𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰.

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2 semanas después

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2 semanas después.


—tienes que atarlo por fuera.— me explicó acomodando su cabello. siento que me derrito cada vez que hace eso. necesito ayuda.

—pero no puedo, son muy cortos.— me quejé confundida.

—mira.— se acercó y se hincó frente a mí para acomodar los cordones de mis converse de una forma diferente y que se hicieran lo suficientemente largos como para poder atarlos en mis tobillos, como veía que él lo hacía siempre.

—gracias.— sonreí mirando hacia mis pies. se puso de pie e hizo un ademan para que lo siguiera.

—conseguí esto.— dijo con una sonrisa malvada, sacando unas pistolas nerf de su mochila.

—¿a qué niño del parque le robaste esto?— pregunté divertida. me miró fingiendo estar ofendido con una mano en el pecho.

—no le robé a ningún niño del parque. solo al que estaba en la piscina del hotel.

—perdedor.— tomé la pistola y le disparé en el hombro. me miró sorprendido y tomó una de las demás que había para correr detrás mío mientras gritábamos como si fuéramos unos niños jugando. corrí por los pasillos del hotel entre risas, volteando a dispararle de vez en cuando o esquivando sus balas. una señora iba saliendo del ascensor y le disparé a ruel en la frente. se quejó y aproveché su distracción para meterme dentro del ascensor antes de que se cerraran las puertas. él intentó subir conmigo, pero no fue lo suficientemente rápido como para alcanzar a entrar. el corazón me latía como loco mientras se me escapaba una que otra risita. pulsé el botón de la primer planta y esperé. a penas llegué caminé con cuidado, mirando a todas partes, y esperando que ruel no me sorprendiera desde ninguna parte. me escondí detrás de un librero gigante que había cerca de recepción y miré a todos lados atenta con mi nerf preparada. el ascensor volvió a bajar y solté una risita al ver salir a ruel junto al chico de la cámara, que grababa todo como siempre. me buscó por todos lados, pero, al no encontrar señal mía, salió del hotel apuntando a todas partes. caminé detrás de su alta figura con sumo cuidado y volví a esconderme detrás de un muro antes de dispararle dos veces en la nuca.

—¡mierda!— ruel volteó asustado y apuntó a todos lados. tuve que hacer un esfuerzo inhumano para no soltar una carcajada ahí mismo —¿viste de donde disparó?— le preguntó al de la cámara, y este negó con una sonrisa divertida —¡es trampa, te está cubriendo!— le gritó a la nada, sabiendo que lo estaba escuchando.

tomé mi celular y abrí su chat para enviarle un mensaje diciendo "no, no lo es".

vi como sacó el suyo y miró incrédulo a todas partes.

—¡no me mandes mensajes, sal, cobarde!— apuntó al lado contrario al que yo estaba. solté una risita y salí de mi escondite para dispararle otra vez en la nuca antes de salir corriendo lejos suyo. ruel gritó como un loco desquiciado y corrió detrás de mí con sus largas piernas rápidas. sentí como un par de balas impactaron en mi espalda y me empecé a reír cuando sus brazos me rodearon desde atrás por la cintura y dio vueltas conmigo.

—¡no, bájame, me mareo!— me retorcí entre risas mientras me hacía cosquillas en los costados —¡ya! ¡ruel bastaaaaa!— grité llorando de la risa. la gente debía pensar que me estaban matando, seguro nos veían como si estuviéramos locos. por fin me soltó y me alejé unos pasos con la intención de dispararle en la frente de nuevo, pero me quejé al ver que no me quedaba ni una sola bala. soltó una carcajada victoriosa al aire y me apuntó.

—¿últimas palabras?— dijo con una voz graciosa.

—me comí los últimos cheetos que habías dejado encima de tu cama.— confesé.

—¡¿queeeé?!— chilló indignado. iba a decir algo más, pero vi como shawn le disparaba con otra nerf desde atrás. ruel tocó su trasero adolorido y yo me empecé a reír a carcajadas.

—no le dispares a mi hermana.— dijo atacándolo con balas por todos lados. pasé al lado de ruel queriendo correr hacia shawn, pero este me tomó del brazo y quedamos en la típica pose donde el asaltante apunta a la cabeza de la víctima con el arma.

—quiero una caja de cheetos en mi habitación en quince minutos, o no la vuelves a ver.— antes de que pudiéramos decir algo, ruel me subió a su hombro como si fuera un saco de papas y salió corriendo conmigo dentro del hotel.

—¡bájame rueloff!— me quejé entre risas, sujetándome de su camisa con miedo a caer.

—nop, eres mi rehén ahora, así que tienes derecho a guardar silencio.— vi como las puertas del elevador se abrían y él entraba conmigo aún en su hombro.

—eso lo dicen cuando van a la cárcel, idiota.— me burlé, recibiendo un pellizco en la pierna —¡auch!

—no vas a salir de aquí hasta que me traigan mis cheetos.— me dejó sobre su cama y se sentó a mi lado algo cansado, pero sin borrar su sonrisa.

alguien tocó la puerta de la habitación y ruel me tomó de la misma forma que en la piscina mientras íbamos a abrir la puerta. me apuntó de nuevo a la frente y miró a shawn con los ojos entrecerrados, quien venía con camila y zubin, estos dos con lentes de sol y otras nerf. parecíamos unos locos.

—¿tienes lo que te pedí?— le preguntó mirando la caja. shawn la abrió con seriedad y pude ver al menos diez bolsas de cheetos —excelente.— dijo haciéndole una seña con la cabeza para que dejara la caja dentro.

—ya entrégame a mi hermana.

—mmmm, no, me la quedo.— dijo dándome un beso en la mejilla, arrastrándome de nuevo dentro de la habitación y cerrando la puerta con su pie. escuché como camila y zubin disparaban a la puerta y solo me tocó reírme.

—sullivan, dame a la niña.— escuché a shawn del otro lado, haciéndome reír más fuerte. ruel me soltó y se acercó a la puerta para decirle "no" a través del pequeño espacio que había entre esta y la pared.

comenzaba a quererlo.

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora