XLVIII

1.9K 138 51
                                    

Arreglé mi vida antes de ir a buscarla. Vendí mi casa en Miami, me desligué de mi discografía, deshice mi equipo de trabajo, y volví a casa para reencontrarme conmigo mismo. Antes de volver a ella, quise volver al lugar donde nadie me trataba como si fuera un dios. La casa donde nunca dejé de ser Hugo, el hijo y hermano, especialista en desquiciar a los suyos. Fueron meses de aprendizaje, de desintoxicación.

Fue mi error creer que un par de semanas mas o menos no iban a cambiar las cosas. pero las cambiaron, Anaju decidió abandonar nuestro hogar.

Ella misma se delató al colgar una fotografía suya observando el mar a traves de una pequeña ventana con la descrepción. "Parece un buen lugar para volver a empezar"

Mi corazón se parelizó al creer que llegaba tarde de nuevo, al entender que ella depsues de tres años estaba decidiendo volver a empezar, sin mi.

Era jodidamente egoista aparecer ahora, ahora que Anaju decidía seguir adelante, pero no podía evitarlo. No podía dejar que aquella casa se vaciara de nosotros y en ella se escribiera otra historia.

Después de esa fotografía revisé todos los días la página web de la inmobiliaria para no perderme el anuncio del alquiler o venta del piso. No tuve que esperar demasiado,dos días depués el anuncio estaba online y tardé menos de dos minutos en llamar.

Ese mismo día pude visitar el apartamento, una parte de mi creía que Anaju también estaría presente pero Marcos tardó muy poco en avisarme de que la actual inquilina no se encontraba en casa.

Compré el apartamento esa misma tarde, ella no tardó en enterarse y preguntar. Yo le dije la verdad, Anaju no volvió a contestar.

Dos semanas después, tras arreglar los papeles, y firmar ante el notario el traspaso del piso, quedé con Marcus para que me entregara las llaves de nuestro apartamento.

No contaba con que esta vez ella si que estaría allí.

El mundo dejó de moverse cuando la vi de pie en medio de nuestro salon. Estaba guapisima, como siempre, con un medio moño mal echo, su ropa holgada y su cara lavada.

Ella me miró y deseé poder saber lo que pasaba por su mente, deseaba que esta vez Anaju pudiera volver a ver el chico al que conoció hace 4 años, el hombre del que se enamoró.

- Hola Hugo. - Marcus fue el priemro en hablar. - Llegas pronto, Anaju estaba a punto de marcharse.

- Entonces llego justo a tiempo. - Contesté sin despegar mis ojos de los suyos.

Fue ella la que rompió el contacto y rebuscó entre sus bolsillos hasta encontrar unas llaves y dárselas a Marcos.

- Yo ya me voy, gracias por todo. - habló dirigiéndose exclusivamente a la otra persona presente en el apartamento.

Tras un breve apretón de manos, volvió a encontrarse con mi mirada. La miré expectante sin saber si ella iba a dirigirse a mi o simplemnte irse sin decir nada. Yo no iba a dejarla ir.

- Espero que disfrutes la estancia en esta casa. - Dijo antes de pasar por mi lado.

- Espera. - pedí antes de que desapareciera.

Marcus nos miró a ambos sin entender el porqué de la tensión en el ambiente. No pensaba darle a él alguna explicación así que simplemetne extendí mi mano para que depositara los juegos de llaves en mi palma.

- No necesitas explicarme nada más, Marcos, conozco esta casa como la palma de mi mano y si tengo alguna duda estoy seguro de que la antigua inquilina va a quedarse un par de minutos para aclarármelas.

Marcos entendió que sobraba en este lugar y se fue tras darnos un apretón de manos. Cerró la puerta al salir segundos después.

De nuevo el negro y el verde se encontraron, empezó otra vez un duelo de miradas, incentivando al otro a empezar la batalla, dandole la oportunidad al otro de lanzar la primera bala. Pero yo no estaba aquí para lanzar reproches, no, estaba aquí para recibir todos los disparos que ella disparara.

Tenía muy claro lo que quería decir y cuando ella decidiera preguntar, obtendría todas las respuestas.

- ¿Por que has comprado este lugar, si no vas a pedirme que me quede? - se atrevió a preguntar con un hilo de voz.

- Por la misma razón que tú tardaste tres años en decidir mudarte - expliqué logrando que su ceño se frunciera.

- Tú no tienes ni idea de mis razones

- Puedo adivinarlas. - dije mientras ella negaba con la cabeza. - creo que no te mudaste para darme un lugar a donde regresar

- Y decidiste regresar ahora, ahora que yo me voy. - Sus ojos empezaron a llenarse de lágrimas. Odiaba haber hecho tanto daño a la persona más importante de mi vida.

- Si, sé que te irás de aquí unos minutos y no voy a detenerte. - confesé viendo como sus ojos se abrian en sorpresa. - es más te animo a que te vayas, tienes que hacerlo. Yo lo hice hace tres años, ahora es tu turno. Sé que si te pidiera una oportunidad ahora mismo de aquí unos días, meses o quizás años, me echarías en cara que yo me marché y tu te quedaste. - confesé el motivo de mi discurso- Sal por esa puerta e intenta empezar de nuevo. Sin recuerdos, sin nada que te ate a tu pasado, sin esperarme inconscientemente. - Cogí un poco de aire para llenar mis pulmones y hacer desaparecer ese nudo en mi garganta que intentaba impedirme seguir hablando. - con un poco de suerte entenderas que nada tiene el suficiente valor si no estoy a tu lado y volverás. Entenderás que ya habías encontrado lo que estabas buscando. O quizás no, quizás tu nueva vida sea tan maravillosa que ni siquiera pensaras en mi... pero si lo haces, si en algún momento deseas que este allí, voy a estar aquí. Esta vez me quedo yo en la orilla, ahora soy yo el que te guarda un lugar a donde regresar.

-¿Y si no regresó nunca?

- Volverás. - declaré negándome a pensar lo contrario. - puede que no vuelvas mañana, ni pasado, puede que tú también necesitas tres años, pero sé que volverás. Si me sigues queriendo, solo un 5% de lo que nos quisimos, volverás.

-¿ Y si ya no te quiero? - preguntó sollozando. Sabía que estaba mintiendo.

- Supongo que entonces me quedaré esperándote una eternidad.

- La paciencia no es eterna Hugo, y tú eres demasiado impaciente.

-Puedo ser paciente si se trata de ti y si la paciencia no es eterna, no me importa, porque tu y yo somos eternos y eso compensa.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora