Capítulo 6 (mini)

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Cuando llegó a su piso, no esperó ver a su padre, que estaba de pie en el rellano de la entrada, con una expresión de aburrimiento. Debería haberse fijado antes en el carruaje que estaba en la esquina de la calle. Su padre le gustaba dar muchas sorpresas y, sin avisar, mejor

Entre eso y el encontrarse a lady Stranford en el parque, llenaron el vaso de su paciencia.

— No me ha avisado de su visita — le dijo nada más entrar y abrirle la puerta —. Lo siento porque aún no tengo la servidumbre necesaria.

Se imaginó a su padre con los labios apretados. Lord Quinn odiaba la idea de que su hijo viviera como uno de clase baja.

— Puede volver a casa.

Ignoró el comentario porque eso significaría su derrota.

— ¿Quiere una copa?

— Sí, por favor, un whisky.

Le preparó un vaso y se sirvió otra para él. Se sentó en la silla mientras que su padre se acomodó en el sofá.

— ¿Y bien? ¿Qué quiere decirme?

Lord Quinn, padre, lo miró antes de hablar.

— Me he enterado de que le da clases a la hija de Stranford.

Vivió cuando sintió un sabor amargo en el paladar.

— Así es. Gano lo suficiente para vivir, si es lo que le preocupa.

— ¡Oliver! Estoy cansado de la situación. Su madre no me habla porque piensa que es mi culpa de que... sea tan terco — masculló entre dientes —. Tampoco, quiero que mi hijo viva en estas miserables condiciones.

— No me estoy quejando.

— Vuelve a casa — ahora sonó como una orden.

— No.

— ¡Pues luego no me vaya pidiendo préstamos!

— No se lo pediré.

Su padre gruñó y se puso en pie. Su visita habría sido breve.

— Está claro que no le he convencido. Está a tiempo de cambiar de opinión.

El portazo le dio entender su frustración. Se acabó con lo que le había quedado en el vaso. Menos mal que en esa noche tocaba en ese local, la música le aliviaría su maltrecho corazón.

Mírame a mí  © #2 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora