25 de Marzo de 2020.
19.23 horas.
Narra Trueno:
Estoy demasiado frustrado. Como si el día no fuera lo suficientemente malo, Toph no deja de recriminarme cada diez minutos. No entiendo por qué le importa, apenas nos conocemos hace unas semanas.
— Aún no logro entender qué haces aquí. — dijo la anciana, por vigésima vez en el día. — Tus amigos te están esperando y vos entrenando sin parar. Realmente no te importa este día?
— Basta vieja, toda la tarde con eso. — bufé cansado. — No quiero festejar una mierda, no hay nada para festejar. De las únicas razones que tenía para hacerlo, una está muerta y de las otras no sé nada.
— Respétame, muchachito. — recriminó Toph, lanzando una bola de arena. — Y dónde están los demás? Es sorprendente que aún no te hayan encontrado.
— A todos les dije algo diferente. Probablemente Wos, Dani y Dam estén en el Centro. — respondí. — A Ecko, Lit y Manu los mandé a dar vueltas por el complejo, y con los Quintos en el Senado, no se van a dar cuenta hasta que sea tarde. Y no te atrevas a avisarles. — amenacé.
— Estoy aquí para enseñarte, pero me preocupas, Teo. — soltó la Maestra. — Te estás encerrando demasiado en ti mismo. A tus amigos les importas, también a los Quintos, pero simplemente los estás alejando. No hay nada peor que estar sólo. Créeme, lo sé por experiencia.
— Basta, no quiero hacer nada y punto. — suspiré. — Dale, sigamos.
Continuamos con la práctica por una hora más, hasta que el ambiente dentro de la sala de entrenamientos alterna se espesó. Una extraña sensación incómoda me invadió, y Toph también lo sintió.
— Mateo, hay algo extraño. Ves algo? — preguntó, y negué con la cabeza. — Si te das cuenta que no te veo si mueves la cabeza, no? — agregó, y me golpee la frente con la palma de la mano.
— No, no hay.. — me interrumpí, no había notado un extraño charco negro que se formó contra una de las esquinas de la sala. — Toph, en la esquina, atrás tuyo. — advertí y ella volteó automáticamente.
— Lo siento, pero no puedo determinar qué es. — replicó. — Algo se acerca, cuidado. — agregó y un instante después una decena de extrañas criaturas surgieron de la oscuridad. Eran blancas y negras, con un aspecto grotesco.
Las más pequeñas se arrastraban por el suelo, solamente tenían una boca deforme y se apoyaban sobre unos extraños tentáculos pequeños. Las más grandes levitaban, pero sólo parecían torsos con largos brazos colgando, y en lugar de cabeza tenían unas extrañas protuberancias.
Toph atacó a las más pequeñas con varios escombros y se desintegraron al instante. La imité atacando a las más grandes que también se desvanecieron. — No sé qué atacaste, pero si no tocan el suelo no puedo sentirlas. — advirtió. — Encárgate de esas, yo de las que sí tocan el suelo.
Comenzamos a luchar contra las extrañas criaturas. Trozos de roca y tierra volaban de un lado a otro, las criaturas caían una tras otra, pero del charco continuaban emergiendo. Intenté taparlo con escombros, pero simplemente se hundían.
— Por qué las alarmas no han sonado? — preguntó Toph. Es verdad, hay cámaras para vigilarnos, ¿dónde están quienes las miran? Entonces las divisé, cubiertas de la misma sustancia negra.
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Vínculos
Fanfiction- Lunfardo argentino. - Algunos ships del 5to. - Historia de creación propia con referencias a otras obras. - Temática fantástica, sobrenatural, ciencia ficción. - Prohibida cualquier copia o adaptación.