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Cada una de las personas que te encuentras por ahí, cada una de las cabezas, de las voces y los pies que marcan un camino sobre el lodo, cada una de ellas debe de pasar por una corta etapa en donde a mitad de la reciente madurez; llora, ríe, ama y odia al mismo tiempo. Es parte de un ciclo el amar y no ser correspondido o el ser amado y no corresponder.

Con el tiempo y con las personas esas profundas o débiles heridas van sanando sin supervisión de ningún miembro de salud o de un cuidado necesario. ¿Quién más que tú podría curar tus propias heridas?.

Kyungsoo rodeó la barra de la cocina a paso apresurado, abrió el refrigerador para sacar de ahí un menú de pastillas que al leer las recomendaciones decidió no darle ninguna a Baekhyun. — No puedo darte nada...— habló aún con una caja de pastillas en su mano y cerca de su rostro.

Baekhyun supo caminar hasta la barra para recargarse y dejarse caer en una de las sillas altas cuero obscuro. — ¿Por qué?. —

— Bueno...— Kyungsoo dudo en decir lo que se suponía que era lo correcto decir.— aquí dice que...no deben de ser consumidas por personas en situación de embarazo. —

El castaño de inmediato levantó la mirada. — Yo no estoy embarazado. — aseguró, estirando su brazo lo suficiente como para tomar la caja de pastillas prácticamente a la fuerza. Kyungsoo se la arrebató de regreso así que su esfuerzo de poco sirvió.

— Eso no lo sabes aún. —

Baekhyun quizás pensaba que la cena le había caído fatal, que Chanyeol no limpió de manera debida a los vegetales, que su estómago se revolvió gracias a que miró algo asqueroso en internet, que se había asustado de más al toparse de frente con una terrible y para nada amigable araña en el cuarto de baño, o que se presionó demasiado el estómago al dormir boca abajo durante toda la noche. Aunque lo último sólo parecía una excusa barata y exagerada, un pretexto más para no asumir lo que era obvio que estaba sucediendo.

— Iré a la farmacia. — sentenció el pelinegro, saliendo de la cocina como si realmente ahí se encontrara un monstruo. Baekhyun se bajó de un salto de aquella silla alta, corriendo detrás de Kyungsoo para detenerle.

— ¿A qué irás?. — le preguntó con una indudable angustia en la cara.

— ¿No te parece obvio?. Te compraré una prueba de embarazo. —

Y al escuchar aquello el ambiente se tensó aún más; si aquello era posible. Baekhyun endureció sus hombros y apretó sus labios. La situación se volvía cada vez más incómoda, para todos, para todos lo sería.  — Eso...— tartamudeó sin muchas ganas de continuar con aquella conversación tan alucinante. — esa prueba puede tener fallas...—

Aunque Kyungsoo supiera que su amigo estaba asustado y confundido, también entendía que para el menor sería difícil aceptar toda la situación. — Entonces vamos al médico...—

Baekhyun asintió, su mano en automático se fue al borde de la sudadera de Kyungsoo para apretar y mirar al piso con una terrible angustia encima de sus hombros, aquello sólo hizo que las náuseas volvieran.

— Llama a Chanyeol...—

Byun se negó de inmediato. — ¡No!. — Gritó haciendo que Kyungsoo se sobresaltara. — Quiero estar seguro antes de llamarle. —

— Baekhyun, es cosa de ambos. Él debería de saberlo. —

— No quiero preocuparlo, antes de decirle quiero estar seguro de...—

Kyungsoo entendió y le obligó a guardar silencio. — Muy bien, muy bien. Vamos, anda. — el pelinegro en un intento de calmar a su amigo le habló de diferentes cosas durante todo el camino a la clínica más cercana. Aunque la boca de Kyungsoo se moviera sin detenerse, hablando de; sabores de helado, marcas de ropa, modelos famosas o simples chismes de amigo, Baekhyun parecía tener oídos sordos, aunque le brindara sonrisas y casuales risas a los chistes de su amigo, sabía que la angustia le estaba apretando el estómago y cerrando la garganta, sus manos se sentían tan frías y sudorosas que casi sentía unas terribles ganas de llorar en el bus.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora