El reloj marcó las nueve de la mañana en punto, Baekhyun parecía no querer levantarse, no querer revisar su celular para darse cuenta de que no hay ningún mensaje de Sehun para quedar en un almuerzo dentro de cualquier centro comercial ni de Chanyeol haciéndole una broma de humor negro que le haría reír en secreto. Así fue; al revisar su celular se dio cuenta de que la única persona que le había escrito había sido Kyungsoo. Su madre entró minutos después con una expresión de preocupación. — No fuiste al colegio, no has bajado a desayunar, no te has duchado y tampoco te has levantado.— La mujer se sentó al borde de la cama. — ¿Me dirás que pasa?, tú no sueles ser así. — Baekhyun miró a su madre sin ganas de responderle nada, lo único que deseaba en esos momentos era que se fuera, que le diera diez minutos de paz.Culpar a la madre por preocuparse no sería lo correcto, tampoco lo sería culpar a Baekhyun por desear estar un rato a solas. — Mamá, voy a salir. Kyungsoo me está esperando. — La mujer suspiró con resignación, se levantó y salió de la habitación cerrando la puerta con cuidado. Baekhyun se levantó con pesadez, logró verse en su espejo y se dio cuenta de que todo era un completo desastre. Sin muchas ganas ordenó su cama, se apresuró a elegir su ropa y a desnudarse en camino al baño, poco importó si cerraba la puerta de la ducha, después de todo estaba en su habitación y era su zona completamente privada. El agua resbalando por sus finas caderas se sentían tan bien.
Entonces se quedó pensando; ¿cómo era posible que Chanyeol le dijera todo eso?, que malinterpretara sus intenciones con Sehun, es decir; el lo vio vulnerable, en peligro y aún así duda. Aunque siguiendo la lógica improvisada de Chanyeol; ver en peligro a una persona no es suficiente prueba para darte cuenta de que es inocente y libre de pecado. La amistad con Sehun también se había perdido, de pronto las casuales charlas en un café ya no existían, ni los chistes, ni las bromas ni las sonrisas, ya no estaba más y eso vaya que dolía. Porque nunca en su vida se había sentido tan acompañado, porque nunca en su vida se había sentido tan solo.
Al finalizar de vestirse optó por buscar sus audífonos y una sudadera cualquiera para salir a donde sea que fuera. Bajó por las escaleras con la inseguridad de encontrarse con sus padres en el pasillo y de tener que dar una explicación a todo lo que en tan poco tiempo ha estado pasando.
Afortunadamente para todos; no fue así. Logró salir de la casa con gran éxito, sus tenis pisaban las diminutas piedras húmedas que estaban en el piso, hacía frío, mucho frío, demasiado como para que Byun solamente se paseara por ahí con una sudadera puesta. Tenía que hablar con Chanyeol, tenía que explicarle, decirle que lo que sea que está pensando no es, que es inocente de cualquier culpa. Caminó y caminó hasta llegar al lugar de siempre, el bar, la banqueta y la parada de autobús que tan familiar era. Él estaba ahí, fumando un cigarro, está vez no llevaba una chaqueta, tenía una camisa de cuello redondo color blanca que perfectamente marcaba sus músculos, la cadena delgada que colgaba de su cuello se escondía detrás de la prenda pero seguía a la vista al doblarse con las clavículas poco marcadas que lo hacían ver deliciosamente varonil.
Se acercó a paso inseguro y cuando estuvo lo suficientemente cerca le habló.
— Chanyeol. —
Éste volteó, pero su expresión cambió a una de enfado. No le habló, se dio la vuelta y caminó, Baekhyun le siguió apresurado. — Chanyeol, no me ignores, déjame...déjame explicar. — Suplicó. Chanyeol se detuvo bruscamente.
— ¿Explicar qué?, ¿que tú y mi propio hermano se rieron de mí en mi puta cara? —
Baekhyun volvió a tartamudear para intentar hablar. — Sehun y yo somos amigos, amigos sí, lo somos, ya está, nada más. Chanyeol por favor...— Baekhyun agarró el brazo de Chanyeol pero él se lo quitó.
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Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición)
RomanceChanyeol era demasiado malo y Baekhyun demasiado bueno, muy blando y dulce, Chanyeol demasiado duro y amargo. El mundo de Chanyeol estaba lleno de desastres, él era el desastre, él era el monstruo y disfrutaba serlo, amaba que le tuvieran miedo. ¿B...