Mi destino en tus ojos

Capítulo 30

María Raquel

Converso un rato con Yovana, hasta que me pide prestado mi cuaderno de Ciencia y Tecnología, voy directo a mi carpeta a sacar lo que me ha pedido mi amiga, cuando veo a Rodrigo sentado en el sitio de Noé, se encuentra agachado sin nadie a su alrededor...

¿que le pasa?

-María Raquel ¿ya?- dice Yovana impaciente

-si, un momento- susurro

Cojo mi cuaderno, me dirijo a donde esta mi amiga, le entrego mi cuaderno y regreso a mi sitio...no puedo seguir viéndolo así...

-Rodrigo...- digo

Se incorpora lentamente, me ve directamente a los ojos y noto que su mirada tan expresiva se ha vuelto distante, fría y nostálgica...

Me mira como si quisiese decir-¿que?, pero no puedo articular ni una sola palabra, sus ojos están hinchados y levemente enrojecidos que es muy difícil poder apreciar bajo el cristal de sus lentes...¿por que se encuentra así?...

-eh...- desvío el tema en que pensaba abordar una conversación con el- te vas a cambiar al grupo de Educación Física definitivamente- le pregunto

Me observa y pronuncia

-si, esta decidido eso

-ah- suspiro - esta bien...es tu decisión, si te sientes mas cómodo en el grupo de Educación Física, por mi parte estoy de acuerdo

-ah, ya

-Rodrigo...¿que haces acá?- dice Yovana que recién viene llegando

-nada- sonríe - me voy si quieres

-si, me harías un gran favor- reconoce mi amiga

-no te vayas- digo

Me mira confundido y aclaro

-me refería a que no es necesario que te vayas

-ah, pero igual este es el sitio de Noé, no el mio

-entonces, adiós

-adiós- susurra

Rodrigo se para, camina con las manos dentro de los bolsillos de sus pantalones, y se sienta al costado de Adrián...

-¿estabas conversando con el?- dice Yovana incrédula

-si- contesto- un poco, hasta que tu llegaste

-ah, y de que conversaron

-nada en especial...- digo -se veía triste y no se por qué- le comento

Tal vez ella tenga una idea de el motivo por el cual mi gran amor se encontraba con esa actitud

-es obvio porque....- responde

Así que lo sabe....

Y entonces añade

-estaba así por Liz- y confirma mi triste pensamiento