XLII

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El concierto terminó con "Diselo a la vida" el himno de la edición. Estaba eufórica y seguramente gracias a la adrenalina todavía no había tenido tiempo a arrpentirme de mis actos. Había besado a Hugo hacía un par de minutos y por el momento los demonios seguían silenciados. En mi anatomía no había lugar ahora mismo para sentimientos de culapabilidad, miedo o prudencia. Todo seguía siendo perfecto.¿Cómo podría ser de otro modo si Hugo parecía ser incapaz de dejar de sonreir?

Creía que el espectáculo ya había terminado, todos estábamos agraciendo al público presente antes de desaparecer del escenario. Faltaban sólo un par de minutos para medianoche.

- ¿Qué hora es? - Hugo gritó cogiendo de nuevo su micrófono.

- Las 12. - Rafa contestó enseguida posando su brazo por encima de sus hombros.

- Entonces es la hora. - habló entre risas. - ¿Nos ayudáis?

No lograba entender que estaba pasando, hasta que todos mis compañeros focalizsron su mirada en mi. Ellos eran todo sonrisas y yo estaba a punto de entrar en panico, pero entonces la banda empezó a tocar la que seguramente es la canción más conocida del mundo: Cumpleaños Feliz. Era mi cumpleaños.

Tapé mi boca con las manos sin poder creer que el palacio entero estuviera entonando la famosa canción para mi. Mis ojos no tardaron en empañarse y las primeras lágrimas cayeron tras el primer parpadeo. Ese momento parecía un sueño, irreal.

Mis compañeros corrieron a mi cuando la musica terminó, agredecí como pude al público aunque mi llanto hacía casi imposible que pudiera hablar. Sentí decenas de abrazos rodear mi anatomía , y supe en ese instante que jamás viviría un cumpleaños más especial.

Probablemente esta sería la primera y última vez  que aquellos 15 pares de brazos eran los primeros en estrecharme para felicitarme, pero cada año a partir de este cuando llegaran las doce mi mente volvaría a este instante.

Salí del escenario agarrada a la cintura de Mai. Aún no había logrado frenar el llanto pero tampocolo estaba intentando. Las lágrimas de felicidad no era necesario esconderlas.

-¿ Me la prestas un ratito? - Hugo habló dirigiendose a Mai, esta solo sonrió y me soltó para dejarnos solos.

Sus brazos tardaron un segundo en suplementar los de mi compañera. En el escenario no habíamos encontrado el momento de abrazarnos a solas. Quizás por eso su abrazo fue tan efusivo y mis pies terminaron despegándose del suelo.

- Felicidades mi amor. - susurro mientras nos giraba dando vueltas por el lugar.

- Gracias. - dije sonriendo cuanod mis pies volverion a tocar el suelo y picoteé sus labios.-pensaba que te olvidarías. - reconocí porque ninguno de mis companeros había mencionado nada al respecto, yo tampoco.

- ¿Olvidar algo que tenga que ver contigo? - expresó fruncieno el ceño. - como si eso fuera posible.

- Hace tan solo 24 horas ni siqueira hablábamos Hugo, habría sido normal que lo olvidarás  - dije restando importancia a mi pesimismo.

- Menos mal que todo ha cambiado, porque si no hubieras aparecido anoche, no hubiera tenido ni idea de como convencerte

- ¿Convercerme de que? - dije sin entender interrumpiendo sus palabras.

- De que vinieras conmigo al terminar el concierto. - contestó besando mi ceño fruncido. - ves a cambiarte y te espero.

Obedecí sin hacer más preguntas.

***

Estaba muy nerviosa, acababamos de regresar al hotel con los demás y Hugo todavía no me había dado alguna pista de lo que tenía planeado. La espera me estaba matando.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora