Máquina descontrolada

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Era la cuarta vez que barajaba las cartas, había descubierto que eran un buen ejercicio para su mano y además estaba aburrido sin nada más que hacer, así que las revolvía de diferentes maneras y luego volvía a acomodarlas en el orden que le gustaban, repitiendo el proceso de nuevo.
Cuando se sintió satisfecho de esa actividad rodó por su cama y se guardó las cartas en el bolsillo de los shorts, centrando su atención en mirar el techo de la habitación.
-Harley- lo llamó en ese momento J.A.R.V.I.S.
-¿Sí?
-Ya son las 04:20, creo que va siendo hora de que comas- le respondió la IA.
Harley se levantó con un pequeño pujido, creyendo que ciertamente era lo mejor que podía hacer para pasar unos minutos.
No sentía mucha hambre pero toleraría probar bocado.
Bajó a la cocina y metió al microondas una sopa instantánea que parecía ser japonesa.
Toda la semana se había estado alimentando de sopas de microondas con queso o caldo mientras sus desayunos consistían en banderillas de salchichas congeladas y la cena de galletas.
No se quejaba pero ahora que había comenzado a despertar más su apetito en momentos deseaba algo más casero, como la comida que preparaba su madre.
El microondas pitó y él sacó la sopa sentándose a la mesa en el lugar que se había acostumbrado a ocupar y comenzó a comer lentamente puesto que no tenía otra cosa que hacer después.
Esos últimos días habían sido muy aburridos para él, incluso más que sus primeros días en la mansión, en ese entonces estaba deprimido y no quería saber de nada, por lo que sólo esperaba que el día terminara para dormir y en el día caminaba en la habitación durmiendo más, sin importarle el pasar del tiempo, ahora sin embargo sus energías habían regresado y también su ánimo, por lo que se había sentido un poco fastidiado en momentos al verse totalmente solo en una enorme mansión y sin nada que hacer, ni siquiera un juego puesto que no tenía objetos personales ahí, antes simplemente habría intentado algunos movimientos con un balón de fútbol, habría jugado videojuegos o principalmente estaría horas intentando reparar una televisión o radio vieja añadiéndole mejoras en su garaje, pero eso también era imposible, aunque resultara un poco irónico tomando en cuenta que estaba viviendo con un genio inventor revolucionario de la tecnología, pero desde el suceso con la pistola eléctrica no había vuelto a pisar el taller del señor Stark.
Terminó su sopa y tiró todo a la basura, ni siquiera podía entretenerse lavando trastes ya que la mayoría de las cosas que comía venían en envolturas, aunque al menos le alegraba sí poder ocuparse de los vasos de leche que tomaba, principalmente porque disfrutaba poder volver a hacer esas cosas tan sencillas que le habían asegurado dificultad cuando tenía el yeso puesto.
Se secó las manos al mismo tiempo que aprovechaba para hacer algunos movimientos circulares sobre la toalla, pues intentaba hacer ejercicios sencillos pero que lo ayudaban a aumentar la fuerza de su brazo.
En ese momento iba a salir de la cocina cuando escuchó la puerta principal abrirse seguida de unos pasos, y aunque habría sido normal para cualquier persona la verdad es que para él parecía un sonido casi nuevo, pues no había escuchado rastros de que vivía con alguien desde hace una semana exacta cuando Tony había terminado de aclararle las reglas para estar en su laboratorio y se había perdido escaleras arriba para dormir o no hacer nada según había dicho.
Los pasos se acercaron y luego se detuvieron, sin disminuir antes, indicando que la persona se había detenido en la sala en lugar de subir al segundo piso o adentrarse más en el primero.
Iba a salir al fin a "enfrentar" al señor Stark cuando la puerta se abrió precipitadamente sin que él pudiera detenerla dándole un fuerte golpe en la cara, precisando la nariz.
Tony sintió que algo detuvo la puerta a la vez que escuchaba el impacto y la empujó más fuerte la siguiente vez, repitiendo el sonido pero en esta ocasión acompañado de un quejido.
Harley había llevado sus manos a su nariz de inmediato sintiendo los ojos humedecer por lo que no reaccionó a alejarse completamente, y los pocos pasos que retrocedió fueron cortados por la tabla de madera de nuevo, aunque afortunadamente esta ocasión sus manos cubrieron su rostro evitando el impacto, pero haciéndolo soltar un quejido cuando la piel de sus manos se presionó contra la de su nariz.
Tony abrió la puerta más lentamente en esta ocasión e hizo una mueca de culpabilidad al ver a Harley a distancia sobándose la nariz y con los ojos llorosos por el mismo dolor.
-Ay, perdón Harley, no pensé que estuvieras aquí- le dijo entrando, sobándose la parte trasera de la cabeza.
Harley únicamente lo miró un poco reclamador y siguió tocando su nariz, sintiendo cómo lentamente el dolor comenzaba a bajar. No habló porque ni siquiera creía encontrar voz todavía, la nariz era un punto muy sensible del rostro, tal vez el más.
Segundos después al fin sintió que pudo bajar las manos y aunque aún sentía una fuerte sensación que incluso parecía que le hubieran dormido la extremidad, ya era más tolerable que al principio.
-¿No podía abrir más lento después de ver que chocó con algo?- le preguntó a Tony que no se había movido de donde se había parado.
-No pensé que fueras tú, simplemente vi que no abrió y automáticamente empujé más fuerte- se explicó Tony.
Harley tarareó en respuesta, de repente se sintió un poco raro para ambos ver al otro, después de todo la última vez que se habían visto fue hace una semana. Tony había tenido mucho trabajo en la empresa viendo lo del trato que había hecho con los rusos con Happy y tratando también el tema del ganador de la Expo Stark entre otras cosas, teniendo que salir temprano de la casa regresando muy noche, como en tres días por la tarde pero no tuvo ocasión de encontrarse con el niño en ningún momento ya que había estado encerrado en su cuarto y el había ido de la cocina al taller y a su habitación.
Ni siquiera había habido llamadas o noticias por medio de J.A.R.V.I.S., no recibió quejas sobre que Harley no quisiera comer o tomar su medicina, pero eso únicamente pudo ser algo bueno que además lo relajó y lo hizo olvidar el hecho de que no había visto al niño cada día para comprobar que siguiera esas instrucciones, después de todo si ya era responsable en esos dos asuntos ¿para qué lo necesitaba a él?
-Mmm- tarareó Harley, como incentivo para que Tony dijera algo o sólo para hacer algún ruido, no lo sabía.
No era exactamente incómodo, no para sentirse como dos completos extraños, pero sí que veían claro que después de todo aún les resultaba un poco difícil comenzar una conversación sin estar "obligados" a ello por una pregunta necesaria al otro o verse sin opción de salida en un mismo lugar.
-¿Aún te duele?- preguntó Tony, era experto en recibir golpes en la nariz y sabía que era difícil borrar el dolor.
-Sí, pero es tolerable- le respondió Harley.
-Dale unos minutos- instruyó Tony.
Harley asintió y después él procedió a servirse el vaso de agua por el que había entrado en la cocina.
Harley al ver que el señor Stark no tenía intención de hablar y sin ocurrírsele qué decir salió de la cocina rumbo a su habitación.
Ahí se aventó a la cama enseguida abrazando una almohada y después decidió ver la televisión, otra cosa que había estado haciendo durante esa semana, aunque no mucho porque en realidad nunca había sido algo que disfrutara de hacer en exceso, solamente cuando su madre podía hacerlo con él, más por la compañía de ella que por la programación, aunque sí había películas o series que disfrutaba mucho aunque fueran pocas.
Sin mucha opción en ese momento terminó viendo la película de El Oso Yogui, pero minutos después comenzó a querer ir a la sala o la cocina, en principio pensando para convencerse de que tenía sed, pero en realidad usaría eso más como una excusa, lo que quería era ver a Tony para tener a alguien con quien hablar durante unos minutos al menos, no quería molestarlo pero después de una semana entera viviendo prácticamente solo le agradaba la idea de tener un poco de compañía, tampoco la había necesitado en un principio pero desde que Tony se empeñó a llevarlo al lago una cosa llevó a la otra y al final terminó conviviendo con él más de lo que se había propuesto recién que llegó a su casa, ahora quería su compañía aunque fuera por un momento, porque si bien ya no estaba depresivo, si se detenía a pensar tenía un pequeño sentimiento de soledad.
Cierto que hablaba un poco con J.A.R.V.I.S., y lo disfrutaba, pero no era completamente lo mismo a tener a alguien con él, J.A.R.V.I.S. no siempre seguía sus chistes, incluso había llegado a deducir que éstos iban dirigidos únicamente a Tony manteniendo un estado de mayor formalidad con otras personas por orden de su dueño, por extraño que fuera, así que podía terminar estando simplemente con una inteligencia artificial que no mostraba muchas reacciones y mantenía una formalidad y actitud únicamente informática y lista para recibir órdenes a menudo.
Tras tres ocasiones en las que llegó a la puerta y volvió a sentarse se atrevió al fin a salir al balcón y bajó lentamente las escaleras, viendo a Tony sentado en el sillón con varios papeles en la mesa.
-¿Tiene mucho trabajo?- le preguntó parándose al lado del sillón.
Tony se sobresaltó un poco al ver al niño ahí y desvió la mirada de la hoja que leía por un momento.
-Un viaje de negocios y Happy consideró que puedo "tener más responsabilidades"- le contestó con los ojos en la hoja.
Harley se movió lentamente hacia el otro sillón y se sentó en una orilla.
-¿Quiere ayuda?- le preguntó después.
Tony soltó una pequeña sonrisa con diversión.
-En una semana sin vernos no creo que hayas tomado un curso de empresario- le respondió.
-Pero usted tampoco- le dijo Harley.
-No la carrera exactamente, pero en la escuela que estudié me dieron las clases necesarias y tuve tutores especiales, mi padre quería asegurarse de que su preciada empresa se mantendría en pie al menos un mes a mi cargo- le explicó Tony.
-No creo que sea tan difícil, después de todo sé construir armaduras- le dijo Harley.
-Sip, lo sabes, pero son cosas muy distintas, además ni yo mismo sé todo lo que estoy haciendo, sólo sigo indicaciones de Happy- contestó Tony, en ningún momento alejando la mirada de los papeles, aunque sí leyendo algunas frases dos veces porque se estaba distrayendo.
-Si tomaste clases para saber dirigir la empresa, ¿por qué ese señor se encarga de hacerlo por ti?- le preguntó Harley.
Tomó unos segundos para que el señor Stark contestara.
-A mí no me gusta, pero tengo qué, él me ayuda mucho y yo puedo seguir al frente, así que todo funciona bien así- contestó distraído.
-Pero si no le gusta ¿no podría dedicarse a otra cosa?- preguntó Harley, especialmente interesado al pensar que podría saber por qué el hombre millonario descuidaba su empresa, yendo más allá del "me aburre" que acababa de decirle y que solía decir en las entrevistas, porque, por alguna razón las cosas te resultan aburridas o rehuyes tanto a algo, ¿no?
-No es una opción- le dijo Tony aún distraído cambiando de papel.
-¿Por qué?- insistió Harley pero no recibió respuesta.
Tony se había distraído lo suficiente y no se dio cuenta de que Harley volvió a preguntarle algo.
El niño no insistió y sólo se quedó en el sillón, después fue a la cocina por un jugo de naranja y se lo bebió ahí.
Salió a sentarse de nuevo en la sala y Tony seguía completamente metido en su trabajo, así que aburrido y un poco incómodo por sentirse ignorado comenzó a subir y bajar lentamente su pie izquierdo haciendo el ruido de un pequeño golpe cuando tocaba el piso de nuevo.
No era un ruido molesto en sí, pero Tony no solía ser tolerante a nada cuando estaba trabajando porque se estresaba, más si llevaba todo el día enfrascado en la empresa, así que la acción de Harley comenzó a molestarlo un poco.
-Harley- lo llamó bajando la hoja que leía y viéndolo bien por primera vez desde que el niño había bajado- estoy un poco ocupado aquí y necesito estar solo, ¿podrías irte a tu cuarto o a jugar por... ahí? Por favor- le pidió aunque Harley comprendió que era más una orden.
-Ah sí, claro, sólo que, como no estuvo aquí toda la semana pensé que podría querer compañía- le dijo hablando con un poco de torpeza.
-No en realidad, cuando trabajo prefiero estar solo, además ya tuve suficiente compañía con reuniones y empleados por todos lados- contestó Tony fastidiado.
Harley se mordió un poco el labio y asintió, luego se levantó del sillón y se fue a su habitación, dejando a Tony concentrándose en los papeles nuevamente mientras maldecía un poco a Happy.
De nuevo llegó a acostarse en la cama y prendió la televisión sin poner atención a lo que salía.
El último momento con el señor Stark había sido un poco bochornoso, ya había establecido distancias antes pero siempre era él quien se iba o daba una excusa de algo que tenía que hacer, nunca le había pedido que se alejara porque lo molestaba, ni siquiera la noche en que se conocieron, le pedía mantener distancias mientras caminaban juntos pero hasta ahí, así que ahora se sentía un poco apenado.
Sabía que el señor Stark tenía que trabajar, no iba a encapricharse y pedirle pasar tiempo con él haciéndolo dejar sus responsabilidades, sabía que de cualquier forma él de ninguna manera le haría caso y él mismo no se sentía quien para decirle directamente al hombre que quería estar un momento con él, pero no podía evitar sentirlo, se había acostumbrado a su compañía después de haberse creído completamente solo después de la muerte de su madre y de repente había desaparecido, volvió a estar como los primeros días que vivió en la mansión, con Tony estando en su empresa o en cualquier lugar que él ignorara, incluso más alejado, ni siquiera llegó a topárselo mientras salía de su taller o entraba a la cocina, no lo había visto absolutamente para nada desde el sábado anterior. Su madre también trabajaba, y hubo temporadas en que lo tenía que hacer durante jornadas muy largas porque necesitaban el dinero, pero incluso así siempre había un "buenas noches" o "buenos días" entre ellos, una nota donde le decía que estaría trabajando y le deseaba un buen día o al menos cinco minutos antes de que él durmiera para decir lo más importante de su día al otro, de esa forma se mantenían unidos, aunque no la viera todo el tiempo sabía que contaba con ella y estaba ahí, pero esa semana con Tony le pareció vivir completamente solo, no quería admitirlo para él mismo pero extrañó al hombre, y le habría gustado al menos poder verlo una vez al día para saber que seguían bajo el mismo techo, para estar seguro que tenía a alguien con él y no sentirse como el intruso de la casa en la cual lo dejan estar pero no tiene nada que ver con quien vive ahí.
"Bueno, ¿qué se puede hacer?" Pensó y abrazó la almohada cambiando los canales de la televisión sin detenerse en ninguno en especial.
Minutos después se levantó y salió de la habitación, principalmente porque durante esa semana había hecho eso en momentos para caminar en otro lado que no fuera su cuarto, pero también debía admitir que quería ver si Tony aún estaba tan ocupado por su trabajo, sorprendiéndose al no ver al hombre sentado donde había estado pero con los papeles en el mismo lugar.
Volteó al rededor y bajó las escaleras, hasta que logró estar a la altura suficiente para ver la puerta del laboratorio que estaba abierta.
Se debatió un poco pero una pequeña emoción llegó a él, recordaba el incidente de hace una semana ahí, pero al final el señor Stark no le había prohibido entrar, simplemente no quería que lo hiciera él solo, y si la puerta estaba abierta entonces el señor Stark debería de estar ahí y tal vez lo dejara trabajar en ese caso, después de todo tampoco dio un plazo a partir del cuándo funcionaría esa regla, él mismo le había dicho ya en otra ocasión que no era quien para castigarlo por lo que no debería de haber más resentimientos sobre el suceso y nada perdía con preguntar.
Terminó de bajar las escaleras y fue hasta las puerta del laboratorio entrando al instante a la vez que escudriñaba todo con la mirada, en busca del Mecánico.
-Señor Stark- llamó pero no recibió respuesta.
Se adentró más en el taller a través de las mesas, podía decir que Tony sí había estado trabajando ahí puesto que el lugar se veía más desordenado que la última vez que estuvo.
Pasó por su mesa asignada, y se acercó, sintiendo un gran alivio cuando vio todo intacto tal como lo dejó, igual las cajas y estanterías de atrás, lo que terminaba de darle la seguridad de que efectivamente no había sido "despedido" del taller.
Aunque con gusto se hubiera enfrascado ya en su proyecto no quiso tentar a la suerte de que el señor Stark lo sorprendiera y se diera por desobedecido, ya cierto aire raro tenían en ese momento como para añadirle uno más lleno de los gritos o reclamos del hombre, además, ahora que lo pensaba, ¿y si la razón por la que lo había ignorado toda esa semana era porque seguía enfadado con él por haber agarrado la pistola eléctrica?
Siguió caminando para llegar a la mesa donde el hombre había estado trabajando la otra vez, encontrando algo diferente a lo que buscaba.

Iron Man. Vida como padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora