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Las palabras que anteriormente habían salido de esos labios furiosos y sedientos no habían dejado para nada indiferente a Baekhyun, quien continuaba sin captar muy bien todo lo que vagamente pasaba por sus pequeñas y torpes orejas. Chanyeol se había quedado en silencio ya varios segundos y eso comenzaba a preocupar al más bajito de los dos.

— Entonces seré yo quien te ev- — Cuando Baekhyun por fin comenzó a hablar, Chanyeol lo interrumpió con una risa burlona y que fácilmente podía herir a alguien.

— Bah. — Expresó Chanyeol con pereza, tronando su lengua alejándose considerablemente del cuerpo contrario.

— No se te vaya a ocurrir crear una estúpida historia en esa diminuta cabeza tuya.— los dedos grandes y duros de Chanyeol tocaron sin cuidado alguno la frente de Baekhyun haciendo que la misma se tirara un poco hacia atrás debido a la fuerza innecesaria que el otro había ejercido. — No te estoy jodiendo los días porque me gustes, es decir...¡mírate! — gritó con burla mirando a Baekhyun con el mismo gesto.

— A cualquiera le causa pena cargar con un peluchito de bolsillo, incluso a hombres como yo.—


Baekhyun no podía hablar, incluso podría jurar que había olvidado cómo respirar correctamente.
Sin duda se trataba de una humillación perfectamente planeada, calculada para decirla en el momento exacto en el que Baekhyun quería llorar.

— ¿¡Por qué eres así conmigo!?, jamás te hice nada, ¡nisiquiera sé quién eres!. Me molestas a mí y a mis amigos.—

Chanyeol volvió a reír sin piedad del pobre chico que yacía delante de él.

— Es más divertido molestarte a ti, tus amigos saben defenderse o simplemente evitarme.—

Ante Chanyeol, Baekhyun era pequeño, débil, incapaz de caminar sin pensar que en cualquier momento se romperá aquellas patitas de papel que lo sostienen y débilmente lo protegen del duro concreto, Baekhyun no podía ser tan bueno, no podía ni tampoco debía, pero Chanyeol ya había confirmado que era así.

No era exactamente como si Baekhyun ya hubiera creado una historia de amor en su cabeza, abiertamente podía decir que lógicamente se sentía únicamente atraído por el físico de Chanyeol, nadie podía negarle el gran atractivo que ése hombre cargaba consigo, pero tampoco podía negarse que fuera de lo que has leído...era un ser asqueroso y completamente capaz de hacer daño si aquello le beneficia.

Eso era Chanyeol, un alma hipócrita, un demonio suelto en medio del cielo para únicamente sonreírle a los ángeles pero apuñalar a Dios cuando estos le den la espalda.

Por mucho que Baekhyun no estuviera enamorado...sigue siendo doloroso que alguien que mínimamente te atrae, te diga que tú ni siquiera le llamas la más mínima atención.

Sehun regresó, se notó su presencia en cuanto la puerta se abrió, Chanyeol quitó los ojos de Baekhyun para ponerlos encima de su hermano, en cual no terminaba de entender el por qué de la puerta cerrada y el otro por qué de las malas caras que tenían los dos. Detrás llegaba el director sin mirar a nadie, únicamente concentrándose en su trabajo.

Chanyeol no se despidió de nadie, únicamente salió de la estrecha habitación. Sehun frunció el ceño sin prestar atención a lo que el hombre en su silla de cuero decía, Baekhyun salió también.

Un "puede irse" hizo que Sehun se permitiera salir también sin saber por detrás de quien correr. Su instinto lo hacía creer que quizás Baekhyun lo necesitaba más.

— ¡Baekhyun! —

Baekhyun se giró con extrañeza, limpiando rápidamente las lágrimas que nacían en sus ojos.

— ¿ Te gusta el café? — Preguntó Sehun con una sonrisa, Baekhyun le sonrió de vuelta.

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— Esto es raro...—

— ¿El qué?— preguntó Sehun.

— Eres...sin ofender mucho mayor que yo y...nos conocemos únicamente por una charla que diste en mi aula.—

Entonces Sehun se sintió el hombre más estupido del mundo, sus dedos agarraron el borde de la mesa de madera obscura con nerviosismo.
¿Qué otra cosa podría decir en su defensa?, Baekhyun le pareció bonito desde la primera vez que lo vio, adorablemente torpe y distraído, la culpa era de Baekhyun por ser tan lindo.

— Bueno y...¿qué hay de malo?, ¿acaso un hombre mayor como yo y un adolescente como tú no pueden ser amigos?. —

Baekhyun sonrió abriendo su boca para hablar, la mesera los interrumpió al dejar sus cafés en la mesa.

— ¿hay algo más que quieras comer? —

Baekhyun asintió levantando su mano.

— Tal vez...¿un poco de miel?, ¿y galletas? —


La mesera pronto se fue y Sehun lo miró.

— ¿Galletas y miel?, ¿qué clase de combinación es esa?. —

Baekhyun rió a carcajadas al poder disfrutar sin filtros ni censuras de la cara graciosas que Sehun había puesto.

— ¿Qué? — Dijo Baekhyun alargando la "é". — Sabe muy rico, ¿no quieres probar?.— mencionó el menor en cuanto la mesera regresó con el azucarado pedido de Byun. Baekhyun agarró una galleta con chispas de chocolate y la hundió hasta la mitad en la miel, la sacó y una larga gota de miel caía de vuelta al recipiente de porcelana. Baek extendió su brazo acercando el postre a los labios de Sehun el cual no sabía si probar o no, al final lo hizo.

— ¿Lo ves?, no ha estado tan mal. —

El mayor necesitaba urgentemente un lugar en donde escupir, la miel tenía un sabor exageradamente pesado y dulce, la masa de las galletas y el chocolate con aquella pegajosa y espesa sustancia no ayudaba en nada, tragó con una sonrisa y quizás una lágrima de sufrimiento en su ojo derecho. Lo volvería a probar, definitivamente lo haría si de ello depende que Baekhyun acepte salir con él nuevamente.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora