𝘤𝘪𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘢 𝘺 𝘶𝘯𝘰.

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notita: antepenúltimo capítulo





seguí mirando netflix en silencio y no pasaron más de diez minutos cuando ruel volvió a la habitación y cerró la puerta detrás suyo. le di una sonrisa.

—estoy de vuelta.— me dio una pequeña sonrisa mientras tenía una caja de pizza entre sus manos. me senté en la cama —pedí pizza.

—¿otra vez?

—pero ahora sí vamos a comer.— se burló, ganándose una mala mirada de mi parte —si no quieres no comas, así queda más para mí solito.— sonrió divertido al verme nerviosa.

—nunca dije que no quisiera. nunca rechazaría una pizza.

—si tú lo dices.— sonreí mirándolo sentarse a mi lado con las piernas cruzadas —bueno... vamos a aclarar una cosa.— dijo mirándome con seriedad, haciéndome reír bajito. él continuó hablando: —la mitad de la pizza es mía, y la otra mitad es tuya. no te puedes comer de la mía, ni yo de la tuya. ¿queda claro?

—sí, ya cállate, quiero comer.

—tan linda como siempre.— me sonrió sarcástico. besé su mejilla y metí un trozo de pizza en mi boca, mirando la película frente a nosotros.

—ven acá.— sus manos me tomaron por la cintura y me hizo quedar sentada sobre sus piernas con facilidad—¿cómo puedes ser tan linda?— dijo sonriendo de una forma que me dejó embobada.

—basta.— acaricié su mano entre la mía con nerviosismo, sonrojada. odiaba que lograra ponerme de esta forma. solo él lo hacía. su rostro se acercó al mío después de observarme durante unos segundos y su nariz tocó la mía con cuidado, creando un pequeño y suave roce.

—te quiero.— dije en un tono bajo, pero que fue lo suficientemente claro como para que me entendiera.

—yo también te quiero. mucho.— respondió en un susurro con los ojos cerrados. disfruté su cercanía y el roce de su piel. su mano libre se separó de mi cintura para ahuecar mi mejilla y terminar de romper la poca distancia que había entre nuestros rostros. sus labios se movieron junto a los míos en un dulce y suave beso que me revoloteaba completamente todo por dentro. fui yo quien llevó ahora las manos hasta su rostro para acariciarlo como si de algo frágil se tratara.

el sonido de unos pasos me hicieron alejarme del cuerpo de ruel y me acomodé el cabello al ver a shawn mirándonos sin creérselo, pero con una sonrisa divertida.

—¿qué no se cansan de estarse pasando babas?

—mírala,— dijo ruel señalándome —no puedo resistirme.

di un golpe con mi mano en su brazo y negué sonrojada.

—ya déjanos en paz, shawn.

—como sea, yo ya me rendí con ustedes dos... solo venía a decirles que nos vamos en cinco.

—bueno, ya vete.— dije riendo. torció los ojos y sonrió antes de desaparecer.

me acerqué más a él y enredé mis brazos alrededor de su torso para recostar mi cabeza sobre su pecho. escuché a ruel suspirar y sentí como me abrazó y pegó más a él. besó mi frente y sonreí embobada por el olor de su perfume. me encantaba y no me cansaba de decirlo las veces que fueran necesarias.

—te quiero.— repetió besando cortamente mis labios.

—¿qué piensas hacer cuando vuelvas a australia?— pregunté curiosa.

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora