Hugo.
Hace dos meses tomé la decisión equivocada, cometí un error. Me cegué y terminé lanzándome de cabeza a una piscina que estaba vacía, como un puto kamikaze.
Por qué esa era mi forma ser, por qué nunca pensé demasiado en las consecuencias de las cosas que hacía , por qué era malditamente egoísta.
Creí estar enamorado de Eva, creí que ella estaba enamorada de mí, pero nos bastó dos semanas fuera para darnos cuenta de nuestro error.
Fuí el culpable de nuestro desastroso final, pero ambos sabíamos desde el principio como íbamos acabar.
Ella era como todo lo que siempre había conocido. Nuestra relación se basada en lo mismo en lo que se habían basado mis relaciones anteriores: Fuego, y todos sabemos que ningún incendio dura eternamente. La llama siempre se termina apagando y si no hay nada más, todo termina.
Ese podría ser el breve resumen de nuestra historia: conocí a una chica que parecía encajar en mi vida, me olvidé de lo que me esperaba fuera de la academia, la cagué y arrastré a Eva conmigo.
Le obligué, en cierto modo, a luchar por nosotros sin saber si ella sentía algo más que fuego y Eva lo intentó, quizás para no hacerme más daño, fingió que me quería.
Hasta que no pudo más, hasta que me llamó y me dijo que no era yo, que ella no podía estar en una relación conmigo, por que no me quería de esa forma.
Intenté luchar, demostrarle que estaba equivocada, pero ella me hizo abrir los ojos con una simple pregunta: "Hugo, ¿Qué sabes de mi?"
La respuesta era poco, sabía muy poco sobre ella, sólo lo que había comentado en compañía de otros. Sólo podía recordar alguna anécdota que los demás también sabían, cosas triviales que estában a conocimiento de todos. Cosas que cualquiera sabría, pero nada especial.
"¿Qué se yo de ti?"
Nada. Nunca había sentido la necesidad de contarle a Eva cada minuto de mi vida. Cada pequeño detalle, por qué ella tampoco había demostrado demasiado interés.Ese tipo de relación sólo la tenía con una persona que había escuchado cada cosa que tenía por decir, por insignificante que fuera, y no era Eva.
Yo sólo almacenaba en mi memoria cada palabra dicha en esa academia por una persona y no era Eva.
Aquel fue el primer día en el que me permití pensar en ella, en Anaju, en cómo siempre estaba allí y en cómo yo dejé de estarlo.
Todavia no podía encontrar una razón racional para mí comportamiento. No podía explicar porqué nos alejamos tanto en las últimas semanas, pero de algún modo si yo estaba con Eva, Anaju dejaba de encajar en mi vida.
A ella nunca pareció importarle, nunca se acercó a mi para preguntar que estaba pasando, solo aceptó mi cambio de actitud, sin reproches. Por que ella nunca hacía reproches, nunca exigía nada.
Yo también noté su cambio de actitud, pero, al igual que ella, callé.
Los dos aceptamos el cambio de circunstancia sin hablar sobre ello, simplemente nos adaptamos.
Pocos días antes de entrar a la academia, sin saber muy bien cómo, me encontré visualizando todos los videos sobre nuestra historia.
Eran muchas las personas que habían creído que entre Anaju y yo se estaba formando algo y habían dedicado minutos de su día a día en intentar demostrar que lo que ellos creían era real.
No lo era, o por lo menos no del todo, no había amor entre nosotros, por que ninguno se atrevió a abrir esa puerta.
Recuerdo las palabras de mi madre al verme viendo aquellos vídeos: "Por eso siempre fue mi favorita, erais mejores cuando estabais juntos. "