Always In My Heart ≈Yours Sincerely, Louis≈ [1]

Capítulo 4

Harry

Simplemente no puedo creer lo que pasó anoche, no me cabe en la cabeza. ¿Cómo es posible que el mismísimo Príncipe de Doncaster haya cruzado palabra conmigo? Es que definitivamente
no lo entiendo. ¿Porqué estaría rompiendo las reglas? ¿Será cierto todo lo que me contó anoche?
Necesito contarle a mi hermana, mamá se pondría histérica si lo sabe, Gemma es la única persona aquí en la que puedo confiar. Ella sabrá que puedo hacer.

El príncipe Louis se fue hace dos horas. Sí estuvimos mucho tiempo hablando, y no estuvo tan mal, pero ahora no puedo dormir y la alarma sonará en 20 minutos, así que ya no le encuentro sentido dormirme.

Opto por irme a dar una ducha para después ir a trabajar. Estoy muy nervioso por lo que sea que pueda pasar.

Una parte de mi está ansiosa por hablar con él de nuevo, pues no es el típico príncipe engreído que solamente da órdenes y quiere que se haga todo lo que él dice, parece ser lindo; pero por otro lado tengo algo de miedo, pues él es de la realeza y yo soy un plebeyo.

Sé que él quiere ser mi amigo y no le importa el estatus social, pero sería un desprestigio para la realeza si alguien se entera. Y peor aún, quien sabe que podrían hacerme a mi.

Al darse las 5:30a.m. me dirijo a la cocina, siempre me gusta estar ahí antes del pase de lista para poder charlar un rato con mi mamá y mi hermana, ya que no puedo hacerlo hasta después de la jornada, y para esa hora normalmente ya estamos cansados.

–¡Harry! —me grita mi hermana acercándose— ¿Cómo estás guapo?
–Hola, Gemma —le doy un cálido abrazo— pues ahora que lo preguntas... Debo contarte algo.
–¿Qué pasa? ¿Estás bien? —pregunta preocupada.
–Sí, estoy bien, sólo que ayer... Primero tienes que prometer que no le dirás nada a mamá.
–Ya sabes que no, dime qué sucede.
–Ayer, hablé con alguien... Bueno, más bien... Me habló alguien, a quien se supone que... Que no debería hablarle...
–Harry, por el amor de Dios, deja de darle tantas vueltas y dime con quién hablaste, porque lo único que estás haciendo es preocuparme.

Tiene razón, se preocupa de todo y le molesta que no vayan al punto cuando le van a decir algo, pero estoy realmente nervioso. Y ver a tantos empleados pasar por un lado de nosotros no me ayuda en nada.

–Está bien, ayer yo... Hablé con el príncipe Louis.
–¡¿HABLASTE CON EL PRIN...?!
–¡Ssshhh! ¡Cállate! —le tapo la boca con la palma de mi mano antes de que pueda terminar la oración.

Mira a ambos lados cuando quitó la mano de su boca y se acerca más a mí para que pueda oírle.

–¡¿Cómo que hablaste con el príncipe?! ¡¿Acaso estás loco?! —me dice exaltada pero en voz baja— ¡Te pudo haber mandado al calabozo!
–¡No, claro que no! Él es muy lindo, y fue él quien me habló.
–¿¡Qué él es muy que?! ¡Harry, que no se te olvide quien es él y quién eres tú!
–Eso lo sé pero...
–¡Él es el príncipe, tiene poder, dinero y clase! ¡Y tú eres un plebeyo que depende de él para tener comida y un techo! Así que no te hagas ilusiones —me interrumpe, como siempre cuando se pone nerviosa.
–¡Es que él me habló! Él fue quien me saco tema de conversación, él me insistió para que habláramos, te juro que intenté evitarlo, pero tampoco puedo contradecirlo o rechazar órdenes.
–A ver, Harry... ¿Porqué el príncipe te insistiría precisamente a ti para que seas su amigo, teniendo él a tantas personas de su clase y de la realeza con quién en realidad puede establecer una amistad?
–¡Lo mismo le pregunté yo! Pero dice que todos son muy rectos y que quiere una amistad con quién pueda ser él mismo. Dios, si lo hubieras escuchado como hablaba, no creerías que es un príncipe. Vestía como plebeyo y hablaba peor que uno, usando malas palabras y... Parece ser que así es él en realidad. Puedo apostar que si le intentas hablar te sigue la plática sin ningún inconveniente.
–¡Es que tú sí te has vuelto loco!
–Sé que suena loco, pero por eso te lo estoy diciendo. Él quiere que hablemos de nuevo, y no sé que hacer, aunque no lo creas yo también tengo miedo de que me pueda mandar al calabozo si digo algo que no le parezca.
–Aléjate de él, evita cualquier sitio al que creas que él pueda bajar, porque evidentemente no puedes subir, pero en serio, Harry, trata de evitarlo lo más que puedas.