𝘤𝘶𝘢𝘳𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘰𝘤𝘩𝘰.

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notita: weyyyyy 19k, aYuDa 🥺🥺🥺 no tenía muchas ganas de escribir y quedó medio pedorro el asunto, uNa DiScUlPa



—hola, ya llegó por quien llorabas.— dijo entrando a la habitación de la nada y acercándose con una sonrisa.

—que bueno que llegas ruel, necesito que sirvas de algo y me ayudes con toda mi tarea pendiente.— le sonreí inocente.

—¿de algo? ¡pero si ya sirvo para muchas cosas!— chilló alzando los brazos.

—bueno, pues sirve para una más.

—te voy a ayudar solo porque soy buena persona y un muy buen novio. hay que empezar.

—¿y si primero esperamos a que llegue la comida que pediste?

—¿para qué?— preguntó confundido.

—para platicar con el repartidor, ruel.— dije con sarcasmo.

—¿y yo para qué voy a querer hablar con...

—¡para comer, van dijk!— exclamé con obviedad —¿ves? por eso es malo dejar la escuela para convertirte en cantante.

—¡oye!— se quejó mientras yo me reía —como sea, solo hay que hacer la tarea porque si comemos primero después vas a querer dormirte.

—eso no...— me interrumpí a mí misma cuando él alzó una ceja —bueno, es muy cierto.— dije suspirando —¡pero esta vez no me dormiré! lo prometo.

—no. no te creo.— se negó cruzando los brazos. me acerqué a él con mi cara de ofendida.

—¡estoy diciendo la verdad!

—siempre dices lo mismo y no terminas haciendo nada.— hundió las cejas en modo de negación.

—prometo que esta vez no me voy a dormir, solo hay que comer y después venimos y me ayudas a hacer mi tarea.— le pedí tratando de convencerlo con mi puchero. puse mis manos en sus hombros y lo acerqué a mí —por favor.

—no me vas a-no-¡estás manipulándome!— chilló apuntándome con su dedo.

—por favoooor.— acaricié su cabello y dejé un corto beso en sus labios. suspiró cerrando sus ojos y sonreí para mí misma cuando vi que estaba cayendo. era muy fácil convencer a ruel de algo —¿si?

—sí, está bien.— torció los ojos cansado. sonreí emocionada. lo acerqué a mí y junté sus labios con los míos en un beso algo largo. sus manos no tardaron mucho en ir a mi cintura y yo pasé las mías a su cuello.

mis pensamientos fueron interrumpidos cuando sentí como ruel mordía mi labio inferior y no pude evitar soltar un gemido contra su boca. sentí como se agachó un poco y me tomó de las piernas indicando que las enredara en su torso. su agarre se hizo más fuerte en mi cintura y me apegó a su cuerpo mientras me besaba. me sujeté de sus hombros cuando comenzó a caminar y me dejó sobre sus piernas cuando se sentó en el borde la cama. continúanos nuestra sesión de besos y suspiré cuando sus labios abandonaron los míos para dejar un rastro de besos e ir directo a mi cuello, donde comenzó a besar tanto como le diera la gana.

se separó de mí lo suficiente como para poder mirarme. le sonreí y pasé mi mano por su cabello, quitándole el que le caía por la frente. nos giró en un movimiento rápido, haciéndome quedar contra la cama y su cuerpo. me dio una sonrisa antes de acercarse y besarme otra vez. su cuerpo se acercó más al mío y sus manos me tomaron por las mejillas. el beso comenzó a ir un poco más rápido, de nuevo. sus manos bajaron hasta mi cintura y acomodó mejor su cuerpo sobre el mío, quedando entre mis piernas.

—mierda.— gemí cuando se apoyó contra mí. sus manos pasaron de estar en mi cintura a tocar la piel de mi espalda debajo de mi ropa, mientras, si era posible, juntaba aún más nuestros cuerpos. sus manos volvieron a sujetar con fuerza mi cintura cuando moví mis caderas contra él y ambos gemimos al sentir la fricción de nuestros cuerpos sobre la ropa. enredé mis manos entre su hermoso cabello cuando sus labios bajaron a mi cuello, donde comenzó a succionar y dejar marcas a su gusto. él sabía lo que hacía. poco a poco fue sacando mi camisa hasta que quedé en sostén. me miró por unos segundos con la respiración muy agitada y su cabello cayéndole sobre la frente.

—te quiero.— murmuró mirándome a los ojos y volviendo a atacar mis labios. gemí cuando me presionó contra él y volvimos a eso de la fricción entre nuestros cuerpos. enredé mis piernas en su torso y acaricié su cabello, tirando un poco de él y sacándole un gemido cuando mordió mi labio inferior. el tiempo pasaba y pasaba y para mí solo eran como horas de placer puro. ruel sacó mis jeans con cuidado, dejándolos tirados por algún lugar.

se separó un poco de mí para poder sacarse sus jeans y así quedar en ropa interior los dos. jadeé aferrándome a sus brazos cuando me tomó desprevenida y me hizo quedar de nuevo sobre sus piernas. volvimos a gemir al tener un roce incluso más profundo. moví mis caderas junto a él y cerré los ojos disfrutando de sus besos, sintiendo como su lengua tocó con cuidado mi labio inferior.

la ropa poco a poco fue sobrando y para cuando me quise dar cuenta ruel ya estaba entrando en mí, pero esta vez sin olvidar lo más importante; la protección. no queríamos ningún otro susto o más golpes. era mejor prevenir cualquier cosa. gemí cerrando con fuerza los ojos y apoyando mi frente contra la suya. lo escuché gruñir y moverse sobre de mí con impaciencia. sus caderas chocaron con las mías una y otra vez mientras sus embestidas se hacían cada vez más rápidas y nos perdíamos en las sensaciones que producían nuestros cuerpos.

—ruel.— jadeé cegada por el placer cuando comenzó a murmurar cosas en mi oído mientras sus movimientos aumentaban de ritmo con el paso del tiempo. nuestros cuerpos estaban cansados y cubiertos por una pequeña capa de sudor. su frente se apoyó contra la mía y fue dejando de vez en cuando pequeños besos en mis labios. ruel cayó a mi lado, ambos mirando hacia el techo sin decir nada. me abrazó con fuerza y nos miramos en silencio, cada uno tratando de regular su respiración. me hizo apoyar la cabeza contra su pecho y dejó un beso en mi frente, haciéndome sonreír. mi corazón latía como loco. su mano se entrelazó con la mía y jugó con nuestros dedos entrelazados.

—¿crees que ya llegaría la pizza?— me preguntó de la nada, haciéndome reír. me miró divertido y me abrazó de vuelta, negando.

—seguramente coco y connor ya hasta se la comiendo al ver que no fuimos por ella.— dije viendo como hacía un puchero.

—no puedo creer que les acabo de regalar una pizza, la pagué con mi dinero.— frunció el ceño y después me miró —bueno... valió le pena.— dijo ganándose un goleocito en el brazo de mi parte. se rió y volvió a besar mi frente —puedo pedir otra.

—creí que íbamos a hacer mi tarea.

—sí... que flojera, mejor mañana.

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora