𝘤𝘢𝘵𝘰𝘳𝘤𝘦.

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—vamos de vuelta al hotel.— dije cuando el chico de la cámara apuntó en mi dirección —y todo por culpa de shawn.

—¡no pensé que fuera a comérsela!— chilló indignado, caminando a mi lado junto a connor.

—lo justo era que lo sacaran a él.— dijo ruel mirando la cámara.

—hey.— se quejó shawn frunciendo el ceño.

—a la próxima tú no vienes.— los señaló andrew, haciéndonos reír al ver su cara de ofendido.

no tardamos mucho en llegar al hotel donde nos estábamos quedando. ruel y yo nos quedamos haciendo el tonto junto al de la cámara mientras los demás nos ignoraban y se iban a hacer sus cosas.

—a este paso le llamo el tobogán.— dijo ruel retorciéndose como un gusano. me empecé a reír de él junto al chico de la cámara mientras él nos miraba ofendido —fue un buen baile.— frunció el ceño.

—fue ridículo.— me burlé viendo como se acercaba a mí con las manos en la cintura.

—ella me trata mal.— miró a la cámara limpiándose unas lágrimas falsas.

—sabes que eso no es cierto.— lo miré con una sonrisa.

—sí es cierto.— me miró de vuelta con una sonrisa.

—¡no, ruel!— grité asustada, aferrándome a sus costados cuando de un momento a otro se había agachado un poco y me había puesto sobre su hombro como si fuera un vil saco de papas —¡nos vamos a caer, idiota, bájame!— grité aferrándome muchísimo más fuerte a él, como pude, cuando comenzó a correr y reírse como loco mientras yo gritaba. pasaron unos cuantos minutos de sufrimiento hasta que ruel se detuvo y supe que llegamos a su habitación cuando abrió una puerta. podía ver como el chico grababa mientras corría detrás de nosotros.

—¡john cena!— gritó, sacándome los zapatos y tirándome sobre su cama. me acomodé el cabello y lo miré mal. me puse de pie sobre la cama y tomé una de sus almohadas para estamparla directo en su cara. me miró con la boca abierta por unos segundos y cambié mi sonrisa burlona por una mueca de miedo al verlo mirarme serio —era broma, era broma. ¡no!— alcancé a chillar antes de que me golpeara de vuelta con otra almohada y yo volviera a caer sobre la cama. escuché sus carcajadas y puse mis pies sobre su abdomen para alejarlo cuando intentó acercarme a hacerme cosquillas —¡cosquillas no, en serio, cosquillas no!— grité nerviosa, retorciéndome sobre su cama mientras intentaba alejarlo de mí. logré pasarme por debajo de sus brazos y me quedé de pie a una distancia prudente, con la almohada como escudo —pido paz.

—la paz nunca fue una opción.— dijo antes de acercarse y hacerme cosquillas. entre mis gritos y mis risas parecía como si me estuvieran torturando. aunque no estaba muy lejos de la realidad. entre tantos manotazos terminé dándole un buen puñetazo a ruel en la mandíbula. se separó al instante de mí y abrí la boca sorprendida —ahhh mierda.— se quejó acariciando la zona afectada.

—perdón perdón perdón, no quería pegarte.— dije arrepentida y avergonzada, tomando su cara con cuidado para ver bien su mandíbula. estaba algo roja, y había quedado la marca de uno de mis anillos. me separé con cuidado al ver lo cerca que estaba de él —¿te dolió mucho?

—pff, ni lo sentí.— dijo con las manos en la cintura.

—ahora dilo sin llorar.— le dijo el de la cámara divertido.

—bueno, sí, sí me dolió.

—en serio perdón.— lo miré apenada. ruel se encogió de hombros con una sonrisa y me pasó sus largos brazos sobre los hombros, para atraparme en un abrazo. me sorprendió un poco, pero me relajé en cuando me pegó a su cuerpo. le correspondí el abrazo y enrollé mis brazos por su torso.

—no se metan con las niñas, pegan fuerte.— dijo mirando la cámara con un puchero. yo solo me reí y lo miré —por favor recuérdame no volver a molestarte nunca en la vida.— dijo soltando una risita.

—te lo merecías.— suspiré, tomando la confianza, y algo de valor, de apoyar mi cabeza contra su pecho.

que bien se sentía.





—ruel, ya vimos esa.— murmuré concentrada en la lista de películas que salían en la pantalla de su computadora.

—pues la verías con otro ruel, porque yo no la he visto.— me miró confundido.

—eres el único que conozco con ese nombre tan raro.— bromeé divertida.

—como sea, estamos hablando de las películas, deja de criticar mi nombre.— negó fingiendo estar molesto —entonces... hay que ver esta.

—pero esa ya la vi.— me quejé mirándolo con una mueca.

—no te vas a morir por volver a verla, yo no la he visto, quiero verla.

—si me quedo dormida va a ser tu culpa.

—¿cuál es el punto de ver películas si te vas a quedar dormida?— se cruzó de brazos.

—eso pasa cuando vuelvo a ver una película que ya vi.— me defendí, volviendo a recostarme en la cama y apoyando la cabeza contra la cómoda almohada.

—la próxima la escoges tú si no te duermes.

—trato.— no prometía nada, pero rogaba por no quedarme dormida a media película. ruel se acomodó a mi lado y puso play, metiendo un puño de cheetos a su boca del tazón que estaba en medio de los dos, y la computadora estaba sobre las extremadamente largas piernas de mi amigo. me recosté de lado, casi en una posición fetal, y apoyé mis manos debajo de mi cara para mirar mejor.

lo miraba de vez en cuando, de reojo, y no podía evitar admirar cada parte de su bonita cara y pensar en lo rápido que se había ganado mi confianza y cariño. nunca nadie había logrado eso en tan poco tiempo.

sentí como me tomó del hombro y tiró de mí hacia un lado para pegar mi cabeza en su pecho. me puse nerviosa al instante, pero no dije nada y me dejé abrazar por él. con mis brazos rodeé su torso y volví a cerrar los ojos al sentir como su mano se paseaba de arriba a abajo por mi brazo. se sentía tan bien cada vez que me abrazaba, me sentía tan cómoda y con ganas de quedarme así el resto de mi vida. yo no era una persona muy afectuosa o de estar dando abrazos a cualquiera, pero con ruel era diferente. con él no me importaba si lo tenía encima mío todo el día molestándome o mostrándome cariño, al contrario, me gustaba muchísimo que lo hiciera.

—hey, ¿te estás quedando dormida?— soltó una risita, y yo solo negué sin abrir mis ojos o despegarme de él.

—no.— murmuré.

—no te duermas,— se quejó —no va ni la mitad de la película.

—shh.— murmuré cerrando los ojos y escuchándolo reírse una vez más. volví a sentir como acariciaba mi brazo y me relajé poco a poco.

si soy sincera, ni siquiera sé en que momento terminé quedándome dormida. pero juraba que tenía mucho tiempo sin dormir tan bien.

𝐁𝐀𝐁𝐘, 𝐈'𝐌 𝐘𝐎𝐔𝐑𝐒    (𝐑𝐔𝐄𝐋 𝐕𝐀𝐍 𝐃𝐈𝐉𝐊)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora