08.42 horas.
Narra Lit Killah:
Todos mirábamos sorprendidos aquella escena, varias pantallas holográficas nos mostraban con más detalle aquella treintena de naves que aparecía sobre el planeta. Nicolás observaba todo desde un ventanal ubicado a un lado del puente. Hizo unas señas al capitán y luego a nosotros para que nos acercáramos.
— Bueno, tenemos un par de minutos antes de que empiece el ataque y quiero aprovechar a probar algo con tus poderes. — soltó Nico dirigiéndose a mí.
— Yo? Qué hice ahora? Fue Mateo, verdad? Algo te dijo seguro. — balbuceé nervioso.
— Calmate bobo, quiero ver cuánto podes extender tu poder, y la superficie de un mundo siempre sirve como referencia. — continuó. — Pero primero. — hizo un par de señas con ambas manos y las dirigió al planeta. — Defensa Definitiva: Resguardo Planetario. — conjuró. Un millón de trazos de luz rodearon el astro, como si formaran una gigantesca red. Al cabo de pocos segundos, un monumental escudo cubría todo el planeta. Luego volvió su vista hacia mí mientras mirábamos asombrados la escena.
— Amigo, no hay chance de que pueda hacer algo así. — solté. Lo máximo que había logrado fue cubrir una cabaña entera. Ni en mis sueños más locos podría proteger un mundo entero.
— Ahora no quiero que hagas nada de eso. Quiero que te concentres y expandas tu poder sobre el mío nomás, así puedo compararlos. — explicó.
— Dale pibe, sos el que más entrenó de todos nosotros, es pan comido. — dijo Manuel a mis espaldas.
— Sí, porque no sos vos el que tiene que hacerlo. — bufé. Él se limitó a hundir sus hombros. — Bueno.
Comencé a concentrarme en el planeta, sobre la superficie del escudo que lo rodeaba. Canalicé mi poder mientras el símbolo en mi muñeca desprendió un fulgor blanco y alcé ambas manos. Un pequeño brillo blanco se divisaba a lo lejos, había canalizado mucho poder. ¿Eso era todo lo que podía lograr? El Quinto tocó algo en las pantallas que se enfocaron en mi barrera, un círculo blanco perfecto levitaba sobre el otro.
— Trescientos metros de diámetro. Nada mal wacho. — me sonrió Nicolás. — Bastante más que el promedio, a decir verdad. Ecko, usá tus poderes para potenciarlo, a ver cuánto más crece. — finalizó.
— Yo creo que el Eckonomía le hace crecer otras cosas. — burló Mateo, ganándose un tatequieto.
— No le hagas caso. — me susurró Mati antes de abrazarme por la espalda. Sentí el escozor en la piel cuando comenzó a liberar su poder en mi cuerpo. La oleada de su energía era un tanto abrumadora.
Enfoqué mi energía en mi barrera y comencé a extenderla lo más que pude. Me detuve al sentir que perdía estabilidad. Algo que Vic me enseñó, nunca puedo dejar un punto inestable o no aguantará mucho.
— Bien ahí wacho. — felicitó con una sonrisa el Quinto. — Siete kilómetros y medio de diámetro.
— Igual debe ser por el poder de Mati, si yo sólo no pude. — suspiré frustrado.
— No. Si bien Ecko puede potenciarte, si vos no sabes controlar tu poder no hubieses alcanzado ni una cuarta parte de eso. — explicó sonriendo. — Eckito funciona como una batería, pero si no sabes manejar la energía, sos pollo, no podés hacer nada.
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Vínculos
Fanfiction- Lunfardo argentino. - Algunos ships del 5to. - Historia de creación propia con referencias a otras obras. - Temática fantástica, sobrenatural, ciencia ficción. - Prohibida cualquier copia o adaptación.