𝘵𝘳𝘦𝘪𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘴𝘦𝘪𝘴.

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yo y mis pinches notitas: ehhhhh literal ayer dije que gracias por los 10k y ya son 11k 🥺🥺🥺🥺




aproveché que ruel estaba comiendo algo y, en un acto de aburrimiento, tomé su ropa y zapatos del piso y me puse todo como pude. la ropa me quedaba suelta y grande, igual que los zapatos, pero era divertido. busqué con la mirada una de sus gorras y salí de la habitación con ella puesta. me tropecé un par de veces hasta que llegué a la habitación de shawn y me encontré con ruel, coco y connor comiendo en la mesa del centro. los tres me miraron divertidos cuando me escucharon entrar y se rieron al instante en que me vieron con la gigantesca ropa de ruel.

—¡soy ruel, perras!— grité subiéndome a la cama con dificultad y tambaleándome un poco. connor se reía a carcajadas de mí y solté una risita al ver que estaba tan rojo como el pepperoni de su pizza.

—¿qué haces con mi ropa?— me preguntó divertido, cruzando los brazos. shawn negó a su lado y siguió concentrado en su comida sin decir nada, pero con una sonrisa en la cara. a veces era un amargado.

—soy ruel.— repetí imitando una pose suya con las manos en la cintura —soy tú.

—nada de lo que traes puesto siquiera te queda.— se burló shawn alzando las cejas. coco lo apoyó y ruel comenzaba a ponerme nerviosa con su mirada. connor se acercó hasta mí entre risas.

—pero me veo muy cool. ahora soy un edificio.— abrí los brazos y por accidente golpeé a connor en la cara —¡perdón, perdón!— me disculpé intentando caminar por la cama con las carcajadas de ruel y coco de fondo. por accidente pisé lo que sobraba de la parte de abajo del pantalón y me resbalé al instante. por suerte shawn alcanzó a atraparme y le sonreí apenada —eres el mejor hermano. todo estaba perfectamente planeado.

—sí, claro que sí.— torció los ojos bajándome de sus brazos para que pudiera tocar el piso. fingí acomodar mi ropa y me saqué la gorra resoplando.

—está caliente ahí dentro.— acomodé mi cabello mirando a todos. ruel me sonrió.

—es porque tú estas ahí.

ay no, él no dijo eso. que vergüenza.

—voy a meterte dentro del escusado y vas a desear no haber dicho eso nunca.— gruñó shawn en su papel se hermano celoso y protector haciendo chillar a ruel del susto.





caminé por el pasillo del hotel mientras daba pasos extraños y escuchaba a shawn suspirar detrás de mí.

—¿quieres, por favor, quedarte quieta?— preguntó fastidiado. me reí de su cara, porque sonaba exactamente como papá, y lo ignoré entrando a la habitación de coco. me tiré en la cama junto a connor y golpeé su cara con mi mano por accidente. otra vez. me reí cuando se quejó.

—lo siento.— dije tomando una almohada y poniéndola debajo de mi cabeza.

—era más fácil traer a aaliyah.— se quejó shawn dejándose caer en el sofá de cuero. lo miré mal.

—no entiendo de donde sacas tanta energía.— coco suspiró, encendiendo el televisor.

—se le está pegando de tu hermano.— connor soltó una risita.

—me preocupa que te pegue sus mañas.— ella negó fingiendo estar preocupada.

—yo digo que hay que amarrarlos para que ya no estén tanto tiempo juntos. quién sabe que tanto harán.— dijo shawn orgulloso, como si esa fuera una de sus mejores ideas.

—cállate, contigo no estoy hablando.

—¿tengo que recordarte que yo soy el mayor?— preguntó ofendido. lo miré mal.

—no porque no me interesa.

—shawn, a nadie le importa que seas el mayor. ni siquiera aaliyah te hace caso.— se burló connor a mi lado. chocamos las manos entre risas y coco solo negó con la cabeza entretenida con la televisión.

—¿disculpen? los puedo castigar.— siguió hablando, con su cara de indignado. connor y yo intercambiamos miradas y explotamos en carcajadas.

—en tus sueños.— le respondí sentándome en la cama. la puerta de la habitación se abrió y cuando vi a ruel entrar corrí hacia él y me colgué de su torso con mis piernas. su adorable risa se escuchó por toda la habitación y yo me pasé a su espalda sintiendo como sus manos me sujetaban de las piernas. besé de una forma muy ruidosa su mejilla y sonreí feliz enredando mis manos en su cuello con cuidado de no ahorcarlo.

—hola, ya llegué.— dijo con su bonita sonrisa brillante.

—si no me dices no me doy cuenta.— dijo coco rodando los ojos.

—no le hables así— negué —, es muy lindo para ser tratado de esa forma.— dije acariciando las mejillas de ruel. giró un poco su cabeza hacía atrás para sonreírme y miró a su hermana con cara de "soy adorable".

—me dan asco.— bromeó connor cruzando los brazos.

—yo también soy lindo y a mí nadie me defiende.— se quejó shawn desde el sofá.

—consíguete una novia, hermano.— se burló connor haciéndonos reír.

—ya tengo una.— se cruzó de brazos —solo que está ocupada para decirme cosas bonitas.

—pretextooooos.— canturreamos coco, connor y yo en burla. shawn nos miró mal.

—oh, casi se me olvida,— dijo ruel llamando mi atención mientras ellos seguían peleando —te compré los chocolates que querías. vamos por ellos.

—¡adiós, vamos por chocolates!— grité saliendo de la habitación mientras me bajaba de su espalda y arrastraba a ruel fuera de la habitación.

—¡me traen algo de comer!— fue lo ultimo que alcancé a escuchar de coco. me reí junto a él y entramos a su habitación. vi como sacaba una caja de su mochila. sonreí emocionada cuando me los dio.

—¡eres el mejor!— dije dejando un corto beso en sus labios. me sonrió feliz y me sujetó de la cintura atrayéndome a su cuerpo.

—me lo dices todo el tiempo.

—es porque lo eres.— murmuré pasando mis brazos sobre sus hombros y peinando su cabello. acarició su nariz con la mía durante unos segundos, para después acortar nuestra distancia y unir nuestros labios en un beso.

—¡distancia!— gritó shawn abriendo la puerta de la nada y sacándome un grito del susto.

—¡ya déjanos en paz!— gritamos al mismo tiempo.

—uy, que humor.— negó con una mano en el pecho —vamos a salir, muévanse niños.— aplaudió como una mamá enfadada.

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora