O41

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Comenzar y caminar, contar, respirar y anhelar las consecuencias de un destino transparente, delante de un cambio notable y divertido. Diversión comparada, comprada, sobornada y mal usada. Las situaciones solamente se salen de control cuando no tienes otra opción, cuando el final del principio te hace reflexionar sobre lo mucho que ha cambiado tu entorno, el universo cambió tu destino o tú simplemente entraste a un agujero de gusano, viajaste a donde no debías y extrañamente la realidad paralela terminó por gustarte, por atraparte y callarte eternamente. Si te arrepientes de tus increíbles errores, entonces no puedes llamarte ser humano.

— ¿qué haces? — preguntó Chanyeol. Un ChanYeol recién aseado, con el cabello húmedo, goteando con irritante frecuencia en sus hombros, humedeciendo la manga de su camiseta de mangas cortas y delgadas. BaekHyun giró la cabeza, quitando la vista de la laptop posada en la barra de la cocina.

— estoy estudiando para el último examen que me queda por hacer — respondió el menor, tecleando sin prestar mucha más atención a su alrededor. ChanYeol giró a su alrededor con ánimos de molestarle para llamar su atención. Luego de no lograrlo, se rindió, marchándose hacia el interior de la cocina, buscando algo para comer. BaekHyun continuaba tan concentrado que los ruidos provocados por ChanYeol eran la menor de sus preocupaciones.

ChanYeol abría y cerraba las puertas de la alacena, paseándose con una fuerte expresión de aburrimiento y celos hacia esa maldita computadora que le estaba robando la atención del cachorro. Sin pensarlo más, anduvo con pereza y pesadez en sus pies, agachándose y buscando galletas o alguna enorme barra de chocolate. Solamente se escuchaban bolsas abrirse y ser arrugadas, a lo cuál Baekhyun prestó atención, uniendo sus cejas y levantando la vista nuevamente, ChanYeol no estaba a su vista. Nuevamente bajó la mirada a la pantalla.

Crunch crunch crunch

Baekhyun intentó ignorar el ruido.

Crunch crunch crunch

Por tercera vez, levantó la mirada con un poco más de fastidio. ChanYeol no estaba a la vista pero obviamente estaba ahí, esa colonia a villano galán no podía ser de alguien más. Con cuidado y sin hacer ruido, se bajó de la silla dando un salto, sus pies no hicieron ruido, pues se encontraba únicamente con calcetas blancas puestas. Caminó rodeando la barra de cocina, entrando de una buena vez, averiguando que ése sonido provenía de abajo, más específicamente a la altura de sus rodillas estaba el terrible responsable de ése ruido.

ChanYeol comiendo fideos crudos.

— ¿Qué estás haciendo? — se escandalizó BaekHyun, observándole con cierta duda.

— Tenía hambre —

— Pero — dijo Baekhyun, arrebatandole la bolsa de los fideos. — ¡son fideos crudos! — habló en forma de regaño, mirando a sus pies y observando paquetes de galletas de chocolate vacíos. — esto de verdad — susurró Baekhyun, mirando a ChanYeol con desaprobación. — Sal de aquí ahora mismo — regañó, haciendo que ChanYeol se levantara y se sentara en una de las altas sillas de la barra con una sonrisa en la cara. BaekHyun se agachó, levantando las envolturas y tirandolas a la basura. Con poca prisa, abrió el refrigerador, sacando vegetales y un paquete nuevo de carne cortada en cubitos. Un "tic tic" sonó cuando la estufa fue encendida y puesta a funcionar con una olla metálica en su base. Baekhyun lavó los vegetales y la carne muy bien, mientras que, ChanYeol le observaba desde atrás con una sonrisa media.

— BaekHyun — llamó.

— hm — respondió Baekhyun de mala gana, con una expresión de estrés y enfado en la cara.

— Te amo —

El menor sonrió automáticamente, sin hacer mucho escándalo, mostrándose tímido y soltando una risita nerviosa para sí mismo. Una vez que todo estuvo listo para ser cocinado, Baekhyun se giró hacia ChanYeol, avanzando lentamente y quedándose en medio de sus piernas, Chanyeol le abrazó con suavidad y Baekhyun solamente supo acariciar sus cabellos, mirando su frente y haciendo un suave masaje, logrando que ChanYeol cerrara los ojos suspirando. — estoy cansado — dijo Baekhyun dejando de masajear la frente de su mayor en cuanto este abrió los ojos.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora