueno pues nosotros nos vamos, gracias por invitarnos y por todo, ¡nos vemos otro día! — Sonrió y tomó de la mano a Mingi para irse.

— ¡Feliz Navidaaaaaaaaad! ¡Ossh quierooooooo~! — Gritó Mingi antes de salir por la puerta.

— He pasado de ver a Mingi centrado en sus estudios a verlo borracho, menudo cambio...

— Creo que deberíamos irnos nosotros también, es bastante tarde ya. — Seonghwa miró a Yeosang, quien respondió con un puchero.

— Pero yo me lo estaba pasando muy bien...

— Podemos quedar cualquier otro día, pero como tarde más en llegar a casa tu madre me matará porque le dije que llegaríamos sobre las 3 y son las 5.

— Bueeeno, está bien... ¿Entonces podemos vernos a menudo?

Wooyoung sonrió. — ¡Claro! Quizá sin repetir la borrachera de Mingi, ¡pero sí!

— ¡Yay! — Yeosang aplaudió levemente de la felicidad.

Finalmente solo quedaron Wooyoung, San, Yunho y Jongho.

— ¿Y bien?

Se miraron los unos a los otros.

— ¿Queréis ver una película o jugar a la consola? — Sugirió Jongho.

— Jugar suena bien, ¿queréis? — Preguntó Yunho.

— Yo prefiero ver algo. — Dijo Wooyoung.

— Yo también, si los juegos se me dan mal estando completamente sobrio, no quiero imaginarme ahora.

— Pues nosotros vamos al cuarto a jugar, ¡disfrutad! — Jongho arrastró a Yunho a la habitación.

Wooyoung se acomodó en el sofá y vio como San iba hacia la puerta.

— No tardaré, voy a casa un momento a por una cosa.

Wooyoung asintió extrañado y se limitó a buscar algo que ver en la televisión hasta que escuchó el timbre y se levantó para abrirle, encontrándose a San con una caja en sus manos mientras sonreía.

— Ten, es para ti. Feliz Navidad Wooyoung.

Wooyoung miró la caja y miró a San, no esperaba que tuviera el detalle de regalarle algo, él ni siquiera había caído en comprarle un regalo, por lo que se sorprendió.

— Oh, gracias hyung, no tenías por qué... Pasa, pasa.

Una vez dentro, ambos se sentaron, San esperando a que abriese el regalo y Wooyoung todavía sorprendido.

Se decidió por abrir la caja, encontrando un collar plateado con un colgante en forma de corazón.

— Hyung, es precioso...

— ¿Recuerdas cuando me dijiste hace tiempo que cada foto que guardabas tenía una historia?

Wooyoung asintió.

— Abre el colgante.

Wooyoung lo abrió con cuidado y en el interior estaba la foto que se habían tomado el día que fueron al parque de atracciones.

Me gustaría que este momento durase para siempre. Eso fue lo que pensé aquel día y como dijiste, era imposible detener el tiempo. Dijiste que todas las personas entraban en tu vida por una razón y que todas nos marcaban de una forma u otra y siempre quedarán los buenos recuerdos. Aquel día lo entendí, Wooyoung.

San pausó unos segundos, avergonzado por lo que estaba a punto de decir.

— Ahora que lo comprendo, no quiero que esos buenos recuerdos cesen, te has vuelto una persona importante para mí y siempre que pasamos tiempo juntos me siento bien. Y como es gracias a ti que lo entendí, pensé que lo ideal era que tú tuvieras esta foto.

Tras estas palabras, San miró a Wooyoung y se sorprendió al verlo llorando.

— ¡Wooyoung! Perdón, perdón, siento si dije algo que no debía o...

— Estoy bien, es solo que no esperaba el regalo ni lo que dijiste, me tomó por sorpresa y no sé qué decir...

San se avergonzó y decidió abrazar al otro.

— Yo tampoco quiero que esos recuerdos cesen. Sigamos creando buenos momentos, ¿sí?

— Estaré encantado.

Se separaron y Wooyoung se quedó mirando a San y dudó si la vista que tenía ante sus ojos era lo más bonito que había visto nunca, San sonrojado mostrándole la sonrisa más real que había podido ver en él.

— Hyung, eres muy lindo cuando te sonrojas.

San giró su rostro.

— No estoy sonrojado.

Wooyoung rió.

— ¡No te rías o me vengaré!

— ¿Y cómo piensas vengarte?

San se acercó lentamente a Wooyoung y éste retrocedió al mismo tiempo hasta que San se abalanzó sobre él y empezó a hacerle cosquillas.

Y efectivamente, San consiguió su venganza porque quien ahora estaba rojo y suplicando, era Wooyoung.

— Hyung!~ ¡Para! — Suplicó, por a saber cuánta vez, llorando de la risa.

— Creo que le voy a coger gusto a eso de que me supliques.

— ¡Hey! No seas malo.

Al final empezaron a ver una película, aunque se quedaron dormidos en cuestión de minutos, San apoyado en el hombro de Wooyoung.

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