Capítulo 1

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Louis

Son las 10:30 de la mañana.
No puedo creer que durante 10 años he seguido la misma rutina; despertar a la misma hora, darme un baño, vestirme lo más elegante posible con trajes que pican y son muy incómodos, desayunar solo, clases de piano, aburrirme, bajar a comer con mi padre o con los invitados que se le antoje que cenen con nosotros exactamente a las 6:30pm, escuchar a mi padre darme algún sermón porque hice algo mal durante la cena, subir a mi alcoba, aburrirme de nuevo y hacer a escondidas lo único que logra sacarme de mi realidad; escribir canciones y escuchar música.

De vez en cuando papá organiza cenas para presentarme con princesas de otros reinos y que yo pueda ir pensando quien es buen prospecto para convertirla en mi esposa, lo cual es ridículo.

¿Quién diablos piensa en eso a los 18 años?

Mi parte favorita de todo esto es cuando mi padre me deja visitar a mis hermanas y a mamá, ellas son lo mejor que tengo.

Mi madre sin duda alguna, es la mejor de todas. Ella me apoya, en todo, cree en mí como nadie más lo hace. Cuando estoy con ella puedo ser yo mismo, vamos al parque, tomamos helado, juego con las gemelas, y nos divertimos como la familia que somos, lástima que solo ocurre una vez a la semana.

Me gustaría poder vivir con ella y no con el cretino de mi padre, él no sabe cómo tartar a una persona normal, él solo cree en leyes y órdenes. Y lo más importante para él antes que nada (incluso antes que yo), es su reino.

Aunque es irónico que dice preocuparse tanto por sus súbditos, pero, a cualquier persona no perteneciente a la realeza la trata como todo, menos como una persona. De no ser mi padre, ya lo hubiese mandado al carajo a él y su trono con esa actitud.

Todo lo que siempre he soñado es ser cantante, pero es imposible. Alguien como yo no puede serlo, yo soy esto; un príncipe infeliz con su propia vida deseando no haber tenido está "suerte".

Preferiría ser un plebeyo con todas las oportunidades de viajar, y no sólo por una reunión importante o para cerrar un trato con otro reino; quiero que las personas me admiren y no como un rey, sino como un chico que escribió una canción con la que se pueden identificar. Quiero poder dar conciertos, viajar, tener amigos, encontrar a alguien para compartir todo eso y ser feliz. Pero sé muy bien que nada de eso lo lograré encerrado en este maldito palacio, estar aquí es, en términos prácticos, estar jodido.

Hay muchísimas reglas estúpidas aquí, y todas tengo que seguirlas al pie de la letra si no quiero sufrir las consecuencias. Incluso si no quiero que terceras personas salgan perjudicadas.

Tengo completamente prohibido salir de mi rutina diaria. Tampoco puedo relacionarme con ningún empleado. Si ellos llegan a entrar al área real tendrán que ir al calabozo, para después ser despedidos. No pueden tocar a ningún miembro de la realeza, hablarnos o siquiera mirarnos. Se toma como una falta de respeto ya que no somos del mismo nivel, lo cual es una completa estupidez.

–¡Adelante! —digo lo suficientemente alto al escuchar los leves golpes en la puerta, para que sea quien sea pueda entrar.

Existen muchísimas reglas más, pero sinceramente no las recuerdo todas, solo las que más me reprocha mi padre, porque "Su Majestad" cree que son las que probablemente desobedezca más, y como heredero al trono, tengo que respetar las normas que han sido establecidas desde hace años, generación tras generación.

A veces definitivamente no sé cómo carajo sigo soportando toda esta mierda.

–Le he traído su desayuno, Majestad.
–¿Qué carajo? ¡¿Porque me hablas así en mi alcoba?! —le pregunto confundido y entre risas.

Zayn es mi asistente real, se supone que no puedo tener contacto absoluto con ninguno de los empleados de este lugar, él es mi único amigo aquí y con el único que tengo permitido relacionarme.

Acordamos que solo me hablaría así cuando alguien más pudiese escucharnos, ya que no queremos tener problemas con mi padre. No me gusta tratar a las personas como "empleados, criados o plebeyos" lo detesto, los trato simplemente por lo que son, personas.

–Lo siento, iba pasando Liam justo cuando abrí la puerta —me responde riendo justo cuando cierra la puerta detrás de él— ¿Qué tal estuvo la cena con los chinos?
–¡Agh, espantosa como era de esperarse! —reniego— La princesa termino cantando opera.
–Interesante, al fin encontraste a tu alma gemela —dice sarcástico y con risa burlona.
–Ja ja, muy gracioso, pero el hecho de que me guste la música no significa que mi "alma gemela" sea cualquier chica que le agrade la música o algo por el estilo.
–No, pero si yo fuera tú lo intentaría. Créeme, con el padre que te cargas, lo más probable es que quieras casarte, heredar el trono y dejar de seguir órdenes para siempre.

Zayn me conoce mejor que nadie en el palacio, pero no lo suficiente como para saber que es lo que realmente quiero. Pero no lo culpo, al contrario, le agradezco que se de el tiempo de escucharme y hablar conmigo las pocas veces que tenemos la oportunidad, siempre está trabajando y no tiene mucho tiempo, aunque sea mi "sirviente real" si papá lo necesita simplemente lo llama ignorando si esta haciendo algo para mí.

–Ya desayuna, me voy, porque tengo que acompañar a Su Majestad a París.
–¿De nuevo? —él solamente asiente y se encoge de hombros.
–Volveremos en... en cuanto tu padre ordene —dice para finalmente salir de mi alcoba y cerrar la puerta detrás de él.

No me sorprende en lo absoluto, solo que ha ido tres veces en un mes y seha quedado ahí por lo menos cuatro días en cada viaje, pero como todo, no sé que trama.

Apenas término mi aburrido desayuno, me arreglo y salgo de mi alcoba para dirigirme a mis clases de piano. Papá salió hace dos horas, nunca me avisa cuando sale a menos que quiera, o más bien, necesite, que yo lo acompañe; siempre término dándome cuenta de su ausencia cuando alguno de los soldados me lo dice, o cuando me siento mucho más cómodo y tranquilo.







–Oops! —escucho después de caer al suelo.

Me quedo tirado y no hago ningún intento por levantarme; acabo de chocar con un chico que jamás había visto por aquí, viste con una camisa negra y jeans. Luce como plebeyo, debe ser algún empleado.

Es impresionante lo lindo que luce, tiene un cabello increíblemente rizado y unos ojos verdes, que si miras con detenimiento puedes observar lo brillantes que son, tiene labios rosas perfectamente bien delineados, es en realidad muy atractivo.

–Hi —es lo único que logro articular acompañado de una sonrisa, antes de que el joven salga corriendo.

Always In My Heart  ≈Yours Sincerely, Louis≈ [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora