O36

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La prueba del laboratorio hizo que Baekhyun se sintiera feliz por no interrumpir su viva juventud. — ¿Lo has visto?. — habló Baekhyun con entusiasmo, sin dejar de abrazar a Chanyeol.

Chanyeol se limitó a mirarlo desde arriba con una sonrisa abierta. — si esa sonrisa se mantiene en tus labios te besaré hasta que quieras tirarme a la basura. —

Baekhyun rió.  — ¿por qué razón te tiraría a la basura?. —

— Tus motivos tendrás, no quiero meterme en eso, no estoy listo para una ruptura. —

El menor volvió a reír. — Chanyeol. — llamó de manera melosa, logrando que el pelinegro le prestara atención absoluta mientras se mantenían caminando. — tengo hambre. —

— Entonces camina, en el refrigerador espera un par de tomates secos que podría convertir en un almuerzo saludable. —

— Me hablaste sobre un paquete de galletas...—

— Ah. Eso. — retomó Chanyeol. — un problema con una máquina expendedora.  —

— ¿Qué problema puede causar una máquina expendedora?. —

— Muchos. —

Chanyeol se tomó el tiempo de pensar antes de hablar, algo que no hacia con mucha frecuencia. — ¿Estás más tranquilo?. — preguntó a Baekhyun. El castaño le miró asintiendo con la cabeza.

— Los últimas días han sido...todo un alboroto, quisiera pasar más tiempo contigo...—

— Bueno. — alargó Chanyeol, dejando que Baekhyun se adelantara unos pasos para poderlo abrazar desde la espalda. — aquí me tienes, abrazándote, mirándote...— le olfateó de manera melosa, haciendo que Baekhyun chillara de ansiedad al sentir cosquillas cerca de su oído. — llevas días haciéndome sufrir, el sofá es tan incómodo.—

— Pensé que te gustaba dormir en el sofá. —

— ah...— gruñó Chanyeol. — me gusta más dormir en la cama. Abrazando y follando a mi cachorro tan duro como me lo pida. —

Para nada era una buena idea escuchar a Chanyeol de esa forma, dando susurros y abrazos descarados que terminaban por avergonzar a Baekhyun. — Tengo hambre. —

— Tengo apetito sexual. — completó Chanyeol con gracia.

— Quiero pasta. — agregó Baekhyun.

— Quiero follar. —

— Basta. — exigió Baekhyun con las mejillas completamente rojas, las personas que pasaban y lograban escuchar, los miraban de manera extraña.

Chanyeol rió. — Si me detienes a besos...—

— Me niego a besarte cuando te comportas de esa manera...—

En cualquier otro momento con cualquier otra persona, Baekhyun se sentiría incómodo e incluso molesto, pero, siendo Chanyeol el mal bromista; ¿cómo podría incomodarse?, pasar minutos con él significaba reír hasta reventar o llorar hasta terminar enteramente seco, y quizás, eso era lo que Baekhyun valoraba más de Chanyeol; su poder de hacerlo cambiar de opinión con unas sencillas palabras.

Él caminaba tan seguro, mostrando expresiones duras para sentirse a salvo, mientras que; Baekhyun ya estaba a salvo con el simple hecho de caminar con él.

— Mira que me encontré. — habló Chanyeol, abriendo por completo el refrigerador. — Uvas. Tus favoritas. — agregó, comiendo dos o tal vez tres, Baekhyun se acercó, tomando el recipiente transparente y comiendo uvas tal como Chanyeol lo hacía.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora