O33

2.7K 365 55
                                    


— ¿Se lo dijiste?. — 

Baekhyun estaba tan perdido en sus propios pensamientos, que ni siquiera puso analizar correctamente lo que fuera que le estuviera diciendo Kyungsoo. La pregunta no pudo ser evitada durante mucho tiempo, pues Kyungsoo le tomó del brazo. — ¿Se lo dijiste?. — repitió.

— No. —

Kyungsoo le soltó, tirándose en el sofá de la cafetería. — ¿Por qué no?. —

Baekhyun se encogió en su propio lugar, como si se sintiera observado por todo aquel que entrara y saliera de esa cafetería. — Porque...—

— Baekhyun, si de verdad es lo que pensamos que es... debiste decirle. —

— Sigo sin estar seguro...— los codos de Baekhyun se recargaron en la mesa por encima del mantel, directamente llevó sus manos a su rostro para cubrirse. — El doctor de aquel consultorio me dijo que era una simple infección, pero la prueba...— 

Durante los últimos días, el único tema de conversación era ése, no había otra cosa más interesante para hablar, Chanyeol no se daba cuenta de nada ni tampoco lo sospechaba, actuaba normal, actuaba como Chanyeol, así de simple. 

— Estoy seguro de que estarías más tranquilo si se lo dijeras...— aseguró Kyungsoo mientras de un mordisco acababa con el trocito de dona de chocolate que descansaba en el plato pequeño de porcelana. 

En gran parte, el pequeño discurso de Kyungsoo tenía razón. En repetidas veces, Baekhyun se había desahogado con Chanyeol, le había expresado muchas cosas, Chanyeol a pesar de tener las pintas que tiene, de su voz brusca, de su manera de comportarse y de la reputación que tenía por ahí, le apoyaba, a su manera lo hacía y vaya que funcionaba. Siempre encontraba la manera de hacerlo reír, incluso de hacerlo sentir protegido. 

Bueno, ¿quién no se sentía protegido a lado del tan malvado Park Chanyeol?. Pensó Baekhyun, eso le hizo sonreír y olvidar que Kyungsoo seguía hablando como un niño ansioso, ya era la segunda malteada de chocolate y aún no se rendía. 

— Esto podría ser un castigo...—

Kyungsoo dejó de beber de su malteada para por fin mirar a Baekhyun. — ¿Un castigo?. —

— Chanyeol y yo...nos apresuramos en todo lo que hicimos, en besarnos, en vernos, en sonreírnos, en mudarnos juntos, en estar juntos. Nos apresuramos a querernos. — Baekhyun miró a su taza de té como si esta pudiera sacarle unos segundos de la realidad. 

El pelinegro se apresuró en negar todo. — Nadie puede decidir cuando y de quien enamorarte, no hay un horario cuando se trata de querer. — Le señaló como si le estuviera regañando. — Acaso...¿te estás arrepintiendo?.—

Baekhyun negó de inmediato. — No, es sólo que...—

Kyungsoo no le permitió continuar. — No pienses que pasará lo mismo que me pasó a mí, todo es diferente y tú no haces más que meterte torturas imaginarias por esa diminuta cabeza tuya.—

Cuando su amigo finalizó la última frase, Baekhyun pareció tener un viaje por sus recuerdos y con una sonrisa llena de gracia, recordó cuando Chanyeol le dijo exactamente lo mismo, dentro del elevador. 

— ¡Fue tu culpa!, ¡fue tu culpa!, me estaba ahogando. — 

— Podría pisar tu diminuta cabeza ahora mismo. — 

Baekhyun rió por la nariz al continuar recordando, dar un ligero paseo por su mente era toda una aventura, sobre todo cuando se trataba de pensar en Chanyeol.

— ¿por qué?, ¿por qué yo?, ¿por qué no Jimin o Kyungsoo?...¿por qué yo?.—

— Porque tú...eres asquerosamente bueno y yo repulsivamente malo, porque eres magia mientras que yo soy desgracia, porque cuando yo desarme el rompecabezas tú lo armarás. Porque llegaremos a un punto...a un excitante punto en el que nos odiaremos tanto que tú dependerás de mí y yo dependeré de ti.—

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora