Mientras que Baekhyun mordía las mangas de su sudadera, el mundo detrás de él seguía girando sin esperar a que diera un paso para avanzar con mayor o menos velocidad. Aunque los nervios le comieran por dentro, debía de admitir que se sentía menos basura por haber recibido una llamada de su madre, estuvo tantos días extrañandola y anhelando verla. Chanyeol siempre se encargaba de sacarle por lo menos una sonrisa para hacerlo feliz y lograr que se olvidara de sus problemas por un segundo.
La manera tan poco amable en la que lo sacaron a patadas de la casa, su madre que ni siquiera tuvo el valor de defenderlo ante esa terrible agresividad por parte de su padre, todo dolía, ahora dolía como si fuera el día en el que pasó.
Una cosa así de grave simplemente no se podía olvidar así como así, tan palpitante y presente.¿Quién diría que en tan poco tiempo podían cambiar las cosas?. Por un lado; Miyeon no dejaba de llamar intentando provocar, por otro la llamada de la señora Byun, el posible embarazo y la presión de no saber si era verdad o no que todo iría en paz.
Sus tenis blancos pisaron justo en los escalones que daban paso a la puerta de madera, habían nuevas cortinas pero las flores y las macetas seguían intactas. Con la mano temblorosa presionó el timbre, bajando la mano y mirando a su alrededor con ansiedad. Se sentía tan incómodo y tan fuera de lugar en el sitio que alguna vez fue su hogar. La puerta se abrió y la mujer de cabellos castaños y ondulados reaccionó mostrando una sonrisa media que realmente no sabía cómo tomársela. — Hola. — saludó poniendo su propia mano en el pecho, casi sin poder creer que su hijo estaba delante de ella.
Baekhyun subió los escalones con cuidado hasta llegar a los brazos de su madre. Ella lo apretó tanto como pudo. Byun pudo ver por encima del hombro de su madre cómo era que la casa estaba hecha un desastre. Los sofás estaban en un rincón sin sentido y los cuadros de la familia estaban tirados, montones de basura. — Pasa, pasa. —
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SeHun entendía que la responsabilidad era una cualidad como ninguna y que mantenerse día y noche delante de una pantalla rodeado con cientos de documentos era parte de su día. Sin embargo, deseaba relajarse por unos minutos, tomar un café y quizás devorar un esponjoso pan de nuez. Se levantó de su silla, haciéndola crujir y provocando que esta se inflara de nuevo al dejar de recibir el peso de SeHun. La puerta se abrió dejando ver a LuHan. — Lo siento, ¿interrumpo?.— comentó el chico sin dejar de mostrarse sumiso.
— No, no, pasa. ¿Algún reporte nuevo?. —
— Llegaron algunas propuestas, entre ellas, algunos chicos que quisieran ocupar el puesto en la oficina de quejas. —.
— ¿Te encargaste de revisarlas?. —
— Lo hice, le he traído únicamente los que me han parecido correctos. —
SeHun tomó las carpetas que LuHan le extendía. — Estaré ausente un par de horas, te dejo a cargo. — LuHan asintió, observando cómo era que SeHun ordenaba los papeles que tenía regados por todo su escritorio. En su dedo anular llevaba un anillo de plata enteramente plano, sin ningún patrón o pieza extra de decoración.
— ¿Usted está casado?. — Cuestionó. SeHun reaccionó levantando la mirada con una sonrisa graciosa.
— No. — respondió SeHun. — ¿Lo preguntas por esto?. — levantó su mano dejando ver el anillo. LuHan asintió con una sonrisa amable.
— Al ser usted...un hombre tan correcto y atractivo...cualquiera pensaría que está felizmente casado. —
SeHun rió negando repetidamente con la cabeza. — Nada de eso. Estoy bien ahora. Estuve casado durante un tiempo, después acabó. Pero no importa, estoy bien así. — el mayor rodeo el escritorio, pasando delante de su silla y jalando su saco.
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Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición)
RomanceChanyeol era demasiado malo y Baekhyun demasiado bueno, muy blando y dulce, Chanyeol demasiado duro y amargo. El mundo de Chanyeol estaba lleno de desastres, él era el desastre, él era el monstruo y disfrutaba serlo, amaba que le tuvieran miedo. ¿B...