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— ¿Te quedas? — Sehun se levantó del sofá al terminar la frase, el sofá se inflaba de nuevo al dejar de recibir el peso del otro.

Chanyeol dejó salir una exhalación gruesa por la nariz, también se levantó, negando con la cabeza y buscando su chaqueta entre los sofás. — Me voy, quisiera tomarme una cerveza antes de dormir.—

— Aquí podrías cenar fideos instantáneos.— Dijo Sehun, en un milésimo intento por hacerlo girar en una dirección correcta.

— O fumar un cigarrillo como cena.— Rió Chanyeol poniéndose la chaqueta y dejando a su hermano con las palabras aún en la garganta, saliendo del departamento y cerrando la puerta para asegurarse de que no lo siguiera en un intento de hacerlo cambiar de opinión.

Dentro estaba Sehun, dejando caer sus brazos con una pizca de desánimo y en el trayecto golpeando sin intención sus propios muslos.

No era de extrañarse. El guardia del edificio constantemente lo confundía con algún asesino serial, a juzgar por su particular forma de vestir.

Finalmente salió del elevador, el cambio de temperatura fue escandaloso, tanto que terminó por palidecer sus mejillas, el tremendo cambio de temperatura se debía a que afuera yacía una lluvia con grandes olas de viento. Las enormes puertas de vidrio que cerraban el edificio fueron abiertas por los fuertes brazos de Chanyeol.
Sus botas hacían que los charcos formaran una melodía torpe de diminutas gotas entregándose entre el ahora obscuro concreto.

Los árboles balanceándose de un lado a otro, bailando con gracia pero igualmente con suavidad al ritmo de una música natural que creaba la lluvia, dirigida por el viento y por la vista de los transeúntes.

Fueron al menos veinte minutos de caminata distraída, entre pequeños choques con personas al azar que con torpesa y ansiedad deseaban llegar a casa sin una gota de lluvia en la cabeza, por más idiota que esto suene.

Desde su último encuentro con sus amigos no había pasado nada, los últimos negocios los realizaba él sólo, sin nadie a su alrededor y eso suponía que era mejor, no existía mejor sombra que la suya. Ahora, únicamente frecuentaba esa banqueta en concreto para sólo entrar al bar y beber una que otra cerveza o de vez en cuando comer algo rico. Una que otra vez peleaba, en una ocasión sufrió un corte poco profundo en la parte baja de las costillas, algo que él solo terminó sanado con vendas, alcohol y mucha fuerza de voluntad.

Chanyeol empujó la puerta sin dejar de caminar, ahora el aire era cálido, llegaba olor a comida y alcohol, claro, esto era un bar. Se sentó en una de las sillas para la barra que estaba prácticamente vacía, sólo con un hombre formalmente vestido al fondo. — Mike, tu mejor cerveza.— el barman del turno nocturno era uno de los buenos amigos de Chanyeol, alto y fortachón, barba de candado y un tatuaje de una tarántula en el cuello. Mike entregó un tarro de cristal con cerveza, Chanyeol le agradeció con un gesto. Amarga y fría, justo como a Park le gustaba, tragó y se quejó cuando su estómago se enfrió. Palpó los bolsillos de sus pantalones hasta dar con su tan adorada amiga la cajetilla de cigarros, la abrió para poder sacar un cilindro y ponerlo justo en medio de sus labios, sacó también su encendedor con fachada plateada, encendió el cigarro e inhaló guardando la cajetilla y el encendedor de regreso a sus bolsillos.

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— No comprendo por qué tanto esfuerzo en hacerlas bien...— preguntó Félix con el ceño fruncido. — Baekhyun...son casi las siete...—

Baekhyun se hacía de oídos sordos, sus manos decoraban ágil y cuidadosamente las galletas sabor vainilla que estaban ordenadamente puestas en un plato de plástico circular. — Vete entonces, ¡no te preocupes! — Únicamente el menor estiró su brazo para acariciar la mejilla de Félix como manera de despedirse, el otro sin más vueltas decidió hacerle caso e irse. El colegio ya estaba completamente sólo, el único loco capaz de seguir decorando galletas era Baekhyun, en el taller de cocina esforzándose para que su sabor fuera el mejor. Byun debía admitirlo, el ambiente se había vuelto en algo tenebroso pero eso no importaba cuando de satisfacer por una vez a Chanyeol se trataba.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora