𝘵𝘳𝘦𝘪𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘥𝘰𝘴.

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ya era de noche y hoy era nuestro último día aquí, por lo que todos estábamos reunidos en nuestra casa solo pasando tiempo juntos y cenando antes de irnos mañana a primera hora. todos habían estado encima de nosotros desde que ruel llegó y no habíamos podido darnos ni un solo beso sin que nos molestaran o interrumpieran. y con eso me refería a que no nos sacamos de encima a shawn ni un segundo. pero ya había llegado camila y ahora ambos estaban afuera junto a todos. por eso era que ahora me encontraba con ruel, en la cocina, mientras el resto estaba en el jardín haciendo escándalo sobre la caída de alguien. sonreí cuando acarició mi mejilla y siguió besándome. no había mejor sentimiento que el tenerlo cerca y sentir sus suaves labios. sentí un pequeño escalofrío cuando acarició mi espalda con su mano fría. sujetó con fuerza mi cintura y me acercó a su cuerpo sin separar sus labios de los míos ni un centímetro, apoyándonos contra la encimera. enredé mis manos por su cuello y disfruté de tenerlo cerca y poder besarlo sin que nadie interrumpiera.

—connor se cayó encima de-¡¿en serio siempre tengo que encontrarlos así?!— el chillido de shawn nos sobresaltó e hizo que nos separáramos.

—¿en serio siempre tienes que ser tú?— me quejé apoyando la frente en el hombre de ruel con cansancio.

—afuera, afuera.— dijo empujándonos a ambos fuera de la casa. suspiré y tomé la mano de ruel para acercarnos hasta la mesa donde estaban todos. nos sentamos al lado de coco y connor.

—¿qué te pasó?— pregunté divertida al ver que connor tenía la camisa manchada.

—me caí en la caca de su gato.— respondió de mala gana —y esto no hubiera pasado si ALGUIEN la hubiera limpiado cuando su mamá le dijo.— miró enfadado a shawn.

—¿y yo como por qué la voy a limpiar?— se defendió cruzando los brazos.

—¡porque es tu mascota!

—sí, pero es su caca, no la mía.— se encogió de hombros.





desperté sintiendo un dolor en mi cuello. me quité unos mechones de cabello de la cara y me estiré en mi lugar. ¿cómo no iba a dolerme el cuello? si estaba en la posición más incómoda en la que se podía estar. ruel dormía hacia abajo, con todo el cabello cayéndole en la cara y los brazos debajo de la almohada. por otro lado, yo estaba recostada hacia arriba, de forma horizontal en la cama, con las piernas sobre la espalda de ruel, un brazo debajo de mi espalda y la cabeza hacia un lado. me levanté como pude, algo cansada, y me quedé sentada sobre el trasero de ruel, rascándome un ojo con la mano. el gigante debajo mío parecía estar en su quinto sueño; roncando y moviendo un mechón de su cabello de arriba a abajo con el aire que salía de sus labios. solté una risita y terminé de levantarme para arrastrar mis pies hasta el baño.

las ganas que tenía de quedarme dormida de nuevo eran más grandes que mis ganas de vivir.

cuando estuve lista volví a la habitación, encontrándome a ruel durmiendo como una estrella, con lo brazos y las piernas extendidas, con sus pies sobresaliendo de la cama. sonreí al verlo ser tan lindo incluso cuando duerme. me acerqué con cuidado y le quité toda la mata de cabello que le cubría la cara. él no se movió ni un poco. tenía el sueño pesado.

—ruel.— murmuré sacudiendo su brazo con cuidado —ruel.— repetí un poco más fuerte, palmeando su mejilla. pero no me daba ni señales de vida —rueeeel.— me quejé, moviendo su cabeza de un lado al otro. entonces decidí usar esa cosa tan molesta que solía hacerme shawn cuando éramos más pequeños. llevé mi mano a su cara y aplasté su nariz con mis dedos, impidiéndole respirar. en menos de un segundo ruel se sentó de golpe en la cama y su frente chocó con la mía, dándonos un buen golpe a ambos.

—ah, mierda.— nos quejamos al mismo tiempo. acaricié mi frente con una mueca de dolor.

—sentí que me moría.— dijo abriendo los ojos y tomando una bocanada de aire.

—eso siento yo cada vez que veo fotos de tom holland, ahora sabes como se siente.

—¿tan temprano y ya fantaseando?— negó apoyando sus brazos en la cama.

—nunca es lo suficientemente temprano para fantasear con tom.

—¿estoy en el cielo?— preguntó de la nada, mirándome, y supe que iba a hacer alguno de sus comentarios estúpidos —porque estoy viendo un muerto.

—que romántico, romeo.— torcí los ojos, golpeando su hombro —además, ni siquiera es así, tonto.— me senté en el borde de la cama y no tardé mucho en sentir como se acercaba a mí. se sentó detrás mío, rodeó mi cuerpo con sus malditas piernas largas y sus brazos y apoyó su cabeza sobre la mía. cuando pensé que solo era un abrazo normal, ruel se aferró a mí para tirarse hacia atrás, llevándome junto con él y tirándome en la cama.

—cámbiate, ya nos vamos.— dije saliendo como pude de su agarre y escuchándolo quejarse como un niño —o nos vamos sin ti.

—no pueden irse sin mí. igual no me molestaría quedarme aquí.— murmuró acurrucándose de nuevo con la almohada.

—si no te levantas me voy a comer todos los cheetos que compraste ayer.— lo amenacé antes de salir de la habitación.

nuestra corta estadía en casa ya había terminado. era hora de irnos. todos nos encargamos de tomar nuestras cosas y subir al auto, más dormidos que despiertos. ahora mismo estábamos en el aeropuerto despidiéndonos como si nunca más nos fuéramos a ver en la vida. abracé con fuerza a papá y le sonreí.

—los voy a extrañar.— dije sabiendo que no volvería a verlos en dos meses y un poco más. estos seis meses se estaban pasando más rápido de lo que pensaba.

—y nosotros a ustedes.— sorbió su nariz como el sentimental que era. negué divertida y volví a darle un último abrazo.

—¿segura que no quieres quedarte?— me preguntó mamá, acariciando mi cabello.

—no, quiero seguir en el tour con shawn como la buena hermana que soy.— suspiré.

—sí como no, tú solo quieres seguir viendo a ruel, a mí no me engañas.— se burló.

—¿para qué te digo que no si sí?— sonreí. y era cierto, quería pasar el máximo tiempo posible con ruel porque ya no faltaba mucho para que terminara el tour. no sabía qué iba a pasar después de eso. no quería alejarme de él, lo iba a extrañar muchísimo  aaliyah y jordan se acercaron a mí sonrientes.

—ya me estaba gustando que estuvieran todos aquí, aunque solo fueron tres días.— ella se quejó, dándome un abrazo cortito.

—no dejes que te manipule.— bromeé con jordan, ganándome un golpe de mi querida hermana en el brazo —¡auch! ya no hay respeto por los mayores.

—cierra la boca, a él le gusta que lo manipule.— dijo tomando su mano.

—¡hey!— se quejó entre risas y ella alzó una ceja sin dejar de mirarlo —bueno, sí me gusta.— se encogió de hombros haciéndome reír.

pronto ya estábamos en el avión. vi como ruel se recostaba contra mí, queriendo dormir. saludé una última vez a mi familia por la pequeña ventana que estaba a mi lado y lo abracé de vuelta, enredando mis brazos por sus hombros. apoyó su cabeza en mi pecho y siguió durmiendo. le quité el cabello que le caía en la cara y sonreí acurrucándome contra su cuerpo. nadie hablaba, pues todos estaban muy cansados y estaban durmiendo, y eso hacía todo más tranquilo. ruel acarició uno de mis brazos de forma torpe, haciéndome saber que poco a poco se dormía. no tardé mucho en quedarme dormida igual que él, sintiéndome muy cómoda al tenerlo cerca.

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora