Hugo y yo terminamos ensayando nuestra canción en el box de Laura.
Mai Bruno y Flavio lo estaban dando todo ensayando su trío. Aún podía recordar como los tres empezaron a saltar de alegría cuando Noemi les comunicó que iban a cantar juntos el temazo de Marron5 "Girls like you".
Bruno había conseguido enredar a Manu para poder tocar la guitarra eléctrica en la actuación y resultaba una delicia escucharlo.
- Vaya temazo. - dije sin poder despegar la mirada del espectáculo que ellos estaban dando. - me hubiera encantado cantar esa canción...
- Bueno, gracias por la parte que me toca. - Hugo rió - siento que te haya tocado conmigo...No deje que terminara sus quejas, corrí abrazarlo. Cuando mi rostro chocó contra su pecho, su perfume se coló por mis fosas nasales y no pude evitar abrazarle un poco más fuerte, su aroma recordándome lo que había pasado hacia tan solo unas horas.
- Deja de pensar en eso.- Hugo susurró sólo para mí, como si hubiera leído mis pensamientos.
- Soy la única que piensa en eso ¿No? - dije sarcástica rompiendo nuestro abrazo.Ambos volvimos a mirar al trío que seguía interpretando su tema.
" Because girls like you
Run around with guys like me
Till sun down
When I come through
I need a girl like you, yeah yeah"Hugo decidió unirse al coro y cantar esa parte de la canción. Pude sentir como ahora sus ojos me miraban fijamente, como si me estuviera cantando ese trozo directamente.
- Las chicas como yo, huyen de los chicos como tú. - bromeé.
- Las chicas como tú intentan huir, pero no pueden escapar de los chicos como yo. - rebatió ganando de nuevo.Cuanta razón tenía. Lo había intentando pero no había sido capaz de huir.
***
Hugo encabezaba la mesa, como casi siempre, mientras todos comíamos.
Yo estaba sentada a su lado mirando con cara de pocos amigos a mi plato todavía lleno. Adoraba a Vicente pero no era una gran amante del pescado.-¿ No vas a comer? - Hugo preguntó entre los murmullos de los demás. Todos mantenía conversaciones paralelas.
- Si... - dije pinchando por fin un trozo de filete. - No me sabe a nada. - me quejé después de tragar.
- Echalé limón. - sugirió como si nada, provocando que mis ojos se abrieran.
- ¿Limón? - repetí para que entendiera porque me había sorprendido aquella sugerencia.Los limones se habían convertido en un tipo de emoticono secreto para muchas de las personas que creían que había algo entre nosotros.
- Si. - repitió entrando al juego. - el limón pega con todo. Mejora todas las comidas.
- Eres un idiota. - dije entre risas. - pero tienes razón. Me gusta el limón como aliño - agregué justo cuando él daba la conversación por terminada y bebía un poco de agua. Mis palabras provocaron que escupiera el agua tras no poder reprimir sus carcajadas.***
Por la noche Hugo terminó convenciéndome para que no ensayar y me uniera a los demás en el salón para jugar. Al parecer se habían propuesto hacer un juego cada noche antes de ir a dormir, pero yo todavía no había participado en ninguno.
- ¿A qué jugamos? - preguntó Sam cuando Hugo y yo nos unimos a ellos después de estar un rato la terraza.
- Al escondite. - propuso Hugo colocando su brazo por encima de mi hombro.
- Vale, yo paro. - hablé estando de acuerdo.Todos aceptaron y me dirigí a la cocina para empezar a contar.
No tardé en encontrar a los primeros concursantes. Sam y Eva estaban escondidas debajo del piano de Manu. Tras ellas vi a Nia intentando camuflarse entre las ropas que había en la burra de armario en la sala de Iván. Bruno y Mai fueron los siguientes que encontré, ambos utilizan los balones de Mamen para esconderse tras ellos, pero enseguida noté el cambio de posición de estos y supe que alguien estaba escondido detrás. Solo faltaban Hugo y Flavio.
Mientras me dirigía al comedor de nuevo, recordé un video que había visto durante mi estancia en casa de mis padres. En el, Gerad se escondía debajo de la mesa para hacer reír a Mai y Flavio se encontraba con ellos. Volví sobre mis pasos y alcé la mesa encontrando al penúltimo concursante.
-¿Quién falta? - Eva preguntó sentándose en sofá.
- Hugo. - informé siguiendo mi búsqueda.Mi primera opción fueron las duchas, pero estas estaban vacías, seguí buscando en los lavabos sin éxito, y al final terminé dirigiéndome a los armarios, pero parecía que tampoco estaba allí.
Abrí los armarios de los exconcursantes que estaban vacíos segura de que uno de ellos era el escondite de Hugo pero fracasé de nuevo.
- He ganado. - escuché como Hugo gritaba eufórico.
Corrí al comedor y lo vi con las manos en sus rodillas para coger aire. Al parecer había corrido para llegar antes de que yo pudiera verlo.
- ¿Dónde estabas? - pregunté cruzándome de brazos.
- A ti te lo voy a decir...
- Venga otra partida. - Sam sugirió interrumpiendo nuestra conversación. - Yo paro.
- Vale, pero la última. - advirtió Mai y todos estuvimos de acuerdo. Estaban a punto de apagaras luces.Sam empezó a contar y antes de que pudiera pensar un escondite sentí una mano buscando la mía.
- Ven conmigo. - Hugo habló entrelazando nuestros dedos para que le siguiera.
Nos dirigimos a la terreza, la brisa de la noche me recordó que solo llevaba una camiseta de manga corta y solté nuestro agarre para frotar mis brazos, buscando algo de calor.
-¿Este es tu mierda de escondite? - pregunté sin poder creer que antes me hubiera ganado.
- Cállate, que no has sido capaz de encontrarme.Hugo se estiró debajo del sofá no sin antes dejar caer la manta que había encima de este para que cubriera sus pies. Desde fuera al echar un vistazo parecia que alguien había dejado la manta mal puesta y no se podía ver que había alguien entre el hueco del sofá y el suelo.
- No voy a caber ahí dentro. - dije un tanto escéptica.
- Deja de quejarte y ven. - ordenó tirando de mi tobillo. Él ya estaba colocado.Al final resultó haber espacio suficiente para ambos, pero nuestras posiciones no eran las más cómodas del mundo. Nuestra espalda tocaba el suelo, mientras contemplaba la parte de debajo del sofá, no era una gran vista. Así que, terminé girando mi rostro para encontrarme con Hugo. Él ya se encontraba mirándome y no pude evitar sonreír. Nuestras manos volvieron a entrelazarse y sin pensarlo me moví lo suficiente para unir nuestros labios en un breve roce.
- Más - pidió siendo lo suficientemente inteligente como para tapar su micro antes de hablar.
- No - gesticulé sin llegar a hablar.
- Pensé que ya había quedado claro que no debías negarme nada.Sin esperar respuesta volvió a unir nuestros labios. Esta vez no fue sólo un roce, a pesar de la incomodidad de nuestra postura logro profundizar el beso uniendo nuestras lenguas.
- Deberíamos salir. - dije cuando el contacto cedió.
- No, no quiero moverme de aquí. - dijo colocando un mechón de mi pelo detrás de mi oreja - Deja que nos encuentren.
- ¿Y si no lo hacen?
-Mejor, ojalá no nos encuentren nunca.Volvimos a besarnos y me encontré deseando que no nos encontrará nadie. A pesar del poco espacio, de la incomodidad, de no poder sentirlo del todo. No quería abandonar nuestro escondite. Aquí me sentía segura.