Otro adelanto

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La continuación la subiré este viernes o sábado. 

Besitos 

😘😘😘😘😘



Solo la noche fue testigo de la unión de dos almas, que se entregaron bajo las llamas del deseo no consumado. Fueron discretos en su secreto, siendo silenciosos en el mayor tiempo posible, ayudándoles, también, las paredes que no traspasaron los sonidos procedentes del interior de la habitación. Se amaron como así sus corazones se lo pidieron, sin inhibiciones o titubeos, sin pudor, sino con entrega y pasión.

No hubo un único testigo, lo fue la madrugada cuando, sin más remedio, el amante tuvo que abandonar el lecho para no comprometer la reputación de la dama. Aun así, se prometieron en los primeros rayos del alba que se reunirían de nuevo porque no querían que ese amor que habían descubierto, dejarlo marchar.

Nadie más sabía que se habían amado.

***

El toque leve de su hombro la hizo despertar de un brinco, asustada de repente. Sin embargo, el susto despareció completamente cuando reconoció dónde estaba. El agarrotamiento de su cuello, se lo señalaba, y la expresión seria de su doncella, también.

— ¿Otra vez se ha dormido aquí?

¿Por qué le sermoneaba si no había hecho nada malo? Miró sin mucha pasión la vela, que se había fundido en un charco de cera seco y helado.

— No me he dado cuenta de ello — soltó con ironía, aunque era verdad, en algún momento de la madrugada, sus ojos se habían cerrado y se había dormido, apoyando la cabeza en la tapa del piano.

— Si la ve su padre...

— Mi padre no le preocupará el cómo esté ahora mismo — le cortó antes que dijera una de las cosas propias del paternalismo que lord Stranford no hacía precisamente.

— Tranquila, Minerva — añadió, había sido brusca en su tono —. Voy a subir a mi habitación y...

— ¿Continuar descansando?

— Sí. No tengo ninguna cita esta mañana, ni... clases de piano esta tarde. Como no se me necesitará mi presencia, imploraría que nadie me molestara.

Minnie no estuvo de acuerdo, pero viendo que no había pasado una buena noche, claudicó. Además, los señores no estaban por la labor de estar activos, tampoco. La señora estaría durmiendo la mona; y el señor, supuso que estaría en algún sitio, entretenido con el motivo que fuera, por no decir, que estaría, también, durmiendo, pero en otras sábanas. Sin que esta la viera, la miró con cierta pena, aunque ella no diera muestra de su desosiego por la situación que había en la casa. No dijo palabra cuando se marchó.

Ella se encargó de recoger la vela  apagada.

Mírame a mí  © #2 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora