XXI

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Pov Hugo

Jueves.

Una vez más había sido incapaz de convercer a Anaju para que permaneciera un rato más en la habitación.

Cuando ella despertaba nunca tardaba más de cinco minutos en levantarse, daba igual cuando rogara. Ella me besaba y se iba antes de que pudiera sujetarla para que se quedara conmigo, siempre escapaba. Y yo, aunque muriera de sueño, iba tras ella.

Éramos los únicos despiertos, y aunque evidemente no estábamos en nuestra casa, lo parecía. Parecíamos una pareja que acababa de levantarse y preparaba su desayuno.

Ella preparó el café, yo exprimí un par de naranjas para hacernos un zumo, ella colocó un par de tostadas en la tostadora, yo cogí un plato para poner en el un par de lonchas de queso, jamon y aguacate. Sabía de memoria como ella prepara sus tostadas.

Antes de llevarlo todo a la mesa la abracé por un segundo mientras le avisa de que iba a salir a fumar. Tenía que dejarlo, pero por el momento no podía empezar bien el día sin inhalar algo de nicotina.

Desde la terraza pude ver como Anaju ponía la mesa para los dos. Era la imagen más cuotidiana del mundo, pero me hizo desear que aquello ocurriera todas las mañanas.

Terminé imaginando una vida a su lado y aquello logró asustarme. Yo no era así, no solía pensar en el futuro a largo plazo, pero con ella no podía evitarlo. No podía evitar pensar que cuando saliéramos de aquí iba a decirle que se mudara conmigo, que despertara todas las mañanas a mi lado y preparar el desayuno juntos.

- Parecemos un matrimonio. - comenté cuando regresé para sentarme a su lado.
- Si, pero de los que todavía no se han tirado los platos a la cabeza. - bromeó entrando en mi juego.
- Un matrimonio que todavía se quiere. - comenté logrando que ella sonriera.

Si,quería esto todas las mañanas.

***
Esta vez el programa decidió que Anaju y yo fuéramos a la sala del futuro juntos. Normalmente los nominados siempre iban a ese lugar para hablar con una voz en off sobre su paso por el programa, parte de ese video se retransmitía en la gala si al final eras el expulsado.

Los dos estábamos sentados en el sillón, un tanto nerviosos por todo lo que nos podrían preguntar. La voz de Martí se escucho a través de los altavoces antes de que empezará ramos a hacernos demasiadas preguntas.

- Hola chicos, como ya sabéis este domingo uno de los va a ser el expulsado. ¿Qué es lo mejor de vuestro paso por la academia?
- Lo mejor son los compañeros. - fuí el primero en hablar y pude ver como Anaju asentía con la cabeza.
- Si lo mejor es la familia que aquí se crea. - añadió.
- ¿Sois una familia? - Martí preguntó de nuevo.
- Aquí todos somos hermanos. - dije sin pensarlo provocando la risa de Anaju
- Si, hermanos de sangre ¿No? - me uní a su risa al entender porqué se estaba riendo.

Nosotros habíamos afirmado en muchas ocasiones querernos como hermanos.
Aquella pequeña broma logró que ambos nos relajaramos y empezáramos a contestar a las preguntas de Martí sin medir demasiado nuestras palabras.

- ¿Cuál es vuestro mejor momento? - fue la siguiente pregunta.
- Las firmas. - contestamos a la vez, aquel era un recuerdo imborrable y por suerte lo vivimos juntos.
-¿A quién vais a echar más de menos cuando salgáis?

Ya había contestado a esa pregunta antes, la primera vez que estuve nominado y la respuesta no había cambiado. Anaju, ella siempre sería la persona más importante que aquí dentro conocí.

- A todos mis compañeros. - ella optó por generalizar, pero yo no iba hacerlo.
- A ti. - dije mirándola fijamente mientras ella parecía sorprenderse. - echaría muchísimo de menos a Anaju si me fuera. - añadí desviando la mirada. - y la echaré de menos si se va.
- Eres muy tonto. - ella murmuró avergonzada. - pero si soy sincera Hugo también será la persona que más echaré de menos. - esta vez me tocó a mi sorprenderme de su valentía.
- Si es que siempre fuiste la única que me quiso en esta casa.

***
- Anaju. - llamé al ver como ella asomaba la cabeza por el cristal y al ver que estaba con Eva decidía irse.

Ella había bajado hacía media hora para grabar su canción y entre medias Eva y yo habíamos estado en la sala del piano haciendo absolutamente nada, nada productivo.

Anaju parecía incapaz de estar con nosotros dos en una misma habitación. Por supuesto que tenía momentos en los que hablaba con Eva   a solas o se tumbaban juntas en el sofá cuando decidíamos hacer algún juego, pero ver a Eva, Anaju y a mi en un mismo lugar era practicamente imposible.

Anaju siempre evitaba encontrarse en esa situación, así que decidí cambiar aquello.

- ¿Qué? - preguntó entrando a la sala. Eva despegó la vista de su libreta, llevaba tiempo intentando sacar unos acordes a su última composición.
-¿Cómo ha ido? - la chica preguntó haciendo espacio para que Anaju se sentará a su lado.
- Genial, también he pasado por vestuario y menuda maravilla voy a llevar.
- ¿Si? - hablé tomando partido en la conversación. - dejame ver.
- No. - dijo convencida. - quiero que sea una sorpresa. - añadió al ver mi cara de confusión tras su negación.
- ¿A mi tampoco me lo enseñas? - Eva preguntó poniendo cara de niña buena.
- A ti te lo enseño todo. - dijo en tono cariñoso mientras la abrazaba. - pero cuando esté - dijo señalándose - esté lejos.
- Eso es discriminación. - me quejé como un niño pequeño.
- Vamos. - Eva rompió nuestro duelo de miradas.

Anaju se levantó y tras regalarme Un breve carantoña se fue con Eva, seguramente para que esta pudiera ver el vestido que iba a llevar para la gala.

- ¿Dime por lo menos de que color es? - grité antes de que abandonarana sala.
- Rojo. - contestó girándose para guiñarme un ojo. Ella sabía como me gustaba verla vestida con ese tono, como hacía que recordará nuestro primer dúo.
- Joder.

No estuvimos demasiado tiempo los tres juntos, pero sabía que no había ningún problema entre nosotros. La situación no había sido incómoda.

***

Después de cenar todos decidimos jugar a las escenas. Para variar Samantha terminó uniéndonos a los dos.

- Sois una pareja que acaba de decidir poner fin a su relación tras cuatro años y estáis discutiendo porque los dos queréis quedaros con el perro. - esa fue la situación creada por Sam. - Acción.

Anaju me observó un instante antes de meterse en el papel. Su ceño se frunció para aparentar estar enojada.

- Vamos a ver Hugo, el perro me lo quedo yo.
- Los cojones. Llevas años pasando del perro, yo soy el único que lo saca a pasear. Se queda conmigo.
- Tu me regalaste a Pupi - reaccionó inventándose un nombre para el perro. - los regalos no se devuelven.
- Vamos a preguntarle al perro. - solté de la nada.

En ese momento Flavio se sentó a cuatro patas fingiendo ser un perro, aquello provocó las risas de los demás.

- Pupi bonito a qué tú quieres quedarte con mamá. - Anaju empezó a hablar en un tono demasiado alto mientras se arodillaba para estar a la altura del perro.
- Vamos Pupi tú eres mi único amigo. - tomé la palabra imitando la posición adquirida por Anaju. - mamá de aquí unos días va a traer a otro papá a casa y tu no quieres eso ¿verdad? Nosotros somos el dúo dinámico campeón, ven conmigo.
- Por lo menos va a tener una familia estable. - rebatió volviendo a fingir enojo. - contigo el pobre va a conocer a tantas mujeres que no sabrá  a quien hacer caso.

- Darle un final. - Sam interrumpió para que terminaríamos la escena.

- ¿Estás admitiendo que vas a traer a ese imbecil a vivir aquí? ¿A nuestra casa?
- Ya no es nuestra casa, Hugo - dijo girando los ojos.
- Mira quedate con el perro. - contesté poniéndome de pie. - no quiero ni un puto recuerdo de una perra como tú.

Anaju me miró con la boca abierta mientras mis compañeros celebraban el resultado. No dudé en abrazarla con fuerza, solo estábamos actuando pero no pude evitar sentirme un poco culpable por llamarla perra.

- No vamos a tener perros nunca. - susurré para evitar que en un futuro aquella interpretación pudiera hacerse realidad.
-¿Gatos, entonces? - preguntó sonriendo.
-Gatos.

Sonaba a promesa.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora