O24

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— Lárgate, ahora. — ordenó Sehun sin levantarse de su silla ni levantar la vista.

— Oh, vamos. — Se quejó la chica de cabellos rubios que yacía en la puerta de la oficina con un bolso negro colgando de su hombro. — no dejé Italia sólo para que me rechaces.—

Sehun se levantó de la silla recargando sus manos en el escritorio haciendo sus hombros hacia adelante. — ¿Qué es lo que quieres? —

La chica se movió entrando por completo a la oficina no sin antes cerrar la puerta detrás de ella dejando al guardia de seguridad afuera y con una orden en la boca. — Vine a verte. — recargó sus manos en la silla con la vista clavada en Sehun.

— ¿Verme?, ¿a mí?. — se señaló a sí mismo. Rió amargamente. — ¿Para qué? —

— Te echaba de menos...— contestó ella.

Sehun volvió a reír. — ¿Me echabas de menos?. — pausó. — Desde nuestro divorcio no nos vemos, ¿tú?, ¿extrañarme a mí?. —

Ella suspiró. — ¿Ya tienes a alguien? —

— ¿Importa?, ¿te importa?.—

Sunmi se sentó finalmente cruzando sus piernas. — Italia no fue lo mismo sin ti. —

— Aquí nada fue lo mismo sin ti tampoco, pero eso no quiere decir que esté mal. Estoy bien. Vete. —

— Fuimos marido y mujer, no puedes tratarme así. ¿Acaso ya olvidaste todo lo que vivimos juntos?. —

— A mí se me olvidó después de un año de nuestra separación, a ti parece que se te olvidó un día después de la boda. —

— Sehun...ya basta. —

— Vete. —

— No eres el Sehun de quien me enamoré. —

— No claro que no. — respondió con evidente enojo. — Soy el Sehun que dejaste después de engañarme en mi propia casa. ¡Largo!. —

Sunmi tomó su bolso y se levantó de mala gana haciendo ruido con sus tacones. — No estás siendo justo. ¡Soy tu esposa! — se acercó a él para tomarle del cuello.

— Ex esposa. — afirmó Sehun apartando su mano.

— Un pedazo de papel firmado por ambos que dice que ya no somos esposos no significa nada.—

— De eso me di cuenta cuando no tomaste en cuenta nuestro matrimonio. — la tomó de los hombros y la alejó. Sunmi gruñó tomando de nuevo su bolso, el cual había caído. — Vete. —

Sunmi miró por última vez a Sehun antes de salir furiosa de la oficina.

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— No pensé que estuvieras despierto. — habló Baekhyun recargado en la puerta de la cocina con la camisa de Chanyeol puesta cubriendo toda la parte sensible de su cuerpo hasta la mitad de los muslos.

Chanyeol estaba con su torso desnudo, únicamente con un pantalón gris de tela suave, se encontraba de espaldas un poco inclinado hacia adelante en la cocina, preparando el desayuno. En cuanto escuchó a Baekhyun se giró con una enorme sonrisa en la cara. — Buen día. — se giró de nuevo para evitar que lo que cocinaba no se quemara.

Baekhyun sonrió mordiendo su labio inferior cuando Chanyeol se giró de nuevo. Caminó hasta él poniéndose de puntillas y pasando su mano por el cuello de Park hasta tocar su cabello y hacer que se girara. El mayor dejó que su mano derecha siguiera sosteniendo la cuchara de madera, mientras que la izquierda la pasaba con ambición por la cintura de Baekhyun. Se besaron.

Miel y galletas - Chanbaek. (En Edición) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora