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— 40...y...50.— Chanyeol finalizó de contar los billetes que le eran bruscamente entregados por un hombre que calculando tenía 50 años.

El hombre era el mayor y mejor cliente frecuente de Chanyeol, una vez cada dos semanas llegaba para comprar nuevas armas y tal vez un poco de sustancias adictivas, ya sea para su consumo o para el consumo de alguna otra alma. Chanyeol tenía en sus manos un total de cincuenta mil dólares en billete puro y quizás un poco sucio.

Chanyeol abrió una puerta de metal color gris oxidado, el material chilló cuando Park la abrió sin cuidado. Las botas militares golpeaban el piso con sutileza al caminar para lograr encender la luz de la tenebrosa habitación.

— Aquí el menú. —

El hombre mayor se acercó con confianza a una larga mesa que tenía exhibidas al menos una decena de diferentes tipos de armas y alguna que otra navaja. Por encima agarraba algunas únicamente para mirar su diseños y pequeños detalles vanidosos. Pasaron al menos diez minutos, Chanyeol pudo finalizar el trato, un sucio trato que definitivamente no duraría toda la vida.

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— ¡Hombre!, llevas ocho cervezas, ¿una mujer te tiene deprimido? —

Chanyeol gruñó mirando mal a Kai, quien anteriormente había hecho el pésimo chiste que a Park no le había causado nada de gracia.

— Olvidé mencionar...¿recuerdas a los mocosos que molestamos el otro día?—

Los oídos de Park se volvieron sensibles pero sin mirar a Kai seguía atento a lo que decía y estaba por decir.

— Pasaron por aquí nuevamente. —

Chanyeol arrugó su nariz.

— ¿Y Baekhyun?— Algo, algo que ni el sabía lo había impulsado a preguntar. Kai levantó sus hombros.

— Oh. — Kai formo un círculo con sus labios. — El bajito con lentes, sí, sí, lo recuerdo. El no venía con ellos.—

— Mejor. — Dijo Chanyeol.

Para muchos Chanyeol era un idiota insensible y...sí, realmente era un idiota demasiado insensible, le costaba trabajo comprender el dolor que causaba en otras personas, ser "grandote y malo" cuesta más trabajo de lo que cualquier novela romántica podría decir.

Cuando Chanyeol y Baekhyun se vieron por primera vez, no se gustaron, fue la constante torpeza la que los hizo fijarse el uno en el otro, ¿qué mayor explicación hay?, es natural que dos personas sin conocerse de nada se atraigan físicamente.

El problemas está claro y firmemente puesto en las frentes de los dos, Baekhyun gustaba de Chanyeol, su físico y la peculiar forma tosca de ser le había estúpidamente atraído, mientras que a Chanyeol únicamente le había gustado el físico de Baekhyun, la debilidad y la inseguridad del más pequeño simplemente le asustaba y lo ahuyentaba, le hacía creer que por más que quisiera, jamás se podría defender, él tan pequeño y Chanyeol tan grande, él tan frágil y Chanyeol tan bruto, él tan indefenso y Chanyeol tan culpable.

Por un momento podría preguntarse; ¿cómo sería protegerlo del frío?, ¿cómo sería cuidarlo de los idiotas como yo?.
Tal vez una carga y algo laborioso si de Baekhyun hablamos, Chanyeol gustaba de salir y beber cerveza, de pelear y gritar, fumar, acabarse cajetillas enteras, apostar, ganar dinero, billete tras billete sin límite. Cuidar a Baekhyun por otra parte...quizás temporalmente cálido, pero con el tiempo se convertiría en algo...un poco repetitivo y aburrido. Esto según; los pensamientos de Chanyeol.

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— ¿Cuándo te mudaste? —

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora