Capítulo 2: Adaptación - XI

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29 de Diciembre de 2019.

04.37 horas.

Narra Lit Killah:

He salido a bailar a tantos lugares en varios países que creí que éste sería uno más, gran error. El edificio era realmente inmenso. Cuatro pisos realmente altos, cada uno con dos pistas con distintas temáticas musicales y algunos entrepisos para los asistentes VIP. La planta baja era una sola pista entera, con un gran escenario detrás que era coronado por la plataforma para los DJ's.

Hace aproximadamente tres horas que había comenzado el espectáculo, siendo yo uno de los primeros en salir seguido por Seven. Temía que el público no estuviese acostumbrado a nuestra música, pero Victoria me contó que cuando comenzaron a planear irnos a buscar, hicieron visible nuestra música y la gente la adoptó en poco tiempo. Todo venía siendo una fiesta excelente, hicimos un entretiempo para hacer algunas batallas de exhibición y ahora veía a Matías hacer explotar todo con sus temas.

Todos estaban al máximo, los chicos, las crews y hasta los Quintos, parecía que hace tiempo no disfrutaban sin preocupaciones ni alertas de peligro. Ecko estaba terminando su último tema mientras Wos y los chicos de la ds3 se preparaban para cerrar. Victoria se acercó a mí y me alcanzó un vaso con un trago de un extraño resplandor dorado.

   — Esta cosa no me va a convertir en un bicho no? — pregunté curioso mientras probaba la bebida.

   — No tarado, no es veneno, tomá tranquilo. — dijo la morocha con una sonrisa en la cara.

   — No wacha, está tremendo! Qué es? — consulté sorprendido, el sabor era algo extraño, como un batido de chocolate al principio y luego a galletas Oreo.

   — Le decimos Lagrima de Diosa, se hace a partir de Néctar puro e Hidromiel, diluidos lo suficiente para que la gente común la pueda consumir. Si lo hicieran en su estado puro, no la cuentan, digamos. — respondió como si analizara la bebida partícula a partícula. — Qué sabor sentiste?

   — Chocolate y Oreos, mis favoritos. Cómo sabías? Segura que no me voy a morir verdá? — continué.

   — La hidromiel y el néctar se adaptan a tus sabores favoritos, pero como tienen alcohol también pegan, entonces siempre es lo mejor para escabiar. — contestó divertida. — Y no, no te morís, tarado.

El público estalló en vítores y Mati se despidió con una gran sonrisa, festejó con su crew y vino a nuestro encuentro. De alguna manera Vic ya estaba lista, pues lo esperaba con un vaso del mismo beberaje dorado que me había traído a mí. ¿De dónde lo sacó?

   — Vos tenes un tercer brazo por ahí o algo? Dónde trajiste ese vaso? — consulté señalado el vaso de Spallatti, que se bajó la mitad del contenido ante mi cara de estupefacción. Acto seguido me rodeó con ambos brazos y me apretó contra su pecho, mi corazón comenzó a saltar de un lado al otro.

   — Wacho, qué carajos es esto? Está tremendo! — soltó el morocho con un tono divertido, el alcohol de la noche había hecho efecto y ahora apenas se mantenía en pie.

   — Lagrima de Diosa, un gusto. — dijo la Quinta con una sonrisa. — Eu, no estás muy pasado vos?

   — Nah, estoy bien de bien! Un poco ido nomás. — respondió mientras me sostenía la mirada. Tuve que desviarla por el ardor en los cachetes. O el trago estaba fuerte o yo estaba muy colorado.

   — A ver vení, vamo a bajarte un poco que en cualquier momento chivas todo. — agregó la morocha y rodeó a Matías por el cuello, acercando ambos rostros hasta que sus narices casi chocaban. Una pequeña punzada en el estómago me hizo marear. — Eu, no pires, no me lo voy a comer

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