Capítulo 19

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Louis

Lunes 1 de Enero, 2011.

–Empezamos el año bien, ¿No es así?
–Perfectamente bien —responde riendo tímidamente.
–Eres la persona más dulce que conozco.
–¿Porqué eres tan bueno conmigo, Lou? —pregunta acariciándome el cabello después de unos segundos.
–¿Cómo que porque? —digo mirándolo y colocando mi barbilla en su clavicula—  ¿No es evidente que estoy enamorado de ti?

Sonríe y me da un corto beso en los labios. Es tan hermoso todo de él.

–Harry, quiero saber más de ti.
–¿De mí? ¿Qué quieres saber? Ya te lo he dicho todo —sonríe mientras me cobija con la sábana que nos envuelve a ambos.
–No sé, eres muy dulce. Y siento que quiero conocer cada pequeño detalle de ti.
–Pues...
–¿Cuando es tu cumpleaños?
–¡El primero de febrero! Que tonto eso no te lo había dicho.
–No eres tonto, bebé. Solo no se te ocurrió decirme.

Sonríe tímidamente y baja la mirada.

–Mejor dime algo ahora tú... Así me daré una idea de que decirte.

Cada vez que su mano acaricia mi cara muy suavemente puedo sentirme querido. El hecho de estar envuelto en sus brazos me hace sentir seguro. ¡Y Dios, ver la manera en que me mira! Su mirada dice más de lo que puede decirme en palabras. Me encanta este chico. Está enamorado de mí, no de mi corona. Y yo estoy verdaderamente, localmente, profundamente, tontamente y completamente enamorado de él. Jamás pensé decirle que lo amaba, y tal vez, mucho menos hacer el amor con él... Pero es tan perfecto que siento la necesidad de saber todo de él, de estar con él. No importa lo que pase ni lo que tenga que hacer, yo siempre cuidaré de él y me encargaré de enamorarlo por el resto de mis días.

Me coloco encima de él, boca abajo quedando cara a cara y él se recarga en la cabecera de la cama sentándose para estar más cómodos. Mi peso no es demasiado como para asfixiarlo, así que apenas coloco mis piernas alrededor de su cadera le doy otro beso.

–Bien pues como podrás darte cuenta... No soy muy pesado —miro mi cuerpo y el sonríe.
–¿Cuánto pesas? —pregunta curioso.
–No tengo idea, no me gusta saberlo.
–¿Por qué no?
–He tratado de comer más... Hace tiempo tuve un problema de... Alimentación.
–¿A qué tipo de problema te refieres? —pregunta preocupado ahora.
–Creía que estaba pasado de peso hace como dos años, así que deje de comer... Me puse muy mal y termine en el hospital. Perdí mucho peso y ahora he estado tratando de recuperarme pero me ha sido imposible... No me da mucha hambre.
–Louis, tienes que comer bien.
–Lo sé, pero no me gusta comer sólo, y cuando como con mi padre por las tardes es de lo más aburrido.
–¿Y Zayn no puede comer contigo? —niego con la cabeza— Pues tenemos que hacer algo para que estés bien, yo te ayudaré.
–¿Cómo?
–Aún no lo sé, pero ya se me ocurrirá algo.

Sonrío inconscientemente y le doy un beso más.

–¿Sabés que más no me gusta?
–¿Qué más?
–No me gusta el aguacate.

Comienza a reír a carcajadas y no puedo evitar sonreír al verlo así.

–¿Estás hablando en serio? —pregunta sin parar de reír a lo que asiento sonriendo— ¿Por qué? ¿A quién no le gusta el aguacate?
–A mí... No lo sé, es que a todo el mundo le gusta. Es muy popular eso de comer aguacate, lo detesto.

Ambos reímos un poco más y juro que el sonido de su risa es la melodía más dulce que podré escuchar en mi vida. Su risa es perfecta. Todo él es perfecto y no me cansare de repetirlo.

–Tampoco me gustan los pequeños hoyitos de mi espalda —agrego cuando me acaricia en el sitio— pero detesto más que se me arrugue la cara cuando me rio, aunque tampoco me gusta...

Always In My Heart  ≈Yours Sincerely, Louis≈ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora