Howl's Moving Castle AU! pt 2

1.1K 81 37
                                    

Resultó que el descanso de Nezuko había terminado cuando Tanjirou llegó.

Aun así, Nezuko se toma unos minutos más al oír que su hermano mayor había llegado volando por la ventana del segundo piso, y como no, Tanjirou le cuenta todo.

"Esa no puede haber sido Ayaka, puede que fuese una maga, ¡pero sino te habría robado el corazón para comérselo!", le había dicho Nezuko en el momento, mientras le regañaba por no haber tenido más cuidado, porque sino, de verdad que podría haber sido Ayaka, y que se coman tu corazón no es agradable.

"Pero fue buena conmigo", había dicho Tanjirou, casi como si estuviese soñando despierto. Además, aunque se encontrase con ella, estaba seguro de que Ayaka no comería su corazón, porque solo le gustaban aquellos de las personas hermosas. Y Tanjirou tiene la certeza de que él no es hermoso.

"Razón de más para saber que no fue ella", replicó Nezuko refunfuñando, arrugando su pequeña nariz como solía hacerlo cuando se enfadaba.

Tanjirou no le había prestado atención a lo que le decía su hermana, había cosas que llamaban más su atención, y tenían que ver con alguien de ojos profundos y pelo sedoso.

Incluso si no lo hubiese estado haciendo, era difícil mantener conversaciones con su hermana, porque todos parecían revolotear alrededor de ella, pidiendo pasteles y llamando su nombre para llamar su atención por encima de los fuegos artificiales que salen del castillo.

"¡Nezuko, Nezuko!". Un chico rubio y tan chillón que parece que rompe sus tímpanos al hablar se alza sobre los demás, más jóven que Tanjirou, probablemente de unos quince años, la edad de su hermana. Le pregunta si hay pasteles de chocolate, y que si a ella le gustan. Nezuko no tiene tiempo a responder cuando otro, de pelo marrón pegado a su cráneo y más delgaducho, le aparta de un empujón y comenta lo ricas que están sus pastas. Es un desastre que no para, cerniéndose sobre el mostrador donde Nezuko se mueve incesante y consigue como si fuese su elemento el responder a todos y al mismo tiempo atender a sus pedidos.

Es sorprendente la habilidad que tiene para tener a tantos chicos bajo su control, así que Tanjirou se ve obligado a despedirse de Nezuko en la puerta y volver a casa, a hacer el mismo trabajo de siempre, en la misma habitación de siempre y las mismas agujas e hilos de siempre.

"Piensa en ti por una vez en la vida, ¿quieres?". Eso era lo que le había gritado Nezuko al alejarse.

Como ella dice, por una vez en la vida, Tanjirou lo hace. Así es como se encuentra en las montañas, buscando a un mago que pueda romper el hechizo que ha hecho a Tanjirou cambiar de forma.

No conseguía acostumbrarse a su nuevo y decrépito cuerpo. Sus callosas manos habían sido reemplazadas por manos llenas de arrugas. Antes impoluta, su piel estaba dibujada en pliegues signo de la vejez, y su espalda crujía a cada paso que daba.

La próxima vez que viese a aquel mago con cabeza de jabalí que le había convertido en un viejo, Tanjirou le daría un cabezazo.

No esperaba terminar aquel día frente al metálico y chirriante castillo que vagaba por las montañas.

—¡Este es el castillo de Ayaka, no me refería a esto cuando te pedí un sitio donde dormir! —exclama Tanjirou en dirección al espantapájaros, aquel al que él había ayudado levantarse y le llevaba siguiendo durante largo rato.

Había ido a las montañas con la intención de buscar a Kanao, su amiga aprendiz de bruja que vivía en una casa alejada del pueblo, dedicándose a la práctica de hechizos y pociones, porque tenía un don para ello, según había oído, y se había dejado adoptar y enseñar bajo el ala de un par de magas de la zona. Si no estaba equivocado, las hermanas Kochou eran magas expertas en pociones sanadoras y uso de plantas y brebajes curativos. Tanjirou había tenido la esperanza de que pudiesen ayudarle, pero sus rodillas cansadas chillaban y estaba lejos de llegar a la cabaña donde residían, y no estaba dispuesto a dormir a la intemperie.

Stone Cold | Tanjirou Kamado (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora