Sorpresa

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Lo primero que sintió cuando despertó fue su rostro contra el monstruo de peluche, que no había soltado en ningún momento en toda la noche.
Lentamente lo hizo en ese instante y se estiró mientras daba un bostezo.
Se fijó en el reloj y vio que eran las 11:00 a.m., lo cual le pareció un poco raro al principio porque reparó en que por primera vez en unos días Tony no había entrado despertándolo a las 09:30 a.m., pero entonces su mente se aclaró y recordó que al fin había terminado con las medicinas el día anterior, incluso tuvo una pequeña imágen de Tony dándole la última ronda cuando ya estaba dormido, pero era tan difusa la idea que estuvo a punto de desecharla, aunque no pudo al final, reparando en la televisión que estaba seguro se había quedado prendida la noche anterior y ahora estaba apagada.
Se mantuvo acostado sin levantarse, disfrutando de la comodidad que las sábanas le brindaban, y terminó abrazando a Kucly nuevamente, aunque poniendo mucha atención a que Tony no entrara en ese momento.
Volvió a pensar por un instante lo raro que le había parecido el día anterior, después de la visita de Thomas, Susan, Martha y Lili, por un lado mantenía que había sido todo por la repentina aparición pero por el otro se preguntaba si era para que mantuviera la actitud incluso cuando los cuatro ya se habían ido. Claro que a final de cuentas ya lo había visto antes estresado por el trabajo, así que en serio todo pudo deberse a eso y el hecho de tener de repente a ciertos desconocidos en su casa simplemente fue la gota que derramó el vaso.
Como fuera prefirió no darle más vueltas al asunto, sus amigos ya se habían ido y respecto al trabajo en la empresa él no podía interferir o ayudar, así que sólo le quedaba esperar a que ese día el hombre estuviera de mejor humor.
Y otra cosa para pensar era... claro, ese día era su cumpleaños, cumplía once, pero no esperaba que nada referente a eso ocurriera ese día, si acaso tal vez Tony lo felicitara, pero aunque ni siquiera eso pasara estaría bien, se había distraído mucho de la fecha, por un lado simplemente no llegó a su mente, últimamente habían pasado muchas cosas, algunas muy raras y poco peculiares como comandar a un pequeño ejército de armaduras, otras más normales como resfriarse pero a fin de cuentas raras por el hecho de haber sido Tony quien estuvo cuidando de él, pero además de eso los pequeños momentos en que le llegó el resplandor del evento él mismo lo bloqueó, porque sabía que iba a ser diferente, era el primer año que no estaría con su madre ese día y con ello el primer año en el que nadie sería consciente de la fecha porque Tony no lo sabía y él no había visto motivos para decírselo, después de todo no quería dar la impresión de estar esperando o pidiendo recibir algo de alguna forma, pero al final se había equivocado un poco y la fecha sí había sido tomada en cuenta, algo que por supuesto le dio mucho gusto y no tanto por el pequeño festejo sino por el simple hecho de haber visto a sus amigos, así que en conclusión podía estar muy agradecido por el inesperado regalo y podía continuar ese día como si nada.
Estuvo unos minutos más ahí acostado cuando comenzó a sentir hambre y decidió que era hora de levantarse.
Tendió su cama y se duchó, se vistió y arregló como mejor pudo su pelo.
En ese momento reparó en que se suponía que acompañaría a Tony a su empresa ese día, pero aún así no se apuró demasiado porque de haber tenido que salir ya supuso que el hombre ya habría ido a avisarle, y de cualquier forma ya estaba listo y sabía que Tony no solía tener horarios fijos.
Por último se cepilló los dientes y después salió del cuarto en camino a la sala.
Iba concentrado en mirar los escalones y alzó la vista hasta que estuvo abajo, con intención de ir directamente a la cocina, pero eso pasó a segundo plano cuando ante su vista vio bloqueado el camino por una pequeña torre de cajas envueltas en papeles de colores y con un moño de diferentes colores cada una.
Estaban ordenadas como una pirámide, comenzaban unas cajas abajo formando un círculo, luego iban subiendo formando un círculo más pequeño hasta que terminaba habiendo una sola caja, y en total se formaban cuatro niveles. Los papeles eran de tres diferentes, uno amarillo con varios sombreros de fiesta, otro verde con moños y ¿hombres de nieve? Mmm... Ok, y el último diseño era de color azul con caritas felices y pasteles de cumpleaños.
Habría pasado de largo, a pesar del claro diseño no es como que alguien le hubiera dado autorización de tomarlos y no lo habría hecho sin más, pero antes de moverse o de pensar en algo pudo divisar una hoja pegada en una caja quedando de frente a él.
"Tu amigo. El Mecánico" se leía escrito a mano con lapicero negro.
De acuerdo, ahora sí podía terminar de sorprenderse ya que le quedaba más que claro el destinatario de eso, y sin poder evitarlo abrió la boca con una sonrisa, justo como hace tiempo lo hizo cuando descubrió una nota igual pero dejada en su cochera.
Realmente, más que la impresión por ver tantos regalos, la sentía por el hecho de que Tony había tenido ese detalle, incluso comenzó a preguntarse, ¿cómo había conseguido todo eso? Esos últimos días se la había pasado con él casi todo el tiempo y nunca supo que saliera, el hombre de negaba a hacerlo sin él y además no habría podido saber de la fecha sino hasta ayer por la repentina visita y supo que estuvo en su habitación toda esa tarde o, ¿habría sido realmente eso las "cosas que tenía que hacer" la última vez que lo vio en la sala e incluso salió con su armadura por la ventana de su habitación? No tenía idea, pero de alguna manera Tony se las había ingeniado sin que se diera cuenta y ya sentía una gran gratitud por eso.
Pensó en abrirlos en ese momento pero decidió esperar a ver a Tony y darle las gracias primero, además de que en ese momento sintió su estómago pedir por comida y eran más de quince regalos según calculaba y estaba seguro de que terminaría entretenido por ellos.
Aún mirando la pila de cajas la rodeó hasta que llegó a la cocina donde Tony tampoco estaba.
Pensando que ya lo buscaría después de desayunar sino aparecía abrió el refrigerador para que ver qué quedaba de comida ya que se estaba acabando, pero esa vez no estaba vacío y en el centro había un pastel rectangular mediano de color blanco, decorado en las orillas con los colores blanco y azul cielo, tenía cerezas ahí encima y en el centro decía "Feliz Cumpleaños Iron Kid" con chocolate mientras al rededor estaban esparcidas chispas de colores y a un lado el rostro de su armadura.
Sonrió al verlo, más aún por el nombre utilizado, y después terminó haciendo macarrones con queso instantáneo en el microondas.
Desayunó tranquilamente y al terminar lavó los trastes, luego se quedó un momento más en la mesa comiéndose un yogurt de fresa.
Iba terminando cuando escuchó unos pasos desde la sala, pasaron unos segundos y después comenzaron a acercarse hasta que Tony entró por la cocina, vestido con un pantalón de mezclilla, tenis cafés y una playera roja de manga larga pero doblada hasta los codos.
-Buenos días niño- saludó con tono normal yendo directamente al fregadero para lavar sus manos.
-Buenos días señor- respondió Harley, usando esa forma de llamarlo motivado un poco por la repentina timidez que sentía ante los detalles que había visto tuvo Tony- oye, sobre los regalos...- comenzó a decir sin querer perder más tiempo por temor a ponerse más tímido.
-Ay no- exclamó Tony al instante interrumpiéndolo tomando el trapo para secarse- espero que no vayas a preguntarme si son tuyos porque ahí sí te llevaré con Banner para revisar tu capacidad de entendimiento, hasta donde sé eres el único que cumple años hoy y si viste la nota creo que queda claro quién la firmó y para quién, por algo la añadí- dijo dejando el trapo y volteándose a verlo recargado en el mueble.
Dijo lo anterior por un lado para pintar lo de los regalos como un suceso normal y casual que no debería mencionarse mucho porque le avergonzaba un poco mostrar ese tipo de detalles (aunque no lo estaba admitiendo ni para él mismo bloqueando el pensamiento) y por el otro porque mientras estaba en el taller terminando el último regalo le había preguntado a J.A.R.V.I.S. si el niño ya había visto los demás y se encontró con la repuesta de que lo hizo pero había pasado de largo de ellos al final.
Harley no pudo evitar rodar un poco los ojos ante la acusación de "no compresión de las cosas" y la forma de decirlo de Tony.
-¡No!- respondió después- únicamente iba a darte las gracias- exclamó, aunque ya sin ninguna clase de pena o timidez por el tono más corregidor que tuvo que poner.
-Ah, eso, menos mal- exclamó Tony con tono normal- bueno, no hay nada que agradecer si no has recibido nada realmente, y parece que ya terminaste de comer eso así que ven- dijo después haciendo una señal con la mano para que lo siguiera y yéndose hacia la sala.
Harley se paró rápidamente y comiéndose lo último que le faltaba tiró el bote del yogurt para después alcanzar a Tony.
El hombre ya estaba frente a las escaleras viendo hacia los regalos de brazos cruzados.
-Comienza a abrirlos- le dijo a Harley cuando llegó a su lado- no supe qué podía darte si hace poco te llené de juguetes y tienes toda la ropa que necesitas, pero conseguí lo mejor que se me ocurrió, cumples once, son dos por cada año, ahí tienes sólo veinte, uno de los que queda es un pastel que probablemente ya viste, y el último te lo daré al final de éstos- explicó.
Había estado toda la noche pidiéndolos por internet y uno que otro lo había ido a comprar rápidamente a la tienda.
No fue muy fácil, tuvo que pedirlos con una cuenta falsa y pagar con una tarjeta donde no saliera su nombre, más que nada siendo lo complicado que se las ingenió para pedir todo a diferentes direcciones porque claro, Tony Stark no podía estar pidiendo ese tipo de cosas y al final estuvo volando un gran tiempo para recoger todo, en el caso del pastel haciendo una llamada con voz distorsionada para explicar que su "sobrino" era un gran fan de Iron Kid por haber asistido a la Expo Stark.
Harley miró sonriendo los regalos mientras escuchaba lo que decía Tony.
-¿Comienzo con el que sea?- preguntó.
-Sí, claro, el orden no importa- dijo Tony.
Harley entonces tomó el que estaba hasta arriba pensando seguir ese orden para evitar un derrumbe.
-Sólo rompe el papel, las cajas ya están abiertas- lo instruyó Tony.
Harley hizo caso y rompió el papel color azul, revelando una caja café sólo sujeta por unas cintas para que no se abriera pero que se quitaron fácilmente, y vio ahí una playera roja, la sacó algo extrañado porque Tony ya había hecho la mención de que tenía suficiente ropa pero pronto vio lo especial al desdoblarla, era de manga corta y en el centro con color blanco decía "Harley".
-Wow- exclamó.
-Voltéala- le dijo Tony.
Harley lo hizo y vio escrito "Iron Kid" en la playera.
Simplemente otra llamada para un niño fan, cabía aclarar que varias cosas con más dinero del que costaban en realidad para tenerlas a tiempo pero bueno, eso no era problema para él y al menos varias personas obtuvieran paga extra.
-Está genial, gracias- dijo Harley sosteniendo la prenda mientras sonreía.
-Sigue con los demás- le dijo Tony tranquilo.
Harley guardó la playera en la caja ansioso por usarla y siguió con otra caja, de papel amarillo. Lo abrió justo como la otra y sacó de ahí unos tenis que originalmente eran de Iron Man pero que Tony había pintado para que quedaran los colores de Iron Kid y además brillaban si se pisaba fuerte, también distorsionados para hacerlo con los colores de Iron Kid.
-¡Vaya! Gracias- dijo Harley con los ojos brillantes.
-Luego das las gracias, sigue abriéndolos- le dijo Tony tranquilo, no queriendo que lo tomara mucho en cuenta pero a la vez queriendo quedarse para ver su reacción y más que nada para darle los regalos finales.
Harley dejó los tenis en la caja y fue por otra, con la envoltura de Navidad, para lo cual no pudo evitar voltear a ver a Harley con una ceja levantada y un atisbo de risa.
Tony rodó los ojos.
-Me confundí de papel, pero no sé qué tienda puede tener papel de Navidad en pleno verano- respondió de mal humor.
Justamente así había sido, tenía que comprarlo rápido para no ser reconocido y se dio cuenta hasta que comenzó a envolver, porque sí, tuvo que hacerlo él mismo sin poder contratar a alguien sin ser reconocido, razón por la que los papeles estaban muy parchados y arrugados aunque Harley entre la emoción realmente no lo había notado demasiado.
Abrió esa caja y sacó dos guantes color rojo, cada uno con un reactor blanco como el de las armaduras.
-Los modifiqué yo, como no puedes estar usando la armadora todo el tiempo puedes llevar esos, el de la izquierda es sólo la luz, más un reloj incluido si lo abres, y el de la derecha es la luz igualmente pero tiene a J.A.R.V.I.S. para reproducir música, contestar preguntas y puede proyectar a Iron Kid, ya sea sólo el casco o la armadura completa como un holograma. Solamente hace eso, es un juguete, por favor no vayas a querer modificarlo- le explicó y pidió Tony.
Harley ya no dejaba de sonreír.
-Claro que no, te lo prometo, así están perfectos- le respondió el niño sentado desde el piso donde estaba abriendo todo.
-Bueno, entonces sigue- le dijo Tony señalando con una mano el resto de cajas.
Recibió también un peluche del tamaño de su brazo de Iron Kid que Tony mandó hacer en una tienda especial para que los niños hagan sus propios peluches, un póster grande de Iron Kid que imprimió en su taller y también una tasa de chocolate con otra foto y un llavero de Iron Kid nuevamente, de cuerpo completo y que Tony tuvo que pintar.
-¿Cómo conseguiste todo esto?- preguntó Harley sorprendido.
-Algunas cosas las mandé hacer, otras las hice yo y otras las modifiqué un poco- explicó Tony restándole importancia.
Harley abrió otra caja y se sorprendió al encontrar un celular ahí, de la marca Stark.
-¿Un celular?- preguntó sorprendido. No solía pensar en tener uno, su madre le habría dicho que lo tendría hasta los doce o trece dependiendo de su comportamiento en su adolescencia y del dinero del que dispusieran.
-El último que salió- dijo Tony, a quien J.A.R.V.I.S. le quiso hablar un poco sobre las cosas a tener en cuenta para darle un celular a un niño pero que ignoró, estando seguro de que no podía causar daño real, al menos no más que una armadura y conociendo a Harley, ¿exactamente qué podía hacer con él?
-Pero debió de ser muy caro- dijo Harley un poco tontamente olvidando algo.
-Mmm, bueno, sí, millones para distribuirlo para las ganancias son aún mayores- dijo Tony antes de cruzar los brazos con el ceño fruncido- te recuerdo que soy el dueño niño, yo inventé eso- aclaró.
Harley sonrojó muy levemente por no haberlo recordado unos segundos.
-Ah, cierto- dijo dejando la caja del aparato a un lado y pasando con lo siguiente.
Eran una especie de gafas muy gruesas que iban con un control.
-Juego, ves la pantalla en los lentes y lo controlas con el control, tiene trescientos diferentes- explicó Tony.
Lo siguiente era un bote de metal decorado lleno de galletas color blanco con la cara de las Tortugas Ninja.
Luego encontró un libro, más bien una libreta algo vieja.
-Harley- lo llamó Tony para llamar su atención, algo serio.
El niño volteó a verlo.
-¿Sí?- preguntó.
-Pensé mucho en darte esto o no, y se supone que no hay nada realmente peligroso pero aún así necesito que no hagas tonterías, ¿de acuerdo?- le preguntó.
El niño asintió lentamente sin comprender de todo, y teniendo ya mucha curiosidad tomó la libreta y la abrió.
-¿Qué es?- preguntó mientras veía algunas anotaciones y dibujos de piezas electrónicas.
-La libreta donde hice algunos de mis diseños de niño- respondió Tony casualmente pero ganando una atención especial de Harley al instante- la encontré en una caja en el taller ayer, pensé que tal vez era algo bueno en lo que practiques para perfeccionar cosas pero sin arriesgarte tanto por esas ideas tuyas o por hacer mis inventos destinados a la lucha- explicó.
Cuando encontró la libreta mientras hacia los pedidos ahí anoche se había debatido en si no le estaba dando al niño otra herramienta para hacer una locura, pero esa libreta la hizo durante años desde muy chico, antes de que su padre lo encaminara a tener que hacer armas como él, así que se trata de los inventos de un niño inocente y genio queriendo jugar, y terminó viéndolo por el lado de que más que reprimir al niño sobre acercarse a las máquinas, debería de instruirlo en tiempos libres para saciar su curiosidad en su presencia y no intentara experimentar con algo su ausencia por añoranza a estar construyendo, y también determinó que el niño sabría cuidar eso, considerando por su parte que ya no le servía de nada y que había aparecido ahí sólo por Fury, quien había vuelto hace tiempo a entregarle cosas de su padre, ¿por qué Howard había conservado ahí algo que en su momento le dijo que considera basura y una pérdida de tiempo? No tenía idea.
-De verdad, de verdad, te prometo que no haré tonterías y voy a cuidarla- le dijo Harley seriamente.
-Pues muy bien- le dijo Tony- ahora sigue.
Harley dejó con cuidado la libreta en la caja y continuó con otra.
Resultó ser una chamarra delgada de cuero rojo con el escrito "Keener" en letras blancas en la parte de atrás, luego encontró un Funko Pop, originalmente de Iron Man pero nuevamente pintado, después un lego pero que debería formar la Mark 1.53, enseguida un pequeño radio.
-Está cargado con diferentes postcard, todos de biografías y explicaciones de inventores, pensé que podría gustarte y sirve como colección tenerlo en un sólo lugar- le dijo Tony.
-Sí, me gusta mucho, gracias- dijo Harley sonriendo.
Lo siguiente fue una tabled también de la marca Stark.
-Puede que te parezca algo igual al celular pero creo que puedes divertirte con buscar diferentes aspectos y además se me acababan las ideas- dijo Tony.
Lo siguiente fue una caja de paletas mexicanas llamadas Paletas Payaso, otra de las opciones que llegaron a Tony de última hora al no tener más ideas, pero que había visto le gustaban a los niños así que, ¿por qué no?
Continuó con una sudadera negra que casualmente tenía el número "11" y que Tony tuvo que modificar para añadir dibujado el contorno del rostro de una armadura.
Siguió un aparato que debía de ponerse en el techo de la habitación, Tony lo había construido, se activaba con la voz y formaba un holograma de Iron Kid gigante.
La última caja fue lo que había estado construyendo minutos antes y que fue lo último que añadió antes de encontrar a Harley en la cocina.
Al abrirla Harley encontró una réplica de Iron Kid, y por un momento pensó que era una especie de estatua o figura simplemente, pero al sentirla la sintió construida con lo mismo que una real y llevaba un control remoto.
-Es como un robot, no hace gran cosa realmente, sólo te sirve para hacerlo caminar y dar saltos pequeños, y prende la luz de su mano cuando la levantas como yo hago cuando apunto, y claro también prende los ojos y donde tiene el micrófono puedes presionar y hablar, el mini robot transmite lo que dices hasta una gran distancia y tú puedes oír lo que te responden- explicó Tony.
Como con las demás cosas Harley estaba agradecido e impresionado.
Prendió el control y aprendió la pequeña Mark 1.53, haciéndola caminar en círculos.
-Genial- dijo.
La hizo saltar un poco y después la apagó, regresándola lentamente a su caja junto con el control.
Miró al rededor viendo las cajas que él había apilado y el papel que estaba tirado al rededor del piso.
Se levantó lentamente y ligeramente rosado se volvió hacia Tony, quedando frente a él.
-Muchas gracias por todo Tony, de verdad, me encantó todo- agradeció tímidamente, sintiendo cada palabra y pensando que quedaba en poca cosa, por el tiempo y dinero sabía debió de haberle costado al hombre.
De no haber sabido que lo rechazaría de inmediato o sólo lograría formar un ambiente incómodo, a pesar de la pequeña pena, se habría animado a darle un pequeño abrazo.
"Veamos si sigues pensando eso a continuación" pensó Tony reprimiendo una sonrisa burlona.
-Aún no digas eso, no hemos terminado con tus regalos, recuerda que te daría los últimos al final- le recordó, luego se volteó hacia las escaleras donde Harley por primera vez divisó una pequeña caja y otra mediana rectangular y plana, ambas envueltas en papel de regalo.
Tony tomó ambas y le extendió la plana.
-Aquí tienes, el regalo número veintiuno- le dijo sonriendo, pero de forma normal por lo que Harley no sospechó nada.
Tomó el paquete envuelto en papel de navidad y lo rompió, quedando con una imagen de los Vengadores, los seis dibujados en posiciones de pelea.
-Ah, un pequeño cuadro- dijo.
Era bonito y le gustaba, aunque le extrañaba porque era el primero que giraba en torno a los Vengadores y además, ¿por qué había sido importante que lo abriera hasta el final y por qué ese se lo había dado Tony en lugar de dejarlo con los demás.
-Sirve como eso si lo dejas de ese lado, del otro te sirve como un porta retrato, ya sabes, puedes poner una foto que te agrade, yo ya dejé una como fondo sino tienes ninguna- le dijo Tony, conteniendo la sonrisa.
Harley alzó una ceja y terminó de sacar el porta retrato, efectivamente sintiendo el vidrio del otro lado antes de darle la vuelta, y lo que vio le quitó un poco el aire: era él dormido, debajo de las cobijas y con el pelo un poco despeinado, más preocupante era que estaba abrazado firmemente a Kucly el Monstruito.
Al instante las mejillas le ardieron por lo rojo que estaba, y Tony no pudo reprimir una pequeña risa.
-Regalo extra, cortesía de mi habilidad como fotógrafo- dijo.
-Mmm, ¡Anthony!- gritó Harley dando dos pisotones, sintiéndose mal porque no tenía con qué taparse, además del porta retrato pero si dejaba la foto hacia él la seguía teniendo a la vista, y si la volteaba Tony la veía.
-Hey, tranquilo, yo creo que sales bien- le dijo Tony inocentemente.
Harley por toda respuesta como pudo volvió a meter el porta retrato en lo que quedaba en el papel y de paso lo envolvió con otros que quedaban antes de meterlo en la caja de la sudadera debajo de ésta.
Había estado a punto de dársela a Tony empujándola contra su pecho, pero consideró peor el hecho de que el hombre conservara la foto e incluso comenzara a deshacer su envoltorio improvisado para seguir mostrando la foto haciendo cualquier chiste.
-Me voy- dijo malhumorado dirigiéndose a la escalera mientras Tony continuaba riendo por los movimientos y expresiones al "esconder" la foto.
-No, no, espera, te falta un regalo- le dijo tranquilizándose y poniéndose delante de él para no dejarlo pasar.
-No lo quiero, gracias- dijo Harley intentando girar pero sin que el hombre lo dejara por seguir moviéndose delante de él.
Suponía que el siguiente regalo era parecido al anterior, si también lo había mantenido para el final y dárselo directamente.
-No, espera, en serio, este no es una broma y además es importante- le dijo Tony aún bloqueándole el paso y ya sin reír.
Harley se detuvo, más que nada porque de cualquier forma no lograba burlar al hombre.
-Va a ser otra broma- replicó quejumbroso.
-No, no, y de hecho el otro en cierta forma sí puede ser un regalo, el porta retrato sirve y la parte del cuadro también- hizo notar Tony encogiéndose de hombros- de cualquier forma el pastel es el verdadero número veintiuno, sólo que ayer vi el porta retrato y se me ocurrió la idea y, no pude resistirlo, se me metió en la cabeza- explicó Tony encogiéndose de hombros y sonriendo entre inocente y burlón.
-¡¿De dónde sacaste la foto?!- preguntó Harley dando un pisotón.
-De anoche cuando te fui a dar la última medicina, haber si despiertas más fácil cuando te hablo- le dijo Tony.
Sabía que el hombre había estado ahí.
-Que sepas que la voy a romper- advirtió.
Tony se encogió de hombros.
-Como quieras niño, tengo la original en mi celular de cualquier forma- le dijo.
Harley miró con los ojos abiertos.
-¡Tony!- gritó enojado, provocando de nuevo la risa del hombre.
-Hey, no es para tanto, apenas cumpliste once, no es muy raro que duermas con tu amigo monstruito- le dijo.
Harley nuevamente se dispuso a irse con la intención de enterrar su rostro en una almohada, pero de nuevo el hombre se atravesó.
-Está bien, está bien, ya te dejo en paz- le dijo, haciendo por parar la risa.
-Quiero que borres la foto- le exigió Harley.
-Sí, está bien, lo haré- le dijo Tony.
-Ahora, quiero verlo- exigió Harley.
-Ahorita no tengo mi celular aquí, pero en cuanto lo tenga la borro delante de ti- le dijo Tony, levantando una ceja, en pregunta si le parecía.
Harley se cruzó de brazos, no muy convencido.
-Si no lo haces yo te tomaré una después- amenazó, pensando ya en el uso que podía darle al celular recién adquirido.
-Está bien, está bien- aceptó Tony, pensando que sería cuestión de usar a J.A.R.V.I.S. para borrar una foto del celular que ÉL CREÓ, pero decidiendo dejar al niño con eso para pasar a lo siguiente- ahora abre este, no es como el otro, lo prometo- dijo tendiéndole la caja a Harley.
Harley dudó un poco pero supo que el hombre no lo dejaría hacer nada más hasta que la abriera así que terminó aceptándola, rompiendo el papel azul lentamente por miedo a lo que podría encontrarse ahí.
Cuando al fin lo hizo se tranquilizó al menos un poco, pues no había nada ridículo aún, sólo una caja negra.
-Adelante, ábrela- le dijo Tony señalando con la cabeza y poniendo las manos hacia atrás.
Harley lo miró dudoso pero lentamente levantó la tapa de la caja que estaba pegada de una parte y miró lo que contenía.
Tony notó la desconfianza con la que lo hacía, luego vio cómo el niño pareció relajarse en cuanto vio el objeto, pero convirtió su expresión en una seria con los ojos medio cerrados al verlo mejor, mientras él ponía una sonrisa casual en su rostro.
Entonces Harley sacó un reloj rojo delgado y de plástico de la caja y lo volteó hacia Tony aún con su expresión.
-¿Un reloj de Ositos Cariñositos?- preguntó.
-Sip- contestó Tony sin dejar de sonreír, después le dio un pequeño golpecito en el hombro antes de volver a hablar- de edición limitada- dijo.
Harley mantuvo la misma expresión unos segundos, pero al final no pudo evitar sonreír también, dando un pequeño atisbo de risa al recordar esa noche en que le dijo algo casi exacto a Tony cuando éste lo cuestionó sobre el reloj de Dora la Exploradora que le había prestado de la vecina de cuatro años que su madre cuidaba a veces.
El reloj tenía forma redonda, y en la parte del dibujo se veía a un Osito Cariñosito amarillo, Divertosito, con las manos levantadas y sonriendo usando una gorra roja, y en la parte de su panza se notaba que había un sol viéndose los rayos y el contorno amarillo, pero dentro de éste se situaba la hora.
Había sido una divertida casualidad que Tony lo encontrara, pues la noche anterior mientras buscaba cosas sin tener muchas ideas terminó llegando al área de relojes, desde los de adulto hasta los de niño, entonces vio un letrero algo grande ofreciendo las cosas de edición limitada, siendo en su mayoría diseños de deportes, Vengadores o con las fotos de la Estatua de la Libertad, hasta que encontró ese y recordando la noche de hace meses tuvo que llevarlo.
Él también terminó soltando una pequeña risa seguida de la de Harley.
-Está bien, no es el regalo número veintidós realmente, ¡pero!, está ligado a él, así que déjame te explico- dijo a Harley después, ganando su atención. Ya que los últimos dos habían sido más unos objetos de broma no los estaba contando en la suma final de los dos regalos por año.
-¿Ok?- dijo Harley dudoso, preguntándose qué podía tener que ver un reloj de Osito Cariñosito con otro regalo.
-Mira- comenzó a decir Tony- para esta última parte te voy a dar dos opciones, la primera es que puedes pedirme lo que quieras, un juguete o, no sé, cualquier cosa material, obviamente no sería un problema el asunto del dinero- explicó en primer lugar.
-Mmm, ok- asintió Harley atento.
-Y la segunda- continuó Tony, sin sentirse muy seguro aún de esa parte pero ya habiéndose mentalizado desde hacía rato- es que podemos salir para que lo festejes- dijo simplemente.
-¿Salir a dónde?- preguntó Harley, más que nada dubitativo, sin llegar a la sorpresa porque no se mencionaba un lugar en concreto.
-Tienes tres opciones para eso y una cláusula- dijo Tony, decidiendo dejar su cláusula para el final porque era más divertido- la primera es que te puedo llevar a un cine, creo que eso les gusta a los niños de tu edad así que lo consideré, ya escogerías la película tú. La segunda es que puedes ir a Chuck E. Cheese, ya sabes, con el ratoncito y los juegos con cupones- ésa última hizo a Harley mirar con más interés- y la tercera es ir a una feria que está algo cerca de aquí, está bastante grande, tiene diferente comida, juegos en los puestos y juegos mecánicos- terminó de explicar Tony.
No es que le pareciera la mejor idea del mundo salir con el niño a lugares tan públicos, pero J.A.R.V.I.S. le había mostrado unas imágenes de niños festejando su cumpleaños en lugares así como en McDonalds, y terminó creyendo que ciertamente así podría estar celebrando todo el día en lugar de únicamente tener un pequeño momento abriendo regalos, por lo que aunque una parte de él esperaba que Harley escogiera la opción de comprar algo más y listo, ya se había hecho antes a la idea de que podría irse por cualquiera de las otras tres, de lo contrario no lo habría propuesto, aunque cada una de las tres opciones para salir tendrían sus "normas" para con él, de forma que nadie pudiera reconocerlo.
Harley ahora sí había quedado sorprendido, pues no creía que el hombre querría alguna vez salir sin motivo necesario con él, pero ahora le daba esas opciones y por el día de su cumpleaños. No pudo evitar sentir cierta alegría en el pecho, no tanto por las opciones de diversión que tenía en frente, sino por la acción del hombre que las ofrecía.
-¿Entonces qué eliges mocoso? El tiempo corre- preguntó Tony al ver que el niño no decía nada.
Harley iba a hablar pero recordó algo.
-Espera pero, ¿no habías dicho que había una cláusula?- preguntó.
Tony dió una pequeña sonrisa que controló al instante para que el chico no la notara mucho.
-Sí, pero te la diré cuando elijas el lugar, de cualquier forma no es algo difícil o que no puedas hacer- respondió.
Harley lo miró desconfiado, dudando de si sería algo que le agradaría hacer, más que otra cosa.
-Ya, olvida eso un momento, necesito que elijas- lo apresuró Tony.
-¿En serio es la opción que quiera?- preguntó Harley.
-Pues sí, te las estoy diciendo por eso- contestó Tony encogiéndose de hombros.
Harley lo analizó. La opción del cine era la que menos le atraía, pues no era el mayor fan de ver películas a no ser que no hubiera más que hacer y la historia en serio le llamara la atención y en ese momento no sabía qué se estrenaba, además de que había notado hacía tiempo que J.A.R.V.I.S. tenía cualquier estreno y en la mayor definición. La segunda opción era buena y llamaba su atención al igual que la tercera, hacía un tiempo que no salía a lugares así, incluso cuando aún estaba con su madre puesto las horas de trabajo y el dinero.
-Mmm, el cine no, no tengo nada que quiera ver- comenzó a contestar.
Tony sólo asintió, aunque mentalmente lamentaba que se desechara la idea más segura de la segunda opción, puesto que bien podía mandar a Harley solo a ver la película o si se decidía a entrar estarían todo el tiempo en una sala oscura con la gente poniendo atención a la pantalla.
-¿Y de las otras dos?- preguntó- porque asumo que no estás pensando en la primera opción, ¿o sí?
-Mmm, bueno, si es molesto para ti...- comenzó a decir Harley.
-Ninguna de las cosas es molesta niño, las elegí con cuidado, sólo toma la decisión que quieras- lo cortó Tony imaginando por dónde iba esa frase.
Harley asintió y entonces desechó en su mente la primera opción también, sabía que a Tony le sobraba el dinero pero tampoco tenía que significar que tuviera que gastarlo en él y además no se le ocurría algo que podría querer, Tony ya lo había llenado de cosas, tanto ese día como hace tiempo cuando lo llevó a comprar juguetes, y con las otras dos opciones que le quedaban podría convivir con el hombre, que era lo que preferiría en su cumpleaños, estar acompañado.
-Lo primero tampoco lo quiero, prefiero ir a la feria o a Chuck E. Cheese- anunció.
-Ok, entonces decide el definitivo.
Harley comenzó a pensar pero entonces en lugar de guiarse por su gusto ánimo otra cosa fue a su mente.
-Espera, ambos son lugares públicos, ¿no crees que te molestarían si te reconocen?- preguntó, guardando en su mente el asunto de que sería que los vieran juntos además.
Tony comenzó a asentir.
-De hecho sí, pero pensé en eso y creo que debería explicarte antes de que decidas- dijo- verás, con Chuck E. Cheese irías solo, porque es un lugar cerrado y si alguien me reconoce tendrá suficiente tiempo y espacio para confirmar que soy yo- explicó dando a saber la resolución a la que había llegado cuando consideró ese restaurante.
Harley abrió la boca un poco antes de responder.
-¿Pero entonces...?- comenzó a preguntar.
-Entonces gracias a ese código que te ponen en el brazo tendré que pedirle amablemente a una familia que te deje entrar con ellos porque yo tengo cosas que hacer pero no quiero dejarte sin cumpleaños- terminó de explicar Tony.
Harley lo miró con los ojos entrecerrados.
-¿Es en serio?- preguntó.
-Mmm, sip, sé que no es la mejor opción pero es lo qué hay niño, como tú mismo te diste cuenta es un lugar público y yo soy bastante conocido, le robaré la atención al ratón- contestó Tony.
Harley rodó los ojos, comenzando a sentir una ligera decepción al pensar que al final podría haberse equivocado y su idea de estar ese día en compañía había sido pensado demasiado rápido.
-¿Y cómo funcionaría si es en la feria?- preguntó dudoso.
-Bueno, ahí también podría dejarte solo, lo cierto es que probablemente te terminarías perdiendo, no sé qué tan bueno eres para moverte solo y además tengo mi propio historial de personas que he salvado de esas montañas rusas, así que no sería mejor idea, la ventaja que hay ahí es que es bastante grande y no es muy probable estarse topando con las mismas personas una y otra vez como para darles tiempo a que me reconozcan, así que yo creo que con un pequeño "disfraz", podría pasar desapercibido- explicó Tony, habiendo pensado también en todo eso anteriormente.
-¿O sea que si elijo feria sí me acompañarás?- preguntó Harley dubitativo.
-Así es- confirmó Tony.
La emoción anterior regresó a Harley, aunque lo disimuló.
-Ah, bueno, entonces, elijo la feria- dijo casualmente reprimiendo una sonrisa.
Tony lo miró un momento, antes de alzar la ceja.
-¿Haces esa diferencia sólo porque yo pueda acompañarte?- preguntó.
Harley sintió un poco rojas las mejillas pero esperaba que no lo suficiente para que se notara.
-Sólo, creo que sería más divertido, y justo, así tú también vas- explicó tranquilamente.
-Sí, eso es lo de menos, lo que quiero decir es que ¿en definitiva no quieres elegir las otras opciones?- preguntó Tony aún con la ceja levantada.
-Mmm, no- respondió Harley.
Dudaba de por qué Tony estaba preguntando eso con ese aire de duda hasta que lo vio sonreír un poco maliciosamente y entonces comenzó a preocuparse.
-Está bien, entiendo, entonces niño, permíteme decirte las cláusulas de esto- dijo Tony formalmente y sin dejar de sonreír.
-Mmm- fue lo único que pudo murmurar Harley presintiendo que lo siguiente tendría algo no muy beneficioso para él.
-Ay, tampoco pongas esa cara de miedo, ya te dije que no te pediría nada del otro mundo, de hecho será algo bastante sencillo- le dijo Tony borrando la sonrisa y luego adoptó un tono más normal- mira, para conservar tu derecho sobre esta decisión, o sea para que la cumpla y no terminemos haciendo una de las otras opciones que por cierto elegiría yo, vas a tener que usar el reloj que te di durante todo el día- explicó.
La cara que puso Harley de ingenuidad le dieron ganas de hacerle otra foto para el porta retrato.
-¡¿Qué?!- preguntó Harley, mirando de pronto el reloj que no había soltado aún- ¿eso que tiene que ver con la salida?- preguntó después mirando a Tony.
-Nada realmente, pero sirve de pequeña venganza por la burla de un villano por tu reloj de Dora la Exploradora de edición limitada y además creo que se hace más divertido esto de salir- contestó Tony inocentemente.
Aunque había una tercera razón que no se atrevía a decir, y es que puesto que ya sabía que el niño podía ser muy sentimental o agradecido, no quería después un momento que pudiera incomodarlo mientras lo miraba con mucha gratitud y le agradecía, ¿podría incluso llegar abrazarlo? Ya había visto el día anterior que no era algo que le diera trabajo gracias a la visita de sus amigos, y aunque reconocía que con él controlaba ese tipo de afectos no olvidaba que el Día de la Independencia estuvo cerca de hacerlo cuando escuchó un fuego artificial, así que prefirió aplicar el "más vale prevenir que lamentar", el gesto sorpresivo de los regalos y de festejar su cumpleaños no sería tan agradable y para agradecer si entre eso iba implicada una foto a modo de broma que avergonzaba al niño y la condición de usar un reloj demasiado infantil para obtener uno de los regalos.
-Entonces gracias pero no gracias, prefiero pasar el día aquí- contestó Harley con determinación guardando el reloj en la caja.
-¿En serio? ¿Sólo por un reloj?- preguntó Tony alzando una ceja.
-Sí Tony, no voy a usarlo- dijo Harley.
-Vaya, que buena respuesta tengo después de hacerte un regalo- refunfuñó Tony cruzándose de brazos.
Harley sólo rodó los ojos pero no le dió importancia, de haber sido en serio un regalo ni siquiera habría expresado una inconformidad, simplemente lo habría agradecido, pero ya el mismo Tony había admitido que todo se debía a una broma y a la vez venganza.
-Pues ni modo- respondió simplemente dándole la caja donde venía el objeto al hombre, antes de comenzar a ir a las escaleras.
Tony podría haberlo dejado y ahorrarse la salida, pero no había pasado la noche investigando cómo darle al mocoso un buen cumpleaños para en ese momento echarse para atrás.
Por suerte sabía ya que el chico podía sentirse culpable fácilmente.
-¿En serio? ¿Cancelarás todo por no usar un reloj de Ositos Cariñositos? El día de mi cumpleaños yo aguanté ir hacia no sé dónde por un picnic, luego aunque no quería te seguí en una lancha que estrellaste, donde además tiraste la comida, pudiste quedarte ahí y ya mientras se reparaba el motor pero no, querías que tuviera un buen cumpleaños y me hiciste seguirte a través del bosque donde no mencionaré lo que pasó y al final quedamos atrapados en medio de la lluvia- dijo, con una pequeña sonrisa de lado.
No se había volteado pero escuchó claramente cómo Harley volvía a acercarse a él.
Para ese punto ya había sacado nuevamente el reloj de la caja y se volteó tendiéndoselo al niño que lo miraba con los ojos entrecerrados.
Lo tomó y mirándolo dubitativo se lo puso, luego volvió a mirar a Tony con enojo.
-¿Algo más?- preguntó serio.
-Sí, guarda esto en tu habitación, yo subiré a cámbiame y después podremos irnos- le dijo Tony sonriendo antes de pasar por su lado hacia arriba, pero se volteó antes de desaparecer de vista- ah, y ni se te ocurra cambiarte la playera por una de manga larga o usar sudadera, ambos sabemos que no hace frío- dijo antes de desaparecer.
Harley rodó los ojos nuevamente... justo eso se le había estado ocurriendo.
Prosiguió a hacer lo que Tony le dijo, sabiendo que si bien no quería usar el reloj no era para tanto, simplemente una pequeña venganza del hombre que ciertamente no era nada comparado con lo que él los había hecho pasar hace tiempo, y de cualquier forma no es que nadie fuera a notarlo o decirle algo realmente, habría mucha gente en la feria concentrada en divertirse, si nadie notaba a Tony Stark, ¿por qué notarían al niño que usaba un reloj de Ositos Cariñositos?
Terminó de subir todo dejándolo en el piso, que ya estaba bastante lleno de esa esquina por los demás juguetes, luego aguardó a Tony en el sillón de la sala.
Minutos después al fin bajó, duchado y vestido de forma muy casual con un pantalón de mezclilla y una playera café de manga larga, lentes negros y grandes que no dejaban ver sus ojos, pero lo que más llamaba su atención era la barba un tanto gris que se le veía, como si fuera más mayor.
-¿Qué te pasó?- preguntó al momento sorprendido y parándose.
-Tecnología especial para cambiar rasgos faciales, la Viuda Negra debió dejarlo aquí hace tiempo o yo se lo tomé por accidente, lo encontré en el taller- explicó Tony pasando una mano por su barba dejando ver ciertas luces azules prenderse para después desprenderse junto con su mano revelando un cablecito pequeño que tenía contratados tres cuadros delgados, al inicio, en medio y al final.
-Wow- exclamó Harley ante un aparato que podía hacer cambiar de apariencia así, como si fuera magia y se estuviera transformando.
-Vámonos- dijo Tony al momento antes de que el niño quisiera hacer experimentos con el aparato.
Sin perder tiempo fue a la camioneta seguido del niño y ambos entraron, teniendo aproximadamente una hora de camino.
No se hicieron esperar mucho las preguntas de Harley sobre el artilugio de los agentes por lo que pronto se vio contestando preguntas y dando explicaciones a lo largo del camino, en momentos teniendo silencio pero después surgiendo una nueva "sed" de conocimiento por parte de Harley, que él buscó saciar lo suficiente pero sin "ahogarlo" para después no tener líos innecesarios.
-Mmm, ¿no dijiste que no estaba lejos?- preguntó Harley en cierto momento.
-Una hora de distancia pero hay un poco de tráfico- explicó Tony.
Harley asintió y continuaron el camino en silencio.
Se sentía un poco ansioso, no era exactamente la primera vez que salía con Tony a un lugar con personas, ya habían ido a la tienda antes, recién que llegó con él, y hace ciertas semanas habían ido a un restaurante con el doctor Banner, hasta el momento no había habido grandes incidentes ahí como que fuera reconocido, sólo esperaba que se mantuviera así.
Tony tampoco era el más seguro, pero ya les faltaban poco kilómetros, así que cuanto antes acabaran con eso mejor, el niño tendría un buen cumpleaños y él agradecería la intención de su propio cumpleaños hace tiempo y además podría sentirse menos culpable del cambio de vida que le volvería a provocar cuando se deshiciera de él en poco tiempo... bueno, deshacer era una palabra fea, mejor dicho, cuando lo enviara a un buen hogar por su bienestar.
Cuando llegaron al aparcadero le tomó otros minutos encontrar sitio para estacionarse, pero en parte eso podía ser una ventaja, mientras más gente más podría mezclarse entre todos, aunque claro que si algo salía mal y lo reconocían habría más teléfonos grabando y multitudes rodeándolo.
Al estacionar se aseguró de encender un interruptor de forma que en su reloj aparecía un rastreador para encontrar la camioneta en caso de que se perdiera al volver.
-Ok niño, estás son las reglas, prácticamente puedes hacer lo que quieras, refiriéndome a que puedes jugar, comer y subirte a cualquier juego, obviamente, tampoco vayas a hacer una locura. No puedes separarte demasiado de mí porque no quiero que nos perdamos, si hay mucha gente a nuestro lado hablaré lo menos posible porque no quiero que reconozcan mi voz, creo que no sería necesario recordarte que debes obedecerme en todo y... saca buen provecho de este viaje- indicó rápidamente dándose la vuelta para mirar a Harley.
El niño analizó todo y apenas tuvo tiempo de asentir.
Luego Tony se colocó su "disfraz" de lentes y barba que fueron acompañados por una gorra vieja, bajó su manga para cubrir el reloj que llevaba y fácilmente podía pasar por ser cualquier hombre y no el genio millonario playboy que era.
-¿Alguna duda?- preguntó a Harley cuando estuvo listo.
-No señor- contestó el niño mirándolo bien para tener en mente cómo lucía con la barba blanca y no confundirse después con alguien más.
-Bueno, entonces vamos- dijo Tony.
Ambos bajaron de la camioneta, viendo que había gente caminando hacia la feria que recién salían de sus autos igual que ellos, pero que iban hablando entre sí sin voltear a verlos si quiera.
Tony le hizo un gesto con la cabeza a Harley y cuando el niño estuvo a su lado comenzaron el camino también hasta la feria, que mostraba su comienzo con un arco que arriba decía "BIENVENIDOS A LA FERIA VAREN".
Harley se mantuvo pegado a Tony, en cierto momento notando su reloj y haciéndolo quedar con el osito hacia el otro lado de su muñeca de forma que nadie pudiera verlo, disimuladamente.
Cruzaron el arco con los demás y al momento se escucharon gritos lejanos de la gente que estaba en los juegos y voces en general tanto de los otros visitantes como de los vendedores y dueños de los puestos.
-Bueno, ya estamos aquí, hace tiempo que no voy a una de estas, al menos no sin incluir citas o bebidas, así que no sé qué hace aquí un niño de tu edad- dijo Tony metiendo las manos en los bolsillos del pantalón.
Lo primero que Harley vio fue la montaña rusa a lo lejos.
"Ni loco" pensó.
-Mmm, hace tiempo que no vengo a algo así, yo tampoco sé- contestó, siendo cierto y además guiado por algo de timidez, reparando en que cualquier cosa que hiciera o pudiera muy probablemente le costaría a Tony dinero.
Sabía que el hombre era rico pero aún así le daba pena pedirle directamente algo, no era lo mismo a si sólo se lo ofrecía o se lo deba por él mismo.
-Mmm, ok, hay que caminar un poco y ver qué hay- respondió Tony, notando a los dos algo apagados.
Harley asintió y comenzaron a caminar, pasando por diferentes puestos con juegos y comida, siendo lo que estaba en la entrada pero notándose bastante extensos a lo largo del camino.
-Ok, dime algo, comida, juegos pequeños o algún juego mecánico, donde te aviso, yo no voy a subir- le dijo Tony.
-¿Por qué no?- preguntó Harley frunciendo el ceño, así sería más difícil que él eligiera subir a uno, aunque no fuera de altura.
-Porque no quiero estar haciendo una enorme fila para subir y vuelo en una armadura a toda velocidad todo el tiempo, no es como que esos movimientos me causen alguna emoción y tampoco quiero que mi gorra o lentes salgan volando, no necesito el video de "Tony Stark volando en el asiento del Elefante Dumbo en la feria del estado" en YouTube- explicó Tony.
Harley no pudo evitar soltar una pequeña risita ante la idea, imaginando a Tony aburrido y con los brazos cruzados en el elefante mientras todos los demás se divertían.
-Ok... igual a mí no me gustan mucho, son algo ruidosos- respondió, poniendo de una vez esa excusa para no expresar su miedo a las alturas.
Tony lo miró con una ceja levantada, haciéndolo creer que no creyó en su razón de no subir, pero no le dijo nada.
-Ok, ¿qué tal el típico juego de dale al pato y llévate un premio?- preguntó minutos después Tony cuando llegaron a un puesto de eso que estaba solitario.
-Mmm- comenzó a tararear Harley.
-Oye, ambos sabemos que tienes buena puntería, además en serio haz algo, no conduje hasta aquí para ver solamente- lo interrumpió Tony.
Harley tomó unos segundos.
-Pero hazlo tú también, ahí no hay gente y no hay forma de que se vaya tu disfraz, tampoco es algo muy tedioso- replicó Harley.
No era que fuera tímido o miedoso para ir a tiendas y esas cosas solo, pero tenía en mente que estar en una feria se trataba de convivir con la persona que lo acompañara, y no sólo de hacer cosas para cumplir con el número veintidós de la lista mientras Tony sólo lo veía aguardando a eso.
Además si él estaba pagando y organizando todo eso, al menos podría llegar a divertirse un poco o intentarlo.
Tony pareció pensarlo pero terminó dando un pequeño gruñido.
-Está bien- dijo después- pero recuerda que no puedo hablar demasiado, sigue estando el vendedor.
-Ok- asintió Harley sonriendo.
Se acercaron al puesto donde un hombre de pocas palabras los atendió.
Tony pidió los dos juegos y pagó, manteniendo una voz seria para endurecerla un poco.
La diferencia de esa salida y las anteriores era que en las anteriores mientras fue al mandado y a comprar ropa no había sido tan malo que los trabajadores lo reconocieran, estaba haciendo cosas necesarias como comprar comida o ropa para "donar", y en el restaurante con Banner él no sería el único en acaparar la atención, incluso Banner podría terminar espantando gente por el Otro Sujeto, y era menos fácil que las personas tuvieran una excusa para ir a su mesa y comprobar cuando ¿por qué irías a una mesa ajena? En cambio en esa ocasión iba solo con Harley y lo que hacía no era una necesidad, se haría noticia al momento y las preguntas del por qué estaba ahí aparecerían al instante con teorías, además de que en ese caso al menos para el vendedor había sido evidente que iban juntos y él había pagado por los dos, y si alguien podía reconocerlo sólo por su voz podría acercarse con la excusa de querer un juego y terminar averiguando quién era si lo veía muy de cerca.
Pero al menos en ese momento ya iban por el segundo juego y todo perseguía normal.
Ambos eran buenos, Harley desde el día que lo conoció había demostrado tener una buena puntería y por su parte había desarrollado eso como Iron Man, y después de atinarle a todos los patos la primera ronda el vendedor hizo la oferta de que pasaran los siete niveles para ganar un premio mayor, de forma aburrida aún.
Ambos aceptaron y Tony pagó todo, provocando una ligera sonrisa por parte del hombre.
Entonces el juego continuó aunque sin competencia por parte de ellos en esa ocasión, automáticamente ambos estaban ganando.
Al finalizar cada uno pudo obtener un premio mayor, que básicamente consistía en peluches grandes que colgaban en la parte de arriba y decoraciones que estaban en el mostrador de atrás.
-Elige también por mí, no necesito un peluche- instruyó Tony al niño mientras éste miraba las cosas.
-¿Estás seguro?- preguntó Harley.
-Completamente- respondió Tony.
Al final Harley eligió por él un pingüino grande que servía también de almohada, y por Tony tomó un leopardo de estatua que abría la boca si le jalabas la cola y servía de lámpara.
-Sabes que J.A.R. prende lámparas del techo si se lo ordenas, ¿verdad?- preguntó Tony.
-Tampoco es que hubiera muchas cosas- respondió Harley, cuando ya se alejaban del puesto.
Después de ese se animaron a ir a uno donde tenían que atinar pelotas pequeñas en unos hula hula pequeños que flotaban en unas peceras a cierta distancia.
Ahí había tres pares de gente además de ellos pero no les prestaron atención.
Resultó ser que Harley era más hábil disputando algo que teniendo que poner también la fuerza a la hora de aventarlo por lo que terminó perdiendo.
Tony no le hizo la burla abiertamente para no llamar la atención pero en su sonrisa burlona expresó todo lo que podría haber estado diciendo.
Él sí ganó, acertando todas, y ganando un bote de espuma acompañado de un llavero de patito.
-Toma- le dijo a Harley cuando estuvieron más alejados de la multitud, dándole el llavero.
Harley lo tomó.
-Apriétale las alas, creo que hace un ruido raro- le dijo Tony.
Harley lo hizo extrañado de que no se estuviera burlando de él y sólo decidiera compartir su premio, pero entonces sintió un fuerte toque en la mano en cuanto apretó el llavero, de forma que terminó soltando un gritito mientras lo soltaba instintivamente.
Tony al momento no hizo esperar su risa.
-¡Hey!- gritó Harley indignado.
-Oye, lo dejaste caer- dijo Tony al mismo tiempo que reía y se agachaba para recoger la lámpara- ¿pero es que no viste cuando le dio toques a esa mujer?- preguntó después al niño.
-No- contestó Harley de mal humor.
-Ah, sí, sufrías porque perdías en ese momento- se burló Tony.
-Ja ja- dijo Harley.
Tony hizo un movimiento para darle los dos premios al niño, con la intención de regalárselos ya que a él no le servían de nada, pero lo pensó mejor y volvió a traerlos a sí mismo.
-Sin tuyos pero te los confiaré cuando esté seguro de que no seré una víctima- dijo imaginando lo que Harley podría hacer con la espuma, y ciertamente el niño ya estaba haciendo planes para ese artefacto.
Lo siguiente que hicieron fue comprar una mochila para meter lo que habían estado ganando, aunque el pingüino terminó en una bolsa a parte amarrado a una tarrea porque era muy grande.
-¿Qué quieres hacer ahora?- preguntó Tony.
-Cualquier cosa que no sea de patos- dijo Harley.
-A que una persona puede hacer que quieras mantenerte alejado de esos animales, ¿mmm?- dijo Tony recordando el suceso en el lago hace más de un mes. Wow, el tiempo desde que el niño vivía con él sí que pasaba.
Harley por toda respuesta le dio un ligero empujón con el hombre que ni siquiera logró mover al hombre.
Lo siguiente fue un juego de canicas sin nada de dificultad, sólo aventarlas y que cayeran en diferentes agujeros que al final debían sumar puntos para ganar el premio.
Tony no le veía mucha emoción para participar pero terminó haciéndolo sólo para que el niño se llevara otro premio.
Terminó con un rompecabezas de Dragon Ball Z y una pistola de juguete con balas de goma.
Después fueron a un puesto donde tenían que tirar plumas a globos para tronarlos, donde nuevamente Harley volvió a perder pero Tony lo dejó escoger su premio, que fue una armónica.
-¿En serio? ¿No preferías el dominó?- le preguntó Tony mientras el niño guardaba la armónica en la mochila.
-Ya tengo uno, tú me lo compraste- le dijo Harley.
-Sí, pero es silencioso a diferencia de esa cosa- apuntó Tony, que comenzaba a temer por los siguientes días.
-Eso es lo divertido- dijo Harley, emocionado de experimentar con el nuevo instrumento (en gran medida por molestar a Tony)- ¡mira! ¡Ése se ve divertido!- gritó de pronto yendo hacia un puesto donde había que tirar con las flechas.
Tony sonrió un poco por ver que ya había tomado confianza para pedir participar en los juegos y se veía más animado.
Pagó sólo por los tiros de Harley ya que sabía que a él no se le daría muy bien lanzar con un arco y prefería ahorrarse las burlas, aunque no habría habido forma de tenerlas puesto que Harley era igual de malo.
-Pon los pies más separados y respira un poco- le dijo entonces.
-¿Eso en qué me ayuda con mover mejor las manos?- preguntó Harley.
-No lo sé, pero es lo que hace Legolas en sus entrenamientos- dijo Tony.
Harley lo miró raro, sin saber a quién se refería Tony y sin creer que hubiera estado horas viendo El Señor de los Anillos con lo largas que eran las películas y al no tener acción que incluya pistolas y bombas.
Tony medio cerró los ojos.
-Ojo de Halcón- aclaró en un susurro al notar la mirada confusa del niño.
-Ah- dijo Harley entendiendo.
Hizo como le dijo y aunque falló nuevamente el tiro se acercó un poco más que los anteriores.
Al final no ganaron nada en ese juego y se retiraron.
-¿Qué más hacen en sus entrenamientos?- preguntó entonces Harley.
-Mejor dejemos esos temas para otro momento, ¿bien?- dijo Tony que no quería hablar de conocer a los Vengadores ahí mismo, siempre podía haber fanáticos pero al menos por el momento nadie se había fijado en él.
Después se detuvieron a ver un espectáculo de un payaso haciendo malabares que a él le aburrió pero que Harley miró con atención.
Mientras tanto él se fue y terminó volviendo con dos algodones de azúcar cuando el show ya había acabado.
-Toma- le dijo al niño.
-Gracias- respondió éste tomando el dulce.
Fueron a comerlo en una banca que estaba por ahí, cuando Tony notó que Harley había volteado su reloj. Iba a reclamarle pero en ese momento su celular sonó.
Lo sacó sin ver quién era y contestó.
-Hola- dijo tranquilamente.
-¡¿Dónde estás?!- le contestó Happy casi gritando.
Incluso Harley volteó a verlo confundido.
-¿Por qué pre...- comenzó a decir Tony cuando se paró en seco, y de golpe todo fue a su cabeza: la reunión, el ET, los coreanos, algo sobre los japoneses que ni siquiera recordaba bien- ¡Happy!- gritó de poco con tono de disculpa.
-Tony, la reunión era a las 03:00 y ya son las 03:20, te dije que podías llegar algo tarde para dar mala impresión pero no que no vinieras y ni siquiera me contactaste hoy o me hablaste el día de ayer como acordaste- recriminó el jefe de seguridad con evidente tono entre molesto y preocupado.
-Sí, sí, sí, lo sé Happy, sólo...- comenzó a decir Tony, aunque se dio cuenta de que no tenía una razón buena para eso, simplemente se le había olvidado, el día anterior terminó distraído por la visita inesperada que llegó y después sólo pudo dormir y bloquear otros pensamientos hasta que puso su mente en buscar regalos y envolverlos, entonces llegó el día y tenía que cumplir con el último que era sacar a Harley, no había dejado cabeza para nada más- lo olvidé- terminó admitiendo.
-¡Anthony!- gritó Happy.
-Ya sé que está mal pero antes de que me digas algo debes saber que fue por una razón justificable, no puedo darte detalles ahora pero lo hice por una buena causa- apuntó Tony.
-¡¿Cuál?!- preguntó Happy.
-Mmm, ¿ya le deseaste feliz cumpleaños a Harley?- preguntó arrimándole el celular al niño, aunque al momento éste se lo empujó de vuelta no queriendo meterse en el enojo del otro hombre.
-A mí no me metas- dijo.
-¿Qué?- preguntó Happy.
Tony se levantó de la banca y se alejó para no ser escuchado por el niño.
-Que es cumpleaños de Harley, te lo dije ayer, terminé buscando regalos toda la noche y ahora lo traje a una feria- explicó Tony en un susurro.
-¿Estás festejando el cumpleaños del niño? ¿Por qué? Tú... ¡cómo sé que no es una mentira!- dijo Happy.
-No, no Happy, es en serio, te lo dije ayer, recuérdalo- contestó Tony.
-Lo recuerdo pero ¿desde cuándo eres así de atento?- cuestionó Happy- ¿y por qué no me avisaste que no ibas a venir?
-Comencé a planear todo desde ayer en la noche, fue muy precipitado, sólo... pensé que era una buena idea, es el primer cumpleaños sin su madre y estoy a punto de hacer que su vida cambie otra vez, al menos creí que podría hacerlo pasar un día agradable- explicó rápidamente y en voz baja, alejándose más de Harley, quien en momentos lo miraba curioso pero después volvía a concentrarse en comer de lo que quedaba de su algodón de azúcar.
Happy guardó silencio un momento.
-Ok, está bien, entiendo pero oye, podrías haberme avisado, cuando tú faltas a este tipo de cosas es a mí quien come vivo el ET- dijo después.
-Lo sé, fue mi error, lo siento, pero... ayer estuve muy distraído y no saber lo difícil que es darle regalos a un niño sin que descubran las personas que los estás comprando, estuve improvisando cosas y yendo a recoger otras cosas a otros domicilios y fue un caos, terminé el último regalo hoy en la mañana y enseguida el niño los abrió y estamos en la feria haciendo un improvisado festejo- explicó Tony.
-Bueno, quitando los temas de Iron Man para los cuales no te digo nada, he de admitir que ésta es la mejor razón que me has dado hasta ahora para dejarme botado con la empresa- dijo Happy.
Tony no supo si lo dijo como algo bueno o como un reclamo.
-¿Qué está pasando? ¿Cómo van? ¿En serio necesitas que vuelva? Podría, no sé, creo que el niño lo entendería...
-La reunión está en curso, los coreanos pidieron cinco minutos y yo salí a marcarte creyendo que todo era parte de tu plan de llegar tarde, y en cuanto a cómo vamos diré que no están muy contentos por tu ausencia, lo cual por supuesto, es algo bueno- lo cortó Happy explicándole.
-Pues ¡bien! buenas noticias al menos- dijo Tony.
-Sí, lo sé, pero el ET se está esforzando bastante y tú eras nuestra arma secreta para sabotear todo, incluso aunque regreses ahora si no llegas antes de que todo termine saldrá lo mismo que te quedes allá y ya no vengas, entendí que pidieron los cinco minutos porque les ha surgido una junta de improviso, no creo que duren más de una hora con nosotros ahora, pero sí que quieren llegar a un acuerdo ahora, ya sea negativo o positivo- informó Happy.
Tony pensó unos segundos.
-Ok, toma nota- dijo- para empezar toma el hecho de que yo no estoy ahí, aclara que no me interesa pero de forma indirecta, eso sí sabes comunicarlo, después expresa desconformidad por el tiempo que dedican, se molestarán porque exigimos lo que no estamos dando, luego has comparaciones con nuestros productos y aclara de alguna forma que no están a la altura, incluso compara con otras empresas, tengamos trato con ellas o no, y...- continuó instruyendo Tony rápidamente- ¿entiendes?- preguntó al final.
-Sí, y ya es la tercera vez que me llaman, voy a hacer eso y te aviso- contestó Happy, escuchándose nervioso por su misión en solitario.
-Mientras más esperen mejor, y tú relájate para criticarlos, y si te ves nervioso aprovéchalo para que no te crean apto- dijo Tony.
-Fácil para ti decirlo, me deberás reemplazarme en una junta o algo por esto- le dijo Happy.
-Sí, sí, anótamelo en la cuenta, puedes cobrarlo cuando quieras, ahora ve ahí y hazme sentir orgulloso, me avisas el resultado- respondió.
-Bien- dijo Happy después de suspirar y antes de colgar.
Tony volvió a guardar el celular y soltó el aire, analizando el hecho de que lo olvidara, aunque llegaba a la conclusión de que no era la primera vez que dejaba pasar algo relacionado a la empresa, la única diferencia era que en esa ocasión la causa fue Harley.
Regresó junto al niño después de eso, cuando éste ya se había terminado su algodón de azúcar.
Se le quedó viendo aunque parecía no animarse a decirle algo.
-¿Qué pasa?- le preguntó él mismo.
-Mmm... ¿faltaste hoy a tu trabajo por mi culpa?- le preguntó.
¿Cómo había olvidado preguntarle eso? Si bien había despertado con la idea clara de que Tony debía de ir a la empresa después de ver los regalos y más después de abrirlos había terminado olvidando eso por completo como para considerar si quiera que se había pospuesto la junta o algo así.
-No en realidad- respondió Tony como si nada, pero al ver la cara de Harley supo que veía que sí lo había hecho- no fue tu culpa, sí lo olvidé por tu cumpleaños pero fue mi propio error, tú no tienes nada que ver, y tampoco es la primera vez que me pasa, ya me ocurrían cosas así antes de que llegaras- explicó.
-¿Pero no debes ir ahora? Tenías una junta, si quieres podemos irnos, no hay pro...
-Relájate niño, todo está bien, arreglé las cosas y Happy va a saber arreglárselas, además la idea precisamente es que esta reunión salga mal- interrumpió Tony.
Harley se quedó callado y asintió, eligiendo que lo mejor era escuchar a Tony respecto a eso sin más, después de todo el día anterior su trabajo había sido el motivo de su mal humor y no quería recordárselo.
-Anda, aún queda mucho día por delante, hay que hacer algunas cosas más y después podemos comer- dijo Tony después parándose de la banca.
Su siguiente parada fue un tanto aburrida para Tony, ya que consistió en ver una obra teatral de marionetas, que Harley insistió quería presenciar ya que era uno de sus cuentos favoritos cuando era niño.
Cuando terminó fueron a un puesto donde debían encestar balones de basquetbol, y si bien Harley no mostraba mucha habilidad, se manejaba de mejor manera que en las anteriores ocasiones en las que el juego estuvo involucrando puntería.
Ganó un premio pequeño que fue una pequeña figura de Thor, mientras Tony ganó un balón pequeño de básquetbol.
Continuaron caminando cuando Harley vio algo que siempre quiso hacer cuando lo presenciaba en las películas.
-Oh, oh, mira, es el concurso de adivinar el peso del cerdo- le dijo a Tony- ¿podemos ir?
Tony observó, había un hombre con una caja donde había cuatro cerditos bebé, con un letrero donde se colocaba el premio.
-Ni loco- le dijo de inmediato a Harley.
-¿Por qué?- preguntó éste.
-Veo probabilidades de que adivines, y yo no quiero un cerdo de mascota- expresó Tony, imaginando ya con terror a la criatura por la casa.
Habría de dos opciones una vez Harley se fuera, podía llevar al animal con él y se desharía de ambos, pero aún no sabía cuánto podría alargarse la estancia del niño y mientras tanto quería ahorrarse el olor a número dos por su residencia, y en el peor de los casos la familia donde Harley fuera no querría a la peculiar mascota y habría más sufrimiento por parte del niño y él a fin de cuentas se quedaría con un inquilino en la casa.
-Probablemente no le atine, ¿cómo sabría el peso exacto?- dijo Harley.
-Los genios encuentran la manera- respondió Tony antes de agarrar a Harley de un hombro y conducirlo unos pasos para que siguiera caminando.
Lo siguiente fueron juegos de bolos (con una pelota de juguete, claro). Ahí sí que iban parejos y terminaron en las competencias de quién derribaba su torre primero, expresando todo con la sola mirada ya que había más gente.
Al final ganó Harley y se llevó un globo que según el vendedor al inflarlo sería un perro que podría golpear y que nunca se caía.
Tony por su parte ganó unos cromos de Bob Esponja que como siempre regaló a Harley.
-¿Seguro que no quieres subir a ningún juego mecánico?- preguntó Tony mientras recorrían más de la feria, con la duda de si la opinión del niño había cambiado ahora que se veía más entusiasmado y en confianza.
-Ajá- respondió Harley sin dudarlo.
Obviamente no iba a subir a ningún juego de altura y aunque había algunos más ligeros prefería no hacerlo solo.
Tony lo miró.
-Si quieres hacerlo sólo digo, tampoco es que vaya a pasarte algo por ir solo- le dijo.
-Ya lo sé, sólo que estoy bien con los pequeños juegos de aquí, nunca he sentido gran emoción por los juegos mecánicos- contestó Harley despreocupadamente.
Tony lo pensó un momento. Nadie había reparado en él de forma extraña.
-Puedo acompañarte a la rueda de la fortuna, hasta ahí, es la única que no va muy rápido- se ofreció.
Harley se sorprendió un poco por el cambio de opinión del hombre sobre no participar en los juegos mecánicos, pero aún así negó con la cabeza, siendo su miedo la principal razón que lo frenaba.
-No gracias Tony, en serio, prefiero continuar así, me divierte más- insistió.
Tony iba a insistir pero notó que Harley no parecía esconder nada en su expresión por lo que supo que decía la verdad sobre no querer subir así que sólo se encogió de hombros.
-Bueno, entonces elige lo siguiente- instruyó.
Caminaron un poco más hasta que llegaron a una zona donde había cinco futbolitos medianos que funcionaban con monedas.
-¿Una ronda?- preguntó Harley.
-Yo los de rojo- contestó Tony.
Fueron y Tony puso las monedas, después comenzaron a jugar, tomando la competencia como algo muy importante de inmediato.
-Hay que poner un reto, algo para que cumpla el perdedor- sugirió Harley.
-¿Por qué quieres humillarte?- le preguntó Tony.
-Lo que quiero es vengarme por lo del patito- respondió Harley, sin dejar de jugar.
Tony dio una pequeña risa.
-Buena suerte con eso. Pon un reto si quieres pero no pienso perder en esto- respondió Tony.
-Tú usarás el reloj por el resto del día si gano- dijo Harley.
Tony lo miró levantando una ceja y luego sonrió de lado.
-Bien, acepto, pero si yo gano tú vas a usarlo una semana entera- dijo.
-Mismo tiempo para ti entonces- replicó Harley.
-Muy bien, trato hecho- dijo Tony confiado.
-De acuerdo- respondió Harley con una sonrisa de lado.
Continuaron jugando hasta que...
-¡Sí!- dijo en voz medio alta Tony, cuando metió el tercer gol que lo declaraba ganador.
Harley soltó el suelo y puso mirada lastimera.
-Por suerte para ti es contra el agua, así que puedes usarlo toda esta semana sin problema- le dijo Tony llegando a su lado con una sonrisa burlona.
Harley rodó los ojos.
-Bien, pero ya me desquitaré- declaró.
-Como quieras chico, pero hazlo después de la comida, tengo hambre- dijo Tony.
Lo siguiente que hicieron fue doblar por otro lado de la feria donde había más comida que juegos y algunos puestos incluso tenían dos o tres mesas pequeñas al rededor del carro para que las personas se sentaran mientras comían.
-Tú eres el cumpleañero, elige qué quieres- le dijo Tony a Harley.
Éste miró al rededor y vio muy apetitosa una hamburguesa con papas en un cartel colgado dentro de un carrito.
-¿Hamburguesa?- dijo.
Tony asintió y fueron ahí.
Era uno de los carritos que tenía mesas pero sólo dos, una a cada lado y como preferían sentarse para comer ocuparon una mesa, dejando a Tony dándole la espalda a la gente y Harley frente a él.
Habían pedido ya la hamburguesa pero tardaría unos minutos en estar.
-¿Te está gustando estar aquí o preferirías otra cosa?- terminó preguntando Tony.
-Me gusta, gracias- respondió Harley con una pequeña sonrisa.
Tony sólo asintió con un tarareo y se quedaron en silencio unos minutos, estuvo a punto de romperlo pero ya que Harley tenía sus manos sobre la mesa volvió a notar que había volteado el dibujo del reloj para sólo poder verlo él.
-Nop, eso es trampa- dijo, y sin dar paso a que el niño entendiera tomó su muñeca y comenzó a darle vueltas al reloj hasta que volvió a ser visible y lo soltó.
-¡Hey!- protestó Harley.
-Así no usé yo el de Dora- dijo Tony.
-Tú me pediste un reloj y yo cumplí, yo no te pedí éste- replicó Harley, pero al momento se arrepintió, no quiso sonar mal agradecido por el gesto de Tony, se dejó llevar porque sabía que ese regalo había sido con el propósito de hacer una broma, pero aún así cuando dijo eso se sintió culpable- quiero decir, te lo agradez...
-No se trata de comparar eso, usarlo como es debido es parte del trato porque estamos aquí, te lo dije, una cláusula, no puedes romperla, ¿mmm?- lo cortó Tony de forma casual. Claro que entendía a lo que se había referido el niño, incluso sería aburrido sino le estuviera reclamando al respecto, y no necesitaba entrar en un discurso de agradecimiento, menos por el objeto que sí tenía como única finalidad "molestar" al niño.
Antes de que Harley pudiera responder el vendedor le dijo a Tony que las hamburguesas estaban listas y éste se paró por ellas al igual que por los refrescos que había pedido.
Los regresó a la mesa y los acomodó para cada quien antes de sentarse.
-Menos mal, muero de hambre- dijo antes de dar una mordida.
Harley sólo asintió y comenzó a comer también.
-¿Has elaborado un juego mecánico?- le preguntó a Tony después.
Éste terminó su bocado antes de responder.
-No, no es una especialización de mi empresa, hasta hace tiempo hacíamos armas, luego nos expandimos en otros terrenos pero que se mantienen en cosas tecnológicas que las personas utilizan día con día como una necesidad, lo único especialmente para niños son algunos juguetes de Los Vengadores que patrocino pero tampoco recae en nosotros la elaboración completa- explicó.
-Oh- dijo Harley- tal vez deberías intentar hacer robots o algo, lo que personalizaste de mis regalos está muy bien, podrías hacer robots- añadió, suponiendo de los cambios hechos ya que claramente no había artículos de Iron Kid.
-Ja, no gracias, tuve suficiente con los tuyos, y respecto a los robots no quiero arriesgarme a que encuentren la forma de hacer destrozos con ellos y tener padres furiosos pidiendo un reembolso- contestó Tony.
Harley sonrió un poco ante la idea.
Terminaron de comer veinte minutos después y dejaron la mesa dispuestos a seguir con el recorrido.
Lo siguiente que nuevamente a Tony aburrió fue un mago que estaba haciendo sus trucos, los cuales adivinaba fácilmente cómo hacía.
-Sabes que son trucos, ¿no?- le susurró a Harley.
-Sí, me entretiene descubrirlos, incluso he llegado a mencionárselo a los magos al final pero aquí hay varios niños pequeños, no quiero romperles la ilusión- le contestó él.
Tony sólo asintió con el labio un poco curveado.
Pasaron quince minutos cuando todos comenzaron a retirarse.
-Mami, yo quiero un reloj de ositos como el de ese niño- escucharon decir a una niñita que pasaba a su lado antes de irse ellos.
Harley al momento tuvo la cara un poco roja mientras Tony comenzaba a reír.
-Creo que sí debí romperle la ilusión- murmuró Harley, pensando que Tony se las pagaría en algún momento bien planeado.
Fueron a un puesto de fútbol donde debían anotar la pelota en la portería y cada uno ganó un llavero con forma de balón, Harley había logrado hacer lo que Tony llamó "un tiro al menos decente".
Luego observaron a un mimo por algunos minutos para después comer un helado de vainilla mientras seguían caminando y llegaron a otro puesto que atrajo la atención de Harley, era de los que tenían figuras de arcilla y podías pintar ahí mismo.
-¿Qué tal pintar?- le preguntó a Tony, teniendo tiempo que no hacía eso y recordando algunas esculturas que llegó a pintar con su madre.
-Yo no voy a ponerme a eso, es para niños, pero ve tú- le dijo Tony.
-Hay una señora ahí, está grande- le hizo ver Harley.
-Tampoco soy tan mayor- dijo Tony mientras sacaba algunos dólares- ve a pintar tú y mientras tanto yo puedo ir al puesto de allá a tomarme una cerveza, ¿bien?- dijo dándole el dinero y alejándose sin más antes de que el niño diera una respuesta negativa, pero afortunadamente no lo siguió y cuando volteó a verlo vio que hacía justo lo que le ordenó.

Iron Man. Vida como padreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora