𝘵𝘳𝘦𝘤𝘦.

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definitivamente venir al zoológico no había sido tan mala idea después de todo

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definitivamente venir al zoológico no había sido tan mala idea después de todo. al principio tuvimos que quedarnos dentro de la tienda de souvenirs porque estaba lloviendo a mares, pero conforme paró la lluvia decidimos salir y mojarnos un poco. estábamos caminando hasta donde había unas jirafas, mientras ruel y connor tenían puestos unos gorritos de delfines. shawn se iba comiendo una paleta mientras hacía una videollamada con camila y le mostraba todo lo que pudiera. hasta llegó a enseñarle su zapato después de pisar la popó de un perrito que estaba suelto por ahí. parecía un niño emocionado.


—miren, ustedes.— señalé a las jirafas que estaban comiendo mientras miraba divertida a shawn y ruel. connor se rió junto conmigo y me chocó la mano.

—toda una comediante.— shawn me sonrió de forma sarcástica.

—mira, ustedes.— dijo ruel de la misma forma, mirándonos a connor y a mí y señalando a dos monos que estaban peleando.

—¿te crees muy gracioso, verdad?— le pregunté picando sus costillas, haciéndolo reír. se vían tan lindo, como siempre. él me sacó la lengua y me dio un golpecito en la frente con sus dedos —¡ruel!— me quejé acariciando mi frente y golpeando su brazo antes de que saliera corriendo con su estúpido gorrito de delfín. caminamos un poco hasta detenernos a mirar un cocodrilo que no se veía muy real.

—¿creen que esté vivo?— preguntó andrew mirándolo dentro del agua.

—me está mirando a los ojos.— murmuró shawn haciendo una mueca —mira camila, se parece a ti cuando te escondes debajo de la cama.

—¡cállate!— se quejó ella desde la pantalla cuando nos escuchó reír.

—¡ven!— dijo ruel tomando mi mano y caminando conmigo lejos de los chicos, quienes siguieron entretenidos mirando al cocodrilo. caminamos por el estrecho camino entre las plantas y llegamos hasta donde había unos koalas. intenté controlar mis nervios al ver que aún no soltaba mi mano y lo seguí sin decir nada —¿crees que me muerdan?— me preguntó cuando nos pusimos delante de ellos y se acercaron un poco.

—no sé, a ver, mete la mano.

—no gracias.— negó arrastrándome hasta otra parte. caminamos hasta donde había cuatro cebras y ruel corrió hasta la cerca para mirarlas mejor —tómame una foto.— me pidió emocionado, cruzando la cerca y acercándose aún más a ellas. saqué mi celular y sonreí al ver como la cebra quedaba a su lado y él alzaba los pulgares con una sonrisa adorable.

—listo.— sonreí mostrándole la foto cuando se acercó a verla.

—hay que tomarnos una juntos.— dijo quitándome el celular y poniéndome a su lado de un tirón. sonreí mirando a la cámara y ruel hizo como si fuera a morderme. nos tomamos otra foto y esta vez quise besar su mejilla, pero él quiso hacer lo mismo y casi nos damos un beso, de no ser porque nos separamos al instante con los ojos bien abiertos y nos miramos avergonzados. vi como ruel se ponía rojo de la vergüenza y yo debía estar peor que él. ¡casi nos besamos! me alejé un poco y miré a cualquier lado que no fuera su cara.

—lo siento.— dijimos al mismo tiempo. nos reímos nerviosos y después nadie dijo nada.

ayuda, por favor alguien venga y sáqueme de este momento tan incómodo.

y casi como si escuchara mis pensamientos, connor apareció de la nada grabando a los animales que había a nuestro alrededor. parecía que no había visto nada, y agradecía eso porque si no sería aún más vergonzoso. conociéndolo, le contaría a todo mundo y no dejarían de molestar con eso.

—hey, los estaba buscando.— sonrió bajando su celular y sonriéndonos —shawn le dio de su paleta a un mono y nos sacaron.— bufó entre divertido y cansado.

—¿cómo que le dio de la paleta?— pregunté confundida, caminando a su lado. ruel acomodó su cabello y caminó a mi lado sin decir nada.

—pues solo se acercó y le dio, una chica lo vio y nos pidió que nos fuéramos porque no podíamos darle comida a los animales. así que ya nos vamos.— se encogió de hombros.

—pero si acabamos de llegar hace como media hora, aún no quiero irme.— se quejó ruel triste.





—hey.— lo saludé cuando me atrapó mirándolo, nada nuevo en mí. probablemente en este punto ruel piensa que soy su acosadora #1. hizo un movimiento con la cabeza para que me acercara.

—¿qué haces aquí? pensé que no había nadie.— me miró curioso. subí los escalones al escenario y corrí a sentarme a su lado con una pequeña sonrisa. de solo verlo me creaba este cosquilleo en el estómago y me ponía feliz. ruel me trasmitía confianza, energía y mucha felicidad. y eso me gustaba. me encantaba.

ni siquiera iba a negarlo.

—había olvidado mi celular.— me encogí de hombros guardándolo en mis jeans —pensé que ibas a estar hablando con coco o algo.

—ni loco.— contestó haciéndonos reír —tenía ganas de tocar algo, es más cómodo cuando no hay nadie.

—oh, si quieres puedo irme.— dije queriendo levantarme, pero no me dejó.

—no, no me refería a que te fueras.— soltó una risita totalmente adorable, mirándome a los ojos —no me molesta que estés aquí, al contrario, me gusta.

—okay.— murmuré nerviosa, evitando su mirada. no era como que no quisiera verlo, porque claro que quería hacerlo, pero su mirada era muy fuerte para mí y no podía mantenerla —¿y qué vas a tocar?— fue lo primero que se me ocurrió decir para evitar el silencio.

—uhm... no sé ¿qué quieres que te toque?

—¿qué tal algo de harry styles?— pregunté con una sonrisa. ruel me sonrió igual y comenzó a tocar lo que reconocí como she. una muy buena canción. su voz era baja y muy suave, estaba segura de que lo estaba mirando con una cara de estúpida increíble, pero ni siquiera me importaba porque estaba perdida en mi burbuja. miraba cada lunar, peca o marca existente en su rostro, la forma en que fruncía las cejas, como sonreía o hacía muecas de vez en cuando, como sus pestañas se movían de arriba hacia abajo dependiendo a donde mirara, su maravilloso perfil, el cabello cayéndole en la frente una y otra vez...

no tengo palabras para describir toda su belleza. ¿él es consciente de lo talentoso e increíble que es?

salté en mi lugar cuando mi celular interrumpió a ruel. era una llamada de shawn.

—¿qué pasa?— pregunté a penas descolgué. quise golpearlo por arruinar el momento.

—¿dónde estás? te estoy buscando.— se quejó.

—vine por mi celular. ruel también está aquí.

—está bien, solo vuelvan pronto. vamos a cenar.

—adiós.

—creo que ya es hora de irnos.— dijo mirando la hora. quise quejarme y decirle que solo quería seguir escuchándolo cantar, estar aunque sea un rato más a solas con él, pero solo asentí de acuerdo y le agradecí cuando me ayudó a bajar del escenario. dejó su guitarra junto a los demás instrumentos y extendió su mano hacia mí para que la tomara. mi corazón se aceleró y sentí un nudo en el estómago cuando las juntó con fuerza. no estaban entrelazadas ni nada, pero solo su toque me ponía de nervios. su mano era muy grande comparada con la mía, pero de alguna manera lograban encajar bastante bien y se sentía... muy bien. me pasó el brazo por los hombros sin separar nuestras manos y siguió caminando. sentía que el corazón se me iba a salir del pecho de lo rápido que me estaba latiendo. ¿era eso posible? ¿cómo es que seguía respirando?

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora