Capítulo 104

22 5 6
                                    

María Raquel

Desvío la mirada para evitar llorar, y es que decir de viva voz que Rodrigo está enamorado de Liz, me hace más daño de lo que he podido imaginar...

Yo sé que él la quiere a ella...

Siempre lo supe...

Pero aún así mi corazón no tomó resguardos y acabé amándolo...

¿cómo desprender este sentimiento inexorable de mi ser?

He procurado lograrlo varias veces, pero se me es tan complicado...

Lo amo tanto, tanto que nunca dejaré de hacerlo...

-María Raquel- murmura Liz sacándome de mis pensamientos

La veo fijamente y ella toma la palabra de nuevo

-yo sé que él está enamorado de mí, todos me lo dicen, incluso yo lo he notado, pero tienes que saber que a mí eso no me importa, yo no lo quiero...

Liz tiene su amor, el amor que yo siempre he querido

¿por qué? ¿por qué la vida es tan injusta conmigo?

¿por qué a ella le dieron el amor de Rodrigo, cuando no lo quiere?

¿por qué no me dieron aquel amor a mí?

¿por qué no me dieron lo que deseaba?

Y es que nunca había deseado algo con tantas ganas...

Deseaba su amor, un amor que nunca será mío, puesto que tiene otra destinataria, y esa destinataria es Liz, mi antes mejor amiga...

-si el problema es éste- musita -si éste es el motivo por el cuál no podemos ser amigas, no te preocupes, yo le diré que no lo quiero, yo hablaré seriamente con él...

Continúo mirándola...¿es posible que una persona sea tan buena?

-¿harías eso por mí?- dudo

No lo puedo creer...

-hemos sido amigas desde siempre, y no voy a permitir que el amor de un chico sea el motivo por el cuál nuestra amistad se haga pedazos...

Sonrío levemente...

Liz es demasiado ingenua...

Empiezo a reírme y ella me ve con un atisbo de confusión...

-deberías haber visto tu cara- me burlo -la manera en cómo hablabas, pronunciabas las palabras con tanto sentimiento...¡gracias por hacerme reír!

Mueve la cabeza de forma negativa con indignación y habla

-lo decía enserio

-pues por muy enserio que sea, no deja de ser gracioso...

Intensifico mi sonrisa y añado

-no quiero que hables con él, Liz...sería por demás- hago una pausa -¿y sabes? me ayudarías mucho si desapareces de mi vista....

Entiende mi indirecta como una invitación de que tiene que marcharse y lo hace, pero antes comenta

-siempre contarás con mi ayuda, María Raquel....fuimos grandes amigas, y el cariño que te tengo nunca cambiará...

Y dicho esto, se va al fin...

¿cree que me va a conmover con su patético discurso de amiga incondicional?

¡ja!...

Me río nuevamente y a la vez farfullo por lo bajo

-querida amiga, no sabes lo que te espera...

Mi destino en tus ojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora