Capítulo 4: Unión - III

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09.07 horas.

Narra Replik:

Todo se había salido de control demasiado rápido, ya pasaron unos veinte minutos desde que el ataque comenzó. Nuestro crucero se encontraba bajo un fuerte asedio y el Quinto intentaba alcanzar la nave central, con poco éxito; los cazas y destructores enemigos estaban enfocados en él. Los escudos estaban a punto de caer, los chicos dispersos por toda la nave y yo manteniendo sano a Spallatti.

Minutos antes.

   — Tenemos poco tiempo. Clase rápida de combate espacial, vengan. — soltó el Quinto. — Sappere Aude. — conjuró, un símbolo brilló y la información comenzó a invadir nuestra mente. Nos entregó una pulsera a cada uno. — Traje espacial de combate, de ser necesario se activará para cubrirlos.

   — Qué querés que hagamos? — preguntó Matías con un semblante serio.

   — Necesito que con Dani vayan al reactor principal. Vos usa tu energía para potenciar la nave y que Ribba ayude a mantener la temperatura. El jefe de ingenieros los va a asistir. — comenzó, luego se dirigió a mí. — Manu, andá con ellos por las dudas, el desgaste le puede pasar factura a Ecko.

   — Yo dónde puedo ayudar? — consultó Lit.

   — Vos te quedas acá, concentrate en evitar todo proyectil que parezca demasiado dañino. La Teniente Midori te va a ayudar con eso. — respondió, la nombrada asintió a su lado. — Dam, vos vas a ir con Teo y Valen a las baterías de estribor. Llena de tiros cualquier cosa a tu alcance.

   — Yo que puedo hacer? No hay tierra acá. — cuestionó Palacios algo obvio y confundido.

   — Concentrate en la nave, en el metal. Los materiales que la componen son similares a los de la tierra. Si logras conectar con eso vas a poder al menos sacudirlas un poco. — explicó. Mateo se arrodilló unos segundos y luego asintió.

   — Y yo qué carajos puedo hacer? No puedo usar mis poderes y dudo que le pueda dar una piña a un bicho de esos. — bufó Valentín. El Quinto agarró su mano izquierda y dibujó un símbolo extraño que comenzó a brillar.

   — Eso va a limitar el Caos lo suficiente para que no te desestabilice. — dijo. — Las baterías utilizan antimateria para las municiones, quiero que la imbuyas con tu poder para mejorar su poder destructivo.

   — Señor, la flota enemiga entrará en el rango de los cañones de largo alcance en un minuto. — avisó alguien de la tripulación.

   — Fuego a discreción en cuanto estén en rango. — ordenó el Quinto. — Gurises, ya saben qué hacer, alguna duda?

   — Estás seguro que vamos a poder hacer tanto? — preguntó Dam.

   — Bendición de los Quintos: Potenciación Rúnica. — recitó. Un símbolo se tatuó a un costado de nuestro cuello y automáticamente sentí mi energía aumentar enormemente. — Ahora seguro que sí. Envíenlos a las ubicaciones asignadas. — ordenó. Pocos segundos después un resplandor nos teletransportó.

Presente.

Me encontraba detrás de Matías, estaba concentrando mis sanaciones en él, ya que su cuerpo se estaba desgastando de canalizar tanta energía. Dani estaba bien, casi no necesitó utilizar su poder. Nos comunicábamos con el resto a través de unos pequeños audífonos.

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