San estaba desconcertado por la repentina llamada a su puerta a las 1 de la madrugada en un día de tormenta como aquel; sin embargo, pensó en que quizá era alguien que necesitaba ayuda, así que se decidió por abrir.
Sin embargo, lo que menos se esperaba era ver a Wooyoung abrazándose así mismo, con el pelo mojado y con un miedo en sus ojos que no pudo ignorar.
— ¿Wooyoung? Pasa, pasa.
San le dejó entrar y tras cerrar su puerta fue a por una toalla y una sudadera.
— ¿Qué ocurre? — Preguntó mientras le secaba el pelo.
— Es solo que... Eh... — Wooyoung intentó pensar algo rápido, pero demonios, si no se le había ocurrido antes, ¿qué iba a inventar ahora?
— ¿Hm? — San siguió con su trabajo, secó su cabello y al ver que su camiseta no estaba muy mojada, tomó la sudadera y se la colocó.
Y como si de un niño pequeño se tratase, Wooyoung se dejó vestir sin rechistar.
— ¿Y bien? ¿Pasa algo?
Wooyoung desvió su mirada, realmente no tenía ninguna excusa que decir pero le daba vergüenza admitir que tenía miedo.
San por su parte estaba confuso, el menor no le daba una respuesta y evitaba su mirada, pero en cuanto cayó otro trueno, lo entendió todo.
En cuanto el trueno se hizo lugar, Wooyoung abrazó a San por inercia ocultándose en su pecho, y San podía notar incluso cómo temblaba. Enternecido por la escena devolvió el abrazo, acariciando la espalda y el cabello del chico.
— Está bien Wooyoung, tranquilo.
Wooyoung se calmó al sentir las caricias de San, pero era incapaz de levantar la vista.
— Lo siento, hyung, pero desde pequeño tengo miedo a las tormentas y...
— No te preocupes, ¿sí? Puedes pasar la noche aquí si te sientes más tranquilo.
Wooyoung asintió, sin verse capaz todavía de verle.
San tomó su mano y se sentaron en el sofá. Wooyoung mantenía baja su mirada, no sabía por qué estaba siendo tan vergonzoso con el mayor, quizá era porque estaba mostrando su mayor miedo o porque una parte de él le había echado de menos y el solo pensar aquello le daba vergüenza.
— Oye, ¿estás bien? Es que... se me hace muy raro que me evites la mirada todo el rato.
— Oh, sí, sí, estoy bien, es solo que... uh... eh...
San tomó con ambas manos el rostro de Wooyoung para obligarlo a mirarle, encontrándose con Wooyoung sonrojado; a lo que San soltó una pequeña risa.
— ¿Por qué estás tan rojo? —Rió.
— Me daba vergüenza que me vieras así, no es como si mostrase mi mayor miedo a todo el mundo, ¿sabes...?
San acarició las mejillas de Wooyoung.
— Eres adorable, Woo.
Ambos se quedaron hablando un rato hasta que San comenzó a bostezar seguido.
— Hyung, será mejor que vayas a dormir, debes estar cansado.
— Pero me da pena, ¡lo estoy pasando bien! — Se quejó mientras hacía un puchero.
— Yo también, pero podemos hablar mañana.
— Bueeeeno. — San rodó sus ojos. — Está bien, está bien.
Wooyoung rió por su comportamiento y simplemente siguió con la mirada los pasos del mayor.
— ¿A qué esperas?
Wooyoung ladeó su rostro.
— ¿A qué te refieres?
— ¿No estás cansado? Quiero decir, ¿no tienes sueño?
— Ah, sí, pero, ¿qué tiene q-
San lo interrumpió.
— Como no te apresures no te dejaré elegir el lado de la cama.
Wooyoung sonrió. Él tenía en mente que dormiría en el sofá, pero San le había ofrecido dormir con él.
Una vez los dos estaban en la cama, Wooyoung estaba un poco incómodo. Se había girado para no mirar a San porque eso lo pondría más nervioso; así que simplemente intentó pensar que estaba en su habitación solo.
Varios truenos se hicieron presentes provocando que Wooyoung se estremeciera y estuviese a punto de llorar, hasta que escuchó un susurro.
— Woo.
— ¿Sí?
— ¿Quieres que te abrace para que estés más tranquilo?
— N-No quiero molestar...
— ¿Acaso dije que me molestaría? No seas tonto, ven.
San, como pudo con la tenue luz que había en su habitación atrajo a Wooyoung hacia él.
Wooyoung se dio la vuelta despacio y San lo atrajo hacia su pecho y lo abrazó, mientras que con su mano libre daba pequeñas caricias en el cabello de Wooyoung, consiguiendo que éste se encontrase más cómodo conforme pasaban los segundos y abrazase a San, acurrucándose con él.
Wooyoung dudó si estaba en el cielo. Sentía una calidez y tranquilidad en los brazos de San que eran imposibles de describir.
Aquella tormenta podría durar una eternidad y a Wooyoung no le importaría, la seguridad que sentía con el mayor era mucho mayor que cualquier miedo que pudiera tener.
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game ; woosan
FanfictionWooyoung y San se conocen a través de un juego online y entablan una amistad. Lo que ninguno sabe es que en realidad son vecinos y gracias a Jongho se conocerán y empezarán a ser amigos, teniendo por tanto una doble relación sin ser conscientes de e...