game ; woosan

27.

Con el paso de los días San se sentía cada vez mejor y más preparado para hablar con su hermana. No es que disfrutase de las cosas como antes; pero se sentía menos deprimido y había conseguido deshacerse del estrés que tenía acumulado y aunque se sentía mal por no haber aprobado dos exámenes, intentaba llevarlo lo mejor posible.

San empezaba a verlo todo menos gris.

Recibió una llamada de Jongho.

" ¡Hyung! ¿Lo harás hoy?"

"Sí"

"Espero que todo salga bien..."

"¡Saldrá fenomenal! Ya lo verás"

San sonrió.

"Sí, seguro que sale bien."

"¡Mucho ánimo, y cuando termines nos dices!"

"Sí, sí, hablamos luego."

San soltó un largo suspiro y se dirigió hacia el lugar donde había citado a su hermana, y pese a haber llegado 10 minutos antes, la vio allí sentada esperando.

— Veo que las costumbres no cesan.

— Lo mismo puedo decir.

Ambos se sonrieron y se dieron un corto abrazo y empezaron a caminar sin rumbo fijo.

— ...¿Y bien?

— Verás Haneul... No sé muy bien por dónde empezar.

— Tenemos todo el día. —Se encogió de hombros, sonriendo. —

— En primer lugar, lo siento. Siento no haberte prestado la atención que necesitabas y que prometí darte. Siento no haberte cuidado cuando se suponía que yo mismo dije que lo haría. Siento haberme aislado de aquella forma y haberme olvidado del resto del mundo, siento muchas cosas...

Haneul no respondió, se limitó a escuchar lo que tenía que decir San.

— Sentía como si la única forma de evadir la mala situación que estaba pasando fuese de esa forma. No debí haber dicho que me haría cargo de ti cuando no estaba bien, ni emocional ni mentalmente hablando, pese a que te di mi palabra te fallé... Realmente siento eso. No estoy en condiciones de excusarme diciendo simplemente que "no estaba bien" y me perdones así como así, sé que no estoy en el derecho de hacerlo.

San hizo una pequeña pausa.

— Pero quiero que sepas que sigo queriéndote como siempre, que siempre serás mi hermana pequeña que querré proteger de todo y aunque me comportase como un idiota hace semanas, espero que algún día me perdones...

San había derramado algunas lágrimas diciendo aquello, realmente sentía todo lo que decía y estaba convencido de que no obtendría su perdón tan fácilmente. O eso creía.

— Eres un idiota. Es cierto que hiciste mal... Pero supongo que de los errores se aprende, ¿no? — Le sonrió. — Lo pasé realmente mal aquellos días... Pero eso queda atrás, Sannie.

En cuanto escuchó ese apodo, San se relajó.

Cada vez que arreglaban una discusión que tenían, desde pequeños, cuando todo estaba bien su hermana le llamaba por ese apodo. Sin querer ilusionarse del todo, la miró.

— ¿De verdad?

Haneul asintió. — Somos personas al fin y al cabo... Y vivir con los tíos no es tan malo como pensé, mis amigas viven cerca de ellos así que eso es una gran ventaja.

San sonrió y abrazó con fuerza a su hermana, él mismo no esperaba recibir su perdón así como así, por lo que se sorprendió.

San podía sentir después de mucho tiempo cómo poco a poco, todo iba mejorando.