Vínculos

Capítulo 4: Unión - IV

09.48 horas.

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Me sentía completamente aturdido, la desesperación para detener aquella nave me hizo más daño del que creí. Odio no poder controlar estos poderes. Ahora la preocupación por los chicos me abrumaba y al igual que no terminar de entender cómo se volvieron Candidatos, se supone que no es así como funciona.

   — Perdón pero, qué es un vínculo? — consultó Damián luego de unos segundos.

   — Cada persona tiene una Esencia, algo que pueden comprender como un alma, eso es algo que ya saben. Cada Esencia es única, pero en general todas tienen algo en común con otras, y eso es lo que generalmente forma los lazos de amistad y familia, aunque existen excepciones. — explicó Vale en un tono suave. — Nuestras cinco Esencias son completamente únicas, sólo relacionadas entre sí. Pero cada miles de millones de personas, nace una que, por motivos que ni nosotros conocemos, en el núcleo de su Esencia también tiene atisbos de la Esencia de alguno de nosotros. Eso los conecta con nosotros y eventualmente se convierten en Vínculos. Personas con quienes se forman lazos tan fuertes como una gran amistad o un familiar importante, además de aumentar sus poderes con los nuestros. — finalizó.

   — El punto acá es que se nace con eso, no se forma de la nada. Y ahora pasó esto. — intervino Agustín señalando la habitación contigua. — En la Esencia de Mauro hay atisbos de la de Victoria; y la de Matías tiene atisbos de la de Nicolás. No tiene sentido ninguno.

   — No es lo único. — intervino el Quinto del Agua. — La energía que Matías conjuró para ayudar a Mauro tenía la potencia de un Edicto, de eso estoy seguro.

   — Eso es imposible. — soltó Vale. — La complejidad del encantamiento, no podría en menos de un mes.

   — Lo es? Es un Candidato a Vínculo que no nació como tal y también es el primer Usuario de Orden con esa condición. — cuestionó Vic. — Creo que lo de "imposible" ya está descartado.

   — Eh.. yo de nuevo. — alzó tímido una mano Dam. — Qué se supone que es un Edicto?

   — Te acordás que les hablé de la Calamidad en la nave? Una combinación de Magia y Caos puro? — respondió Nicolás, que parecía más tranquilo, Dam asintió. — Un Edicto de Orden es una manifestación pura del Orden, y al igual que la Calamidad, sólo nosotros podemos conjurarlos por una cuestión de lo intrincados que son los encantamientos para controlarlos.

   — Y Ecko pudo hacerlo? — cuestioné esta vez. — Generalmente vos no te equivocas con cosas así.

   — No exactamente. Por un momento lo sentí así, sí, pero no pude analizarlo bien. — finalizó el Quinto del Agua. — Me hizo acordar a la Armonía de Emi la forma en que se manifestó.

   — Hay otra cosa, y creo que todos lo vimos, al menos con Ecko. — añadió Emiliano. — Los hilos de lazo que lo unen con vos son bastante diferentes a como se formaron con el resto. Pensábamos que era por el tema de la madre, pero puede que esto también tenga que ver. — finalizó dirigiéndose a Nicolás.

   — Pará, no lo noté, desde cuándo? No vi nada raro desde que desperté, sólo que nos llevábamos cada vez mejor. — cuestionó el Quinto. — Pero también asumí que era por lo de la vieja.

   — Entonces sos más ciego de lo que pensás, y lo seguís siendo. — comentó Vic, que me dedicó una mirada extraña junto con Emi. — Pero tampoco puedo decir mucho, lo de Lit no me lo vi venir, ninguno supongo. Gurises, deberían ir a descansar, una batalla así puede ser demasiado agotadora. — finalizó.