Capítulo 3: Origen - X

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4 de Febrero de 2020.

16.39 horas.

Narra Wos:

Ya pasaron diez días desde que los Quintos activaron nuestras supuestas habilidades. Y digo supuestas porque soy el único que sigue sin tener una. Los chicos se la pasan entrenando siempre que tienen un tiempo libre. Ecko, Lit y Dam ya las manejan a gusto, Agustín está harto de las dagas de Victoria cortándolo para que Replik practique y Trueno todavía tiene problemas para controlar la tierra, pero la paciencia de Emi es inquebrantable, o eso aparenta.

Por otro lado, Dani también avanzó mucho, pero siempre evita hablar del tema para no molestarme, si supiera lo mucho que me gusta ver lo libre que se siente cuando practica. Él, Vic y Nico intentan subirme los ánimos pero la realidad es que me frustra ser el único que no puede hacer nada. Aún así, Vale me está enseñando a pelear como al resto. — Pa' que estés pronto. — me dice cada vez que me tira unos guantes. Aún sigo sin acertarle un sólo golpe, enana engreída.

Hoy teníamos libre y quisimos hacer algo diferente, así que salimos con los chicos a dar unas vueltas al centro de la ciudad. Estábamos paseando por una avenida con Dani y su hermana, Dam y Replik, recorriendo distintas tiendas, comprando ropa y similares. Debo admitir que Agustina es mucho más rápida para eso que Daniel, que revisa todo dos o hasta tres veces.

   — Eu, vamos a la tienda anterior, que Agus se quedó con ganas de comprar algo. — avisó Dam mientras salía de la mano con la nombrada. — Volvemo' en un toque.

   — Dale, yo voy a adelantarme a una librería que vi, así voy eligiendo algo. — dijo Manuel pasándome algunas bolsas.

   — Y yo que soy? Perchero o burro de carga? — bufé, entre las cosas de los Ribba y Manuel, cargaba con todo. Busqué apoyo de Dani con la mirada, que se limitó a sonreír divertido.

   — Burro diría yo, pero no de carga. — soltó, haciendo que abra los ojos exaltado.

   — C-cerrá el orto Ribba. — musité. Espero nadie nos haya escuchado. Él se limitó a hundir los hombros.

   — Voy a probarme esto, y creo que es todo por hoy. — dijo tomando una bermuda y dirigiéndose al probador. — Mirá wacho, hay altas camperas ahí, fijate que alguna debe estar como pa vo'.

Me limité a rodar los ojos y me dirigí al sector recomendado, había unos rompevientos muy interesantes a decir verdad, pero no estaba seguro de cuál me interesaba más. Un estruendo me sacó de mis pensamientos, una fuerte tormenta se había desatado, mucho viento y una lluvia torrencial. Me acerqué a la puerta a ver que pasaba afuera, y un escalofrío me invadió. La lluvia era literalmente negra, como si cayera tinta del cielo. A causa del viento me había salpicado la cara y los brazos, se sentía completamente helada.

Comencé a tiritar de la sensación, mientras intentaba secarme las salpicaduras de los brazos. No sé qué sucedió luego, pero al observar la calle, estaba completamente vacía, los peatones y vehículos habían desaparecido, lo único que resonaba era el sonido de la tormenta y destellos rojos de los relámpagos que crujían en el cielo, tiñéndolo todo de un color carmesí.

Volví hacia dentro del local para buscar a Dani y me preocupé, el local estaba vacío y todo parecía abandonado hace años, las estanterías caídas, unas extrañas partículas de polvo flotando en el aire, demasiado perturbador. Salí a la calle preocupado, tal vez podría encontrar a Manuel o a Dam y Agus, pero no, todo estaba vacío y entonces lo ví.

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