Capítulo 9 (mini)

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Os traigo un mini capítulo.

Nos leemos en el siguiente finde!

Besitos
😘😘😘😘

Ni siquiera el aire fresco de la noche lo estaba distrayendo. Había salido hacia la terraza para alejarse del salón atestado. Había mucha gente, mucho ruido. Hubiera disfrutado si no fuera por cierta proposición que aún tenía en sus pensamientos. Incluso, el pasar de las horas no había difuminado su rabia, su frustración. El verla en esa fiesta, descocada, coqueta con otros caballeros, recordándole que solo se burlaba de él para divertirse a su costa, no le ayudó demasiado.

Bebió de su copa, degustando el sabor agridulce y frío del champán. Al menos los anfitriones de esa fiesta, se habían esmerado en servir a sus invitados una mejor bebida. Aun así, no le calmó. Como si lo pudiera hacer una gota alcohol adormecer los sentimientos, se dijo burlón.

—  Me imagino que no has tenido un buen día.

La voz de las Rider llegó hasta él.

— Supones bien — miró la copa vacía con hastío.

No debería habérselo bebido tan rápido. Ahora tendría que buscar a un sirviente para que se lo rellenara. Pasaba de hacerlo.  

— Espera que lo adivine. ¿La señorita Stranford?

Gruñó  como  respuesta.

— ¿No se ha cansado en darle clases?

Buena pregunta.

—  Al  parecer  no,  aunque  me  sigue  enervando.

No  fue  consciente  de  que  su  conversación  con  lady  Rider  sería  escuchada  por  una personita  que  estaría  escondida,  tras  unas  columnas  de  mármol.

—  ¿Tendría  que  tener  alguna  razón  para  estar  celosa?

—  ¿Por ella? ¡No!

—  Dicen  que  los  amores  más  queridos  son  los  más  reñidos  —  agachó  la  cabeza.

—  No es  en este  caso.  Eh,  ella  no  me  gusta.

Sophie  lo  miró  sin  creerle  del  todo  y  este  acortó  las  distancias  entre  ellos,  quería calmarla,  quería  demostrarle  que  era  así,  que  ella  no  le  gustaba,  ni  se  sentía  atraído por  ella.  No  habló  más,  sino  que  se  acercó  y  se  inclinó  para  besarla  cuando  oyó  un estruendo  de  fondo  que  los  hizo  que  apartaran  los  rostros jadeantes.

—  Parece  ser  que  no  es  el  sitio  adecuado.  Ven  esta  noche  a  mi  casa,  a  mi  habitación.

—  ¿No  seremos  interrumpidos? — hubiera sido un caballero, pero no lo fue en su pregunta.

—  No;  solo  ven. 

Un beso en la mejilla y se fue, dejando en el aire una dulce y tentadora promesa.

***

No  le  importó  si  esa  noche  fue  sacada  varias  veces  a  bailar  con  diferentes  caballeros. Daba  igual  si  la  habían  halagado,  implorado  otro  baile.  Daba  igual…  si  todo  ello  había dejado  de  brillar  para  ella  de  repente. 

Desolada,  se  apoyó  en  la  columna,  como  si  de pronto  se  sintiera  cansada.  Notó  como  alguien  invisible, retorcido, malévolo,  introducía  sin misericordia su  mano  en  el pecho  para  arrebatarle  su  corazón  sin que pusiera  mucha  resistencia.

¿Qué  era  ese  dolor?

¿Qué  era  ese  frío  que  se  deslizaba  por  cada  de  su  extremidad?

No te  quiere…  ni  te    querrá.

Dolía  mucho.

Sin  ser  consciente,  lágrimas  amargas  y furiosas se  deslizaron  de  sus  ojos  abiertos;  herida  por sus  palabras,  menospreciada  por  alguien  que  no  la  quería,  ni  la  iba  a  querer.

Solamente tenía  ojos  para  ella,  para  lady  Rider.

Se  marchó,  con  la  barbilla  en  alto  y  manoteando  las  lágrimas.  Nadie  la  vería  así;  nadie vería  a  Georgina  derrotada.

Menos él.

Mírame a mí  © #2 Saga MatrimoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora