Los días de colada en la Mansión Mariposa se caracterizaban por dos cosas; la primera consistía en no intentar chocar con ninguna de las residentas de la Mansión Mariposa que llevaban de un lado a otro cestas de mimbre llenas hasta los bordes de sábanas limpias. La segunda era que Tanjirou no podía oler entonces nada, el olor a jabón era demasiado fuerte con las cientos de telas y la gran colada necesaria para dar cobijo a todos aquellos cazadores de demonios que venían allí en busca de recuperación, y a los que Shinobu era lo suficientemente generosa como para dejar en su casa.
Es por eso que ante la ausencia del olor a glicinias y no ver a Aya en su cama, Tanjirou no se preocupa.
En el desayuno tampoco toma en cuenta que aún no la ha visto hasta entonces porque es común para ella pasar aquel tiempo con Kanao en la sala de entrenamiento. Él había intentado que no lo hiciese muchas veces, pero ella simplemente replicaba que él hacía lo mismo también (lo cual era cierto), así que no tenía otra que aguantar a regañadientes.
Es Inosuke el primero en gritar su ausencia.
—Oye, ¿dónde está Yosano? —pregunta entre brutos bocados de arroz.
Tanjirou le da entonces la respuesta que él creía que era cierta:
—Aya debe estar entrenando con Kanao.
Inosuke le lanza una mirada incrédula y Zenitsu parece fijar la vista en otro lado. Consigue distinguir el olor de sus nerviosismo levemente.
—Qué va, ni Akira ni Kanoka están en la Mansión Mariposa —dice, parando por primera vez de mordisquear la comida—. No puedo sentirlas en ninguna parte cerca, ni siquiera en el bosque fuera.
Tanjirou ladea la cabeza al escucharle:
—Si hubiese tenido alguna misión nos lo habría dicho, ¿no?
El leve olor a nerviosismo de Zenitsu entonces azota su nariz con fuerza, y Tanjirou tiene que llevarse una mano a la nariz para recomponerse de tan fuerte esencia.
Le mira al otro lado de la mesa, y Zenitsu no consigue devolverle la mirada, decidiendo que sus huevos cocidos son más importantes que los soles que Tanjirou posee por ojos.
—A-chan fue asignada una mi-misión de repente —suelta en un graznido que es más agudo de lo que suele ser la voz de Zenitsu.
El jabón de la colada sigue inundando sus sentidos, pero parece que el nerviosismo de Zenitsu lucha contra él por dominancia de su gusto olfativo.
—Yosano tampoco consiguió alcanzar a Kokori, ¿no? ¿Por qué va ya en misiones? —pregunta Inosuke en voz alta y ambos Zenitsu y Tanjirou se preguntan si el esfuerzo de inventar nombres nuevos cada vez que menciona a la gente sería mayor que simplemente recordarlos.
—Aya es "tsuguko", supongo que su aporte al cuerpo es casi tan esencial como el de un pilar —sugiere Tanjirou de forma inútil, y los tres se encogen de hombros sin la fuerza para seguir preguntándoselo.
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Entre el jabón y el olor a limpio, mucho, mucho después de que Tanjirou empiece a echar de menos el olor de Aya, distingue de repente un fuerte olor a glicinias.
Como es normal, empieza a correr por el pasillo hacia el origen del olor.
—¡Aya, has vuelto tan rápido de- —. Se detiene al cruzar la esquina y enontrarse con alguien que no es Aya, ni de lejos.
Al otro lado del pasillo se alza en toda su gigantesca altura un chico con cara temible recorrida por una cicatriz y un mohicano.
—Ah, lo siento, te había confundido con otra persona —empieza Tanjirou con cierto tono culpable. El chico continúa andando con su mirada fija en algún punto por encima de la cabeza de Tanjirou, ni siquiera molestándose en mirarle. Él hace lo mismo y anda hacia el otro lado del pasillo, y aunque se aparte, el chico temible choca su hombro contra él.
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Stone Cold | Tanjirou Kamado (Español)
Fanfic❝Lo primero que se le venía a uno a la mente cuando pensaba en Ayaka Iwamoto era dedos congelados y vientos fuertes, en un camino hacia arriba de una montaña en la que solo moriría. Y esa era probablemente la forma más precisa que alguien pudiese te...