XVII

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No podía creerlo, por más que lo analizará una y otra vez, no podía creerlo y al parecer tampoco podía dejar de llorar. ¿Cómo habíamos llegado a esto?

Hugo me abrazaba con fuerza intentando consolarme, como siempre él intentaba hacerse el fuerte aunque seguramente estuviera peor que yo.

No quería llegar a la academia, quería que este trayecto durará horas porque no sabía como iba a enfrentarme a esto. No ahora que todo iba tan bien.

Lo habíamos conseguido, Hugo y yo éramos de nuevo los de antes. Mucho mejor que antes, en realidad, ahora éramos más. Había sido una semana maravillosa, como un puto sueño. Hicimos tantas tonterías juntos, nos reímos tanto y cuando nadie miraba nos besamos tanto que ya no sabía cómo moverme por ese lugar sin esconderme cada cierto tiempo para besarle de nuevo.

Pero esta noche habíamos despertado, el sueño estaba a punto de romperse, ahora sabíamos que teníamos fecha de caducidad.

La gala había terminado, Eva se había salvado y ahora había dos nuevos nominados: Hugo y yo.

Uno de los dos iba a irse el domingo que viene y seguía sin creerlo.

Por supuesto que me parecía imposible llegar a la final, por supuesto que sabía que iba a volver a estar en la cuerda floja, pero nunca me imaginé estar junto a él. Nunca pensé que la decisión fuera entre nosotros.

Si hubiera estado nominada con otra persona sería diferente, por que siempre me quedaría un poco de esperanza. Una oportunidad, por remota que fuera de seguir viviendo nuestro sueño juntos.

Pero ya no, eso ya no iba a ser posible.

Si cerraba los ojos todavía podía recordar cómo Hugo me había mirado al darse cuenta de que nuestros compañeros habían salvado a Mai.

El terror reflejado en su rostro, el miedo y desde ese momento no había sido capaz de frenar el llanto.

Funcionaba en modo automático y nisiquiera había notado que ya habíamos llegado. Estaban a punto de abrir la puerta para que entraramos en la academia. Mis compañeros entraron primero e iba a seguirles pero Hugo me detuvo volviendo a abrazarme.

Cuando nos separamos no dudó en besarme. Sus labios sabían a agua marina dado a la mezcla de nuestra saliba y mis lágrimas.

No habíamos hablado desde que la gala había terminado, no sabíamos qué decir, pero tampoco nos habíamos alejado. Y quería pensar que eso era bueno, que aunque no lo dijéramos los dos íbamos a permanecer juntos hasta el final.

Noemi se unió con nosotros en el salón, mientras los demás esperaban con Ricky el inicio del chat.

- ¿Cómo estáis? - preguntó mientras nos abrazaba.
- Jodidos. - Hugo contestó por ambos.

Ambos recibimos algunos mensajes de apoyo de nuestros fans. Algunos incluso decían que no podían creerse que ambos estuviéramos nominados. Una chica escribió que nuestra nóminacion era como elegir entre mamá o papá, algo imposible.

- "Para Hugo: después de haber vivido la nóminacion más larga de la historia como te sientes al volver a estar nominado? Te lo esperabas?" - Noemí leyó un nuevo mensaje.

- Si. - contestó depositando su mano encima de mis piernas. - lo que no me esperaba es que Anaju estuviera también nominada y eso es una mierda. - nuestras miradas se cruzaron tras sus palabras y creí ver como él también estaba emocionado. - es una mierda porque yo no me imagino estar aquí sin ella.

- ¿Sabéis ya que vais a cantar? - Noemi preguntó para ayudarnos a salir del trance. Si ella no hubiera rompido el momento con rapideza seguramente Hugo y yo hubiéramos cometido una imprudencia.

No sabía que canción cantar la semana que viene. No lo había pensado, pero cuando volví a mirar a Hugo recordé uno de los millones de momentos que habíamos pasado juntos y supe cuál sería la canción perfecta.

- People help the people. - dije y pude ver el momento exacto en el que él entendía porque iba a cantar esa canción.
- Un planeta llamado nosotros. - contestó sin dejar de mirarme, escogiendo también una de las muchas canciones que en algún momento nos habíamos cantado.

***

Hacia un rato que los murmullos habían cesado dando lugar a algún que otro ronquido y respiraciones fuertes. Todos estaban dormidos, todos menos Hugo y yo. Nosotros no podíamos dormir.

Nuestros dedos habían acariciado cada centímetro del cuerpo del otro pero parecía que todavía no teníamos suficiente.

- Voy a echarte de menos. - terminé diciendo tras soltar todo el aire contenido.
- No empieces a despedirte. - Hugo pidió abrazándome con fuerza. - todavía tenemos una semana por delante.
- Solo quería que lo supieras. - dije encogiendomd de hombros. Quería añadir que iba a esperarle, pero no estaba segura de si él quería que esperara. Aún no habíamos definido con exactitud lo que había entre nosotros.
- Voy a esperarte. - dijo besando mi frente. - eso es lo único que tienes que tener claro cuando me vaya domingo.
- Tú no te vas a ir. - hablé convencida. Sabía que la expulsada del domingo iba a ser yo.
- Es mejor que me echen, porque como me quedé no pienso dejarte ir.
- No digas tonterías. - reproché acariciando sus mejillas. - los dos sabemos que tú eres uno de los finalistas de esta edición, diría que el ganador, pero ese puesto es para Nia.- intenté bromear aunque no funcionará del todo.
- Bueno eso es discutible, yo pienso votarte a ti como ganadora. - replicó dando a entender de nuevo que esta semana iba a ser yo la salvada por el público.

Besé sus labios sin motivo aparante. Simplemente necesitaba unir nuestros labios, una vez más y esta semana no pensaba privarme ni de un solo beso.

Nuestras lenguas se encontraron y nuestras manos volvieron a buscar algo más de contacto, cambiando las caricias por agarres necesitados. Mis dedos jalando su pelo, los suyos agarrando mi trasero para acercarme un poco más y rozar nuestros sexos. Seguía sabiendo a salado, a lagrimas, pero también parecía tener sabor a promesa.

- Si me voy te voy a esperar. No lo dudes. - repitió colándose entre mis piernas. - Y si te vas espero que me esperes y tampoco dudes. Este no tiene que ser nuestro final. ¿De acuerdo?

Junté nuestros labios una vez más, él aprovechó para adentrarse en mi con lentitud.

- Te quiero. - susurré en respuesta. - y voy a seguir queriéndote el próximo domingo.
- Más te vale. - adviertió. - nos quedan siete días juntos. Pienso darte todos los días al menos un motivo para que no me olvides.
- Como si olvidarte fuera una opción...

Siete días. Teníamos los días contados.

Inconsciente || AnahugDonde viven las historias. Descúbrelo ahora