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                                16 días después.

Pensar demasiado en lo que pasaría mañana se convertiría en una pérdida de tiempo cuando no has comenzado a disfrutar el "hoy". Pensar demasiado en lo que quieres que pase sin antes plantearte que es más probable, también sería una completa pérdida de tiempo.
Caminar sin antes mirar la ruta, hablar sin antes pensar, besar sin cerrar los ojos y llorar sin tener motivos.

Quizás podrías mirar fresas en los ojos de quien consideras tu más profundo pecado, podrías percibir la textura de la avena en sus manos, sentir al océano en sus pies y ver el atardecer en sus labios.

Cuando sientas que tus manos sudan, que tus pies se mueven con ansiedad, que sonríes a la nada y que ríes de repente, que puedes soltar fuertes carcajadas al azar en medio de una broma que nisiquiera era del todo graciosa, que hasta el más mínimo detalle parece una magnífica obra de arte; estás enamorado.

Kyungsoo estaba de pie encima de un banquito de madera con un rodillo fino en su mano derecha, subiendo y bajando, pintando la pared de color blanco. Baekhyun sentando en el piso con sus piernas cruzadas y una caja delante de él.

— Esto es imposible. — se quejó Kyungsoo con un evidente fastidio, pues por mucho que intentaba y que se ponía de puntillas encima del banco, no lograba llegar hasta el límite de la pared para continuar pintando.

Baekhyun dejó de mirar las cajas para ahora mirar a su tan apurado amigo que ahora estaba en un ligero aprieto. Sonrió. — Yo podría ayudarte. —

— Para nada. Seguiré estirándome. — al decir eso; Kyungsoo regresó a estirar su cuerpo haciendo que su camiseta se subiera también. Soo gruñía al sentir que de pronto sus piernas se romperían y por saber que su esfuerzo no estaba sirviendo de mucho. Unas manos se dejaron posar encima de la piel descubierta de Kyungsoo, haciéndolo jadear del susto.

Byun miraba con una suave sonrisa desde abajo, la romántica escena que no dejaba indiferente a nadie.

— Bienvenidos al segundo día de mudanza. — habló Chanyeol antes de plantarse detrás de Baekhyun y abrazarlo por lo hombros, acercándolo para besar una de sus mejillas.

— ¿Y?, ¿qué tal?, ¿han encontrado algo interesante? — cuestionó Baekhyun mientras se dejaba caer hacia atrás, aterrizando en el torso de Chanyeol.

— Afortunadamente esta parte de la ciudad es la más frecuente, así que encontramos todo lo que necesitábamos. — respondió Jongin mientras ayudaba a Kyungsoo a bajar de ése banco.

— ¡Enhorabuena!. — gritó Kyungsoo. — Por fin tendré a mi asistente ayudando a pintar. ¿A que sí, Baekhyun?. — Soo dijo aquello entre risas, levantando sus brazos para besar a Kai.

Baekhyun asintió con una sonrisa deslumbrante en sus labios.

— ¿Te ha gustado? — preguntó Chanyeol en un susurro, Baekhyun giró un poco para asentir.

— De ti no me hubiera esperado esto. —

— De mí pudiste esperar todo desde que me viste limpiando mesas.—

Baek rió meciéndose entre las piernas y los brazos de Chanyeol. — Tu madre llamó ésta mañana. —

El castaño perdió la sonrisa, intercambiandola por un gesto melancólico. Bajó la mirada dejándola en los negros cordones de la bota de Chanyeol.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora