Chanyeol era demasiado malo y Baekhyun demasiado bueno, muy blando y dulce, Chanyeol demasiado duro y amargo.
El mundo de Chanyeol estaba lleno de desastres, él era el desastre, él era el monstruo y disfrutaba serlo, amaba que le tuvieran miedo. ¿B...
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Entonces pasó que al cuarto día de la cuarta vida la reencarnación pareció interesante cuando pensé en vivir todas mis vidas a tu lado.
— Ah...— Gimio Chanyeol al mover sus caderas por última vez y terminar en los muslos húmedos de una nueva mujer en su nuevo departamento. Nada mejor que estrenar la cama con una buena sesión de sexo.
La chica de cabellos rubios jadeaba con cansancio, moviéndose y levantando su torso, Chanyeol tenía una abierta vista, pudo verse perfectamente cómo los fluidos de la chica salían de su entrada.
"Tan mojada como todas"
Pensó Park en medio de su calentura.
Chanyeol se quitó de ella casi dando un brinco, entre manotazos en el colchón encontró sus boxer's.
— Me tengo que ir ya. — La rubia se levantó con calma para buscar las prendas que estaban regadas por toda la habitación. Tomó una por una de sus ropas, su falda, su blusa y demás.
El otro ya no estaba ahí, después de follar perdía el interés en quien fuera que estuviera aún revolcándose en su cama. La mujer sólo pudo tomar su bolso y salir del departamento esperando a que Chanyeol le pidiera que se quedara un poco más. ¡Ja!, ¿Chanyeol?, ¿siguiendo a alguien para que se quede con él?, no, Chanyeol no era así, que se fuera quien quisiera.
La lluvia artificial golpeaba desde la nuca hasta los muslos de Chanyeol, el vapor elevaba al tenue olor a shampoo haciendo que el espejo se empañara. Algunos suspiros se escapaban de sus labios, estaba demasiado relajado y era precisamente eso lo que necesitaba.
"Llamada entrante"
El fuerte tono de llamada comenzó a sonar y el celular al mismo tiempo vibró contra el mueble a un lado de la cama. No era de sorprenderse, quien llamaba era Sehun.
Chanyeol gruñó cerrando la llave de la regadera, pasó sus manos por sus ojos para permitirse abrirlos y saber si con él había metido el celular, pero no, el teléfono estaba afuera. Con cuidado de no resbalar caminó hasta pisar el tapete peludo y extender su brazo para agarra su toalla y secarse torpemente. Abrió la puerta del baño y salió sin nada encima, solamente quería responder la jodida llamada.
Una de las grandes ventanas que daban a otros edificios se encontraba abierta y con las cortinas corridas, claro que uno que otro vecino lo vio.
— ¿Qué? — Gritó Chanyeol haciendo que los mirones se giraran o simplemente entraran a sus departamentos.
El celular seguía sonando cuando Chanyeol cerró la ventana y corrió de regreso las cortinas.
