O16

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El pecho de Baekhyun dolía, quemaba, le estaba torturando y matando de a poco, diez minutos después del incidente y él seguía tirado a unos pasos de la entrada de su casa o mejor dicho de su antigua casa. Por fortuna no había nadie en esa calle debido al clima, la lluvia parecía que aumentaba. Dolía, vaya que dolía.

Sus propios padres lo había tirado a la calle, la golpiza de su padre no lo dejaba moverse, sus piernas estaban adormecidas y sus brazos temblaban tanto que sostenerse en ellos sería una misión imposible. Con una gran dificultad puso llevar su mano hasta el bolsillo de su pantalón, por fortuna su celular seguía ahí, la pantalla estaba estrellada pero seguía funcionando. Quitó el bloqueo y se dirigió a sus contactos hasta dar con el de Kyungsoo. Dieron dos tonos y éste respondió.

Baek. —

Baekhyun seguía sollozando por lo que Kyungsoo se dio cuenta de inmediato de que algo iba mal.

¿Qué pasa?, me asustas.—

— Kyungsoo...se han enterado... se han enterado. —

Kyungsoo dijo algo, del otro lado se oía otra voz masculina la cual obviamente no era de Kyungsoo.

— ¿Estás en tu casa? —

— Sí...—

— Quédate ahí, ¿bien?, ya voy. —

La llamada finalizó y Baekhyun regresó el aparato a su bolsillo. Intentaba levantarse, quería hacerlo y caminar por su cuenta hasta la casa de Kyungsoo pero por mucho que lo intentó no pudo, sus piernas estaban destrozadas. Se quejó y se quejó pero nadie salió a ayudarle, ni siquiera su madre, nada de empatía por nadie.

Porque sí, desafortunadamente estamos dentro de una sociedad en donde nada es prueba suficiente para hacerte valer como la víctima, porque las personas que pasaban sólo decían; "nadie da golpes nada más por darlos".

Su ropa ya estaba mojada, sus maletas seguían tumbadas tal y como quedaron en el momento en el que su padre las aventó. Su cabello escurría y la sangre en su labio se resbalaba por la lluvia.

El seguía llorando, los espasmos eran tan grandes que su pecho aumentaba en dolor y sus ojos ardían mucho más, sin dejar a un lado el nudo en su garganta. Un auto se estacionó delante de él, de ahí salió Kyungsoo junto con Jongin, Kyungsoo se escandalizó en cuanto lo vio, corrió hasta él poniéndose en cuclillas, Jongin le siguió apresurado también.

— ¡Dios mío, Baekhyun! — Acarició la mejilla roja de Baekhyun con miedo a lastimarlo, Jongin sólo se quedaba a un lado.

— Ayúdame a subirlo al auto. — Jongin aceptó en seguida y cargó con facilidad a Baekhyun, Kyungsoo se encargó de las maletas. Jongin metió a Baekhyun en los asientos traseros, lo acomodó con cuidado dejando un espacio para que Kyungsoo entrara con él, las maletas fueron puestas en el asiento del copiloto, Kyungsoo se fue con Baekhyun y Jongin conducía.

— ¿Quién te ha hecho esto?, ¿ah?, ¿fue tu madre?, ¿fue tu padre? —

Baekhyun asintió con la cabeza, Kyungsoo lo recargó en él para darle mimos mientras llegaban a casa de Kyungsoo, su amigo acariciaba su cabeza y le hablaba en susurros para que se calmara, Baekhyun estaba completamente destrozado, su respiración era tan inestable que hasta le dolía hacerlo. 

— Llegamos. — Dijo Kai, éste se bajó del coche y corrió hasta la puerta del lado en donde estaba sentado Baekhyun, la abrió y volvió a cargarlo con ayuda de Kyungsoo para evitar que se golpeara. No fue difícil meterlo a casa y recostarlo sobre su cama.

Baekhyun se soltó a llorar desconsoladamente, era una mezcla de dolor emocional con físico.

Kyungsoo se movió entre los cajones para sacar dos pastillas mientras que Kai corrió hasta la cocina para llevar un vaso con agua y dárselo al más pequeño de los tres. Baekhyun tragó las pastillas haciendo un gesto de dolor.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora