Pov Hugo.
Fui el primero en llegar al repaso de gala, no porque muriera de ganas por ver mi actuación, sino porque quería ser el primero en ver a Noemi y Manu. Quería ser el primero en abrazarlos y, aunque no pudieran darme demasiada información, me confirmaran que Anaju estaba bien. Necesita saber que ella estaba sonriendo.
Ambos llegaron a la vez, Noemi fue la primera en acercarse y abrazarme con fuerza. Ella sabía que necesitaba el cariño de una madre.
-¿Cómo estas? - quiso saber mientras poco a poco iban llegando los demás.
- Eso depende de como esté ella. - respondí rogando que me diera un poco de información.
- Esta bien, acaba de dar su primera entrevista. - confirmó mirándome fijamente. - Estaba preciosa.
- Como siempre. - dije sin poder evitar que una sonrisa tonta apareciera en mi rostro.
Miré a la directora fijamente intentando encontrar en sus ojos un destello que me avisara de que estaba mintiendo, pero no lo encontré. Ella no estaba fingiendo, Anaju estaba bien y yo podía volver a respirar tranquilo.
Cometí el error de búscarla entre mis compañeros cuando su actuación empezó a retransmitirse, como siempre hacia, pero ella no estaba.
Y era inexplicable la de veces que hoy me había pasado lo mismo. Como inconsciente al levantarme prepararé dos zumos de naranja, uno para ella y luego recordé que no estaba. O como intenté sujetar a la nada para que se quedara un rato más en la cama y al cerciorarme de que no estaba, huí de esa habitación sabiendo que ya no había motivo para dormir más del tiempo necesario.
Su voz sonaba a lo lejos, Manu la acompañaba al piano y ella parecía la estrella de un musical. La protagonista de una pelicula, no, la protagonista de mi película.
Todos aplaudieron cuando la actuación terminó. Manu dijo que aquella había sido su mejor actuación y algunos de mis compañeros comenzaron a alabar su talento, yo era incapaz de hablar.
Tragar resultaba difícil debido al nudo persistente en mi garganta. Mordía mis labios intentando no llorar y terminé volviendo a buscarla. Seguía sin estar, cerré los ojos para rogarles a estos que dejar de intentar encontrarla en cada rincón.
- Le va a ir genial. - oí como Manu decia.
- Si. - hablé por primera vez. - y muero de ganas por verlo, no pienso perderme nada. Nada más que una o máximo dos semanas. - sonreí al imaginarme a su lado celebrando sus triunfos. - el resto no me lo pierdo.
***
"Intento saber cuando dejare de buscarte
De intentar en cada esquina encontrarte
A veces resulta dificil enamorarte
Es horrible no poder disfrutarte.Y pienso en el tiempo que perdí
Cuando fingía no estar enamorado ti
Quizás lo estaba desde que te vi
Aquellos ojos negros fijos en miPerdona por quitarle tiempo a nuestra historia
Por perderme en otras cosas cuando ya eras fija en mi memoria"-¿Qué haces? - Mai asomó la cabeza por la puerta mientras me encontraba en la sala de capde.
- Escribir. - contesté mientras ella entraba y tomaba asiento a mi lado en el sofá.
- ¿Puedo? - preguntó señalando la libreta.
- Claro.
Maialen ojeó la libreta para terminar leyendo los últimos versos que había escrito. Cuando terminó me miró sonriendo.
- Esta libreta es nueva ¿no? - preguntó frunciendo el ceño - es...
- Si - confirmé sus sospechas antes de que las dijera en voz alta. - me pidió que le contará lo que estaba pasando y yo solo se comunicarme con canciones. - aclaré encongiendome de hombros - eso estoy haciendo, llenar estas hojas con canciones.
- Eso es súper bonito. Lo sabes ¿no? - Dijo logrando que mis mejillas se sonrojada en señal de timidez.
- No se si es bonito, pero es lo único que se hacer.
***
En la penúltima gala se iba a decir a los finalistas que acompañarian a Nia y a Flavio en la final. Estos habían sido escogidos en la gala anterior por el jurado y el profesorado. Las tres últimas plazas estaban entre Sam, Eva, Mai y yo y el domingo uno quedaría fuera.Llegados a este punto me importaba muy poco ser el expulsado. Incluso una parte de mi, la menos competitiva, deseaba serlo para estar con ella lo antes posible.
La elección del tema no fue ninguna sorpresa. Esta vez habían consultado previamente con nosotros que nos gustaría cantar y yo opte por hacer una versión en acústico del tema de Pablo Alborán, te he echado de menos. En el escenario estaríamos solo yo y mi guitarra.
Después de merendar tenía la primera clase con Iván. Al vernos nos abrazamos con fuerza, él aprovecho el momento para darme un poco de aliento.
-¿A qué no sabes con quién acabo de tomarme un café? - habló sonriendo saltándose las reglas.
-¿Si? - dije abriendo los ojos, no necesitaba más información.
- Si y esta muy contenta, así que quiero verte a tope esta semana. - asentí mientras abría el libreto para buscar la canción. - bueno parece que la canción nos viene como anillo al de ¿no?
- Ya ves, como si la hubiera escogido yo. - los dos empezamos a reír.
- ¿Sabes que quieres contar con esta canción? ¿Qué recuerdo te trae a la mente? - preguntó sin perder más tiempo.
- Recuerdo ninguno. - dije buscando mi guitarra. - es más una visión, todo lo que haría si volviera a ver a la persona que quiero después de un tiempo separados.
- Vale vamos a hacer un ejercicio. - dijo poniendose de pie. - en la gala vas a cantar con la guitarra ¿no? - asentí sin contestar. - bien cogela e imagina que estás de nuevo junto a esa persona y necesitas decirle cuando la has echado de menos. Todo lo que vas a hacerle cuando la veas. - sonreí porque las cosas que quería hacerle no eran inocentes. - Estas en una habitación con ella y decides coger tu instrumento favorito y cantarle algo. Sin motivo aparente solo por que te apetece y porque la extrañas.
Empecé a tocar los primeros acordes y al cerrar los ojos ella estaba ahí, con su pelo enredado, escondiendo su rostro en la almohada para que no la viera recién levantada. Como si todavía no entendiera que para mí ese era el momento del día donde más guapa me la encontraba.
No pude evitar reír con la mención a la sal y el limón que se encuentra en la canción. A veces parecía que había un mundo de canciones inspiradas en nosotros aunque fueran escritas previamente, cuando nosotros todavía no existíamos como conjunto.
La canción terminó, su imagen volvió a desvanecerse como tantas otras veces en el día de hoy.
Antes de irme al ensayo con Manu, regresé a la mesa donde se encontraban nuestros libretos y en el suyo, el de Iván, escribí una pequeña nota.
"Dile todos los días que la quiero, por favor, yo no puedo"